La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó ayer una política sobre el uso seguro de jeringas para reducir y eliminar, con el tiempo, su uso en más de una persona y la diseminación de enfermedades infecciosas y transmisibles por esta vía, como hepatitis y sida.

Cada año se colocan 16.000 millones de inyecciones, de las cuales un 5 por ciento son utilizadas para inmunizar a niños y adultos y un porcentaje similar para transfusiones sanguíneas y contraceptivos inyectables.

El restante 90 por ciento son inyecciones instramusculaes o cutáneas con las que se administran medicamentos, pero que en muchos casos son innecesarias o podrían ser reemplazadas por medicación oral.

“La gente espera recibir inyecciones porque creen que esto representa el tratamiento más efectivo”, dijo el director del Departamento de Seguridad de la OMS, Edward Kelly.

SALUDEFE