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El cine a la caza del futuro

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Volver al futuro: la famosa patineta de McFly cuando llegaba al 2015 es un emblema. Foto: Difusión

CIENCIA

Más de una vez la industria del cine se adelantó a los logros de la tecnología.

Volver al futuro: la famosa patineta de McFly cuando llegaba al 2015 es un emblema. Foto: Difusión
Volver al futuro: la famosa patineta de McFly cuando llegaba al 2015 es un emblema. Foto: Difusión

La imagen de seis intrépidos astrónomos a bordo de una cápsula espacial, que aterriza justo en el ojo derecho de la cara de la Luna, sorprendió enormemente a los espectadores que en 1902 vieron la película Viaje a la Luna, de Georges Méliès. Con solo 14 minutos de duración, el director logró cautivar a su audiencia con esta cinta muda y en blanco y negro, considerada la primera de ciencia ficción en la historia del cine.

"En ese tiempo creían que la idea de viajar a la Luna era algo imposible y totalmente fantástico. El hombre logró llegar allá mucho más tarde, en 1969", cuenta Samir Kouro, académico e investigador del Centro AC3E de la Universidad Técnica Federico Santa María de Chile.

Ese, dice, es uno de los tantos ejemplos de películas de ciencia ficción que muestran desarrollos tecnológicos impensados en el momento en que fueron estrenadas, sin embargo, hoy son una realidad incluso cotidiana.

Otro caso es el de la cinta alemana Metrópolis, que llegó a la pantalla grande en 1927, de la mano del director Fritz Lang. La historia se desarrolla en el año 2026, en una ciudad futurista donde los obreros se enfrentan a la clase adinerada. "Ahí aparece una especie de androide llamado María, muy similar a los que se han fabricado hoy en día, cuyo aspecto se asemeja cada vez más al humano", recuerda Gabriel León, director del Centro para la Comunicación de la Ciencia de la Universidad Andrés Bello.

Skype y Siri.

Las videollamadas en línea, que gracias a servicios como Skype o Facetime hoy son parte de la cotidianidad, no lo eran en 1968, cuando se estrenó 2001: Odisea del Espacio, de Stanley Kubrick. Sin embargo, en una de las escenas de esta cinta, el doctor Heywood Floyd se comunica de esa forma con su hija.

"En esa película también aparecen aparatos similares a las tabletas de hoy. Es interesante que la tecnología que ahí se ve y la manera de usarla es muy parecida a la actual", dice León.

"HAL 9000" es uno de los primeros ejemplos de inteligencia artificial que se han visto en el séptimo arte. Al igual que los asistentes inteligentes Siri (iOS) y Alexa (Amazon), en la cinta de Kubrick, HAL le hacía la vida más fácil a los astronautas, respondiéndoles sus interrogantes.

"Los sistemas actuales pueden emular este tipo de tecnología, pero no al punto de HAL. Hoy son capaces de reconocer la voz y resolver tareas básicas, pero con órdenes más sofisticadas se pierden", explica Denis Parra, académico de la Escuela de Ingeniería de la Universidad Católica.

La saga de La Guerra de las Galaxias, estrenada en 1977, es otra cinta llena de ejemplos: "Los drones y los hologramas ya son una realidad", agrega Kouro.

También son reales los robots de asistencia, como el popular R2D2 o Arturito. "Existen hoteles en Japón sin mucamas. Si pedís comida a la habitación va un robot y te la lleva. De hecho, son muy parecidos a Arturito", explica el experto.

Por último, Volver al Futuro (1985) es otra cinta que sorprendió a los espectadores con su avanzada tecnología. El protagonista, Marty McFly, utilizaba unos anteojos de realidad virtual muy parecidos a los actuales Google Glass y Oculus Rift. Así como también las patinetas voladoras, conocidas actualmente como hoverboards, que funcionan con levitación magnética y que han fabricado las marcas Lexus y Hendo.

El cine de ciencia ficción, opinan los expertos, efectivamente ha servido como una fuente de inspiración para los científicos.

"Antes creían que viajar a la Luna era imposible, pero seguro muchos libros y la película de Georges Méliès motivaron a generaciones de expertos a desarrollar la tecnología que lo permitiera", opina Kouro.

"Se da una especie de retroalimentación", agrega Parra. "Los cineastas también se inspiran en los avances que la ciencia ha sugerido. Puede que una vez estrenadas las películas, estas provoquen que los investigadores retomen algunos trabajos ya olvidados y se motiven a seguir perfeccionándolos", concluye.

El premio nobel de física y su relación con el cine.

El físico estadounidense Kip S. Thorne, que ayer fue galardonado con el Premio Nobel de Física por la Real Academia de Suecia, fue uno de los principales colaboradires de Christopher Nolan al momento de hacer la película Interestellar, en 2014. El investigador fue, además, uno de los productores ejecutivos y responsable científico de la cinta. También publicó el libro The Science of Interstellar, en el que explica los conceptos que aparecen en la película. Thorne, de 77 años, fue galardonado junto a sus colegas Reiner Weiss y Barry C. Barish por su trabajo sobre las órbitas gravitacionales presentado en 2016.

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