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Basura biodegradable para el futuro

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Uno de los 10.000 contenedores de la capital ayer en Malvín. Foto: Archivo
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MEDIO AMBIENTE

La situación con el plástico a nivel global es cada vez más preocupante y surge una nueva alternativa.

Uno de los 10.000 contenedores de la capital ayer en Malvín. Foto: Archivo
Foto: Archivo

Anualmente, en el mundo se producen 150 mil millones de toneladas de plástico. De ellas, cerca de la mitad termina en la basura, en el mar y en la tierra, y solo una mínima parte es reciclada y reutilizada. Por ello, la revista Science realizó una edición está dedicada a entender cómo atacar un problema que, de momento, no tiene solución.

El gran cuello de botella que tiene el manejo de los plásticos en la actualidad es que, en su gran mayoría, se convierten directamente en basura y no tienen otros usos. Por ejemplo, en Estados Unidos, solo el 8,8% del plástico que se vuelve basura es incinerado, reciclado o compostado industrialmente, mientras que en Europa esa cifra bordea el 30%, dice un estudio realizado por Jeannette Garcia, del IBM Almaden Research Center, y Megan Robertson, de la Universidad de Houston, en Estados Unidos.

Esto no solo implica una gran cantidad de basura, sino también otro tipo de desperdicio, agrega el estudio. Reciclar y reutilizar el plástico puede ahorrar cerca de 130 millones de kilo joules o 36 mil kw/h. Y no es lo único. "El potencial anual de ahorro de energía que resultaría de reciclar todos los desechos sólidos de plástico en el mundo es equivalente a 3,5 mil millones de barriles de petróleo o 176 mil millones de dólares (poco más de 110 billones de pesos)", dice el trabajo.

Este no es el único frente desde donde atacar el problema. Actualmente, el 60% de los plásticos no son biodegradables, dice Humberto Palza, profesor de Ingeniería Química y Biotecnología de la Facultad de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de Chile. Si bien el objetivo es que ese número llegue al 100%, los obstáculos no son pocos. Por ejemplo, producir una botella de plástico normal sigue siendo más eficiente que fabricar una de vidrio, por eso el recambio ha costado tanto. También hay que considerar en la ecuación que los materiales biodegradables aún no logran suplir todas las funciones de los tradicionales, agrega el experto.

Por ello, la búsqueda de otras fuentes de materiales con nuevas propiedades es crucial. En este ámbito llevan la delantera el maíz y el azúcar, dice el trabajo de Marc Hillmyer, director del Centro de polímeros sustentables de la Universidad de Minnesota, en Estados Unidos. Esto es de gran valor si se considera que solo el plástico dedicado al embalaje alcanza los 80 mil millones de kilos al año. Es uno de los que más contaminan.

Ya están disponibles comercialmente, continúa el trabajo, procesos que deshidratan el bioetanol —proveniente del maíz, por ejemplo— para producir una gran familia de polímeros con nuevas propiedades. Otro tanto pasa con el proceso que fermenta el azúcar para lograr ácido láctico, lo que termina en un poliéster compostable que se utiliza en vasos plásticos o telas de larga duración. Ahora, si bien una vez terminada la vida útil de estos plásticos ellos se degradan, el problema es que no lo hacen en cualquier condición.

Desaparición acotada.

"Tirar una bolsa de plástico biodegradable en la carretera es igual de contaminante que lanzar una de plástico normal", dice Humberto Palza.

A pesar de los avances que se han logrado en el desarrollo de nuevos materiales biodegradables, es crucial tener en cuenta que todos ellos requieren de condiciones particulares para degradarse, advierte el trabajo realizado por Ann-Christine Albertsson y Minna Hakkarainen, ambas del Instituto Real de Tecnología KTH, en Suecia. Por eso una bolsa biodegradable en el mar lo contamina igual.

A ello se suma, asegura el estudio, que por mucho que la materia prima con que se fabrique el plástico sea biodegradable, ello no implica que después de los procesos químicos el producto resultante también lo sea. "En la literatura científica sobre plásticos biodegradables hay muchos que reclaman el haber logrado materiales degradables, pero sin una prueba científica que lo avale", agrega el estudio. Por eso es necesario crear organismos que realmente certifiquen esto.

"El tema del plástico tiene que ver con la cultura en todo sentido", dice Humberto Palza. No solo se trata de desecharlo donde corresponde, sino también de entender su valor tanto en el primer uso como en el reciclado. Y para ello son necesarias políticas que frenen su uso indiscriminado.

1 - Reducir.

Cuando se va al supermercado llevar desde casa bolsas de tela o volver al viejo carro siempre es una opción, de esa manera se reduce el consumo cotidiano de plástico que se realiza.

2 - Reusar.

El plástico es muy resistente, lo que permite que el material sea reusado. Una opción sencilla podría ser llevar la bolsas del supermercado que tenemos en casa cuando hacemos las compras .

3 - Reciclar.

Disntinguir los tipos de plástico, separarlos del resto de la basura y colocarlo en contenedores especiales es parte del reciclaje necesario para salvar al planeta del exceso de plástico al que está sometido.

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