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¿Cuáles eran los autos favoritos de Stalin? Exposición en Kiev los reúne a todos

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Uno de los autos que forman parte del festival Old Car Land. Foto: EFE

UCRANIA

Destaca entre ellos el modelo ZIS 110, un vehículo de grandes proporciones fabricado en Moscú.

Una exposición en Kiev ofrece un viaje en el tiempo para conocer una de las exclusivas limusinas ZIS, que fueron diseñadas en los años 40 y 50 para el dictador soviético Iosif Stalin y de las cuales quedan menos de cien modelos a día de hoy.

El festival Old Car Land, inaugurado este viernes en la capital ucraniana, acercó al público las viejas y potentes berlinas que usaron dirigentes y altos mandos de la URSS, prototipos únicos al alcance de unos pocos y muy codiciados por los coleccionistas.

Destaca entre ellos el modelo ZIS 110, un vehículo de grandes proporciones fabricado en Moscú en 1953 por "Zavod ímeni Stalina" (ZIS) y diseñado como respuesta a la predilección de Stalin por otro modelo parecido de aquella época, el estadounidense Packard 180 de 1942.

El dictador soviético, el primer dirigente de la URSS en viajar en un vehículo blindado, quedó encantado del modelo estadounidense y ordenó que le hicieran una copia, que después utilizaría como vehículo oficial para desfiles y desplazamientos cortos.

El resultado fue un auto de gran robustez, que se fabricó en dos versiones (sedan y convertible), con una tecnología asombrosamente avanzada para su época.

Equipado con un motor de ocho cilindros en línea y una potencia de 140 CV, alcanzaba los 140 kilómetros por hora -con un consumo de 23 litros cada cien kilómetros- y era conocido por su suavidad excepcional en la conducción y su funcionamiento silencioso.

"Era un automóvil de clase superior para esa época, no había ninguno mejor ni siquiera de sus mismas características", aseguró a Efe uno de los organizadores de la exposición, Pavlo Lozovenko.

El experto automovilístico aseguró que el ZIS 110, de siete asientos, fue "uno de los autos de pasajeros más grandes" del mundo en aquel momento, con un peso de 2,5 toneladas y unas medidas que sobrepasaban los seis metros de largo y rozaban los dos metros de ancho.

La limusina favorita de Stalin tiene ventanas hidráulicas, partición entre los asientos delanteros y traseros, un receptor de radio y un mando de cambio de marcha en el volante.

Además, fue el primer auto soviético en incorporar una suspensión independiente en las ruedas delanteras.

Se estima que hasta 1958, cuando se interrumpió su producción y la marca de automóviles recuperó el nombre original para llamarse ZIL (Zavod ímeni Lijachova), se habían fabricado unas 2.000 unidades.

Según Lozovenko, el ejemplar expuesto en Kiev, que ha sido restaurado según los planos originales y ha quedado prácticamente nuevo, tendría un valor de medio millón de dólares, ya que la marca de automóviles desapareció hace tiempo y los autos que aún quedan -que calcula en menos de cien- están en manos privadas.

"Estos autos no se vendían al público, sólo estaban al alcance de mandatarios soviéticos. Una persona normal que vivía en la Unión Soviética, o en cualquier otro lugar del mundo, no podía pedir un modelo de lujo de ZIS/ZIL", explicó el experto.

Estos exclusivos vehículos -que han recuperado ahora su fama entre coleccionistas y amantes de las antigüedades como grandes obras tecnológicas del siglo XX- a menudo se ofrecían como regalo a líderes comunistas extranjeros, como por ejemplo Mao Zedong y Kim Il-sung.

Tras la muerte de Stalin, la fábrica continuó la producción de limusinas exclusivas y autos de alta gama para funcionarios soviéticos de diferente rango.

Uno de ellos es el ZIL 111 descapotable, una versión rusa del Cadillac cuya primera unidad fue un regalo del dirigente de la URSS Nikita Jruschov al líder cubano Fidel Castro.

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