El estreno de la película que abarca el problema del abuso, explotación y trata sexual de mujeres en Uruguay motivó esta charla con Santiago Ventura, su director.

Tan frágil como un segundo se exhibió por primera vez durante el Festival de Cine de Montevideo, en octubre pasado. Fue el film más visto del evento con más de mil espectadores. Recién ahora la película consiguió concretar su estreno comercial en varias salas.

Es el debut de Santiago Ventura, un cineasta de 24 años, en el largometraje. Antes había dirigido Ya pasó todo y Hasta que salga el sol, dos cortos donde se trataba el embarazo adolescente y el abuso sexual de menores.

La película se rodó en 16 días –la mitad del tiempo de un rodaje habitual- y tuvo un presupuesto reducido, “equivalente al 15% de su costo real”. Ventura y su equipo, integrado por técnicos profesionales pero también por personas allegadas y familiares, contaron con el apoyo económico y/o logístico de la Unesco, Ute, Ancap, el Ministerio de Educación y Cultura y el Ministerio de Turismo para la realización.

Otro rasgo característico de Dodecá es mantenerse a un costado del sector cinematográfico local y de sus mecanismos, por ejemplo de financiamiento. “Nunca hicimos un cine que fuera de la mano con el estilo del que protagonizó el boom de cine uruguayo hace 10 años. Hemos concursado en distintos fondos pero no tuvimos suerte hasta ahora, que el Instituto de Cine nos proporcionó un dinero para gestionar el lanzamiento y la promoción del estreno”.

Tan frágil como un segundo narra dos relatos de forma intercalada. Julieta (Berenice Perciballe) y Jesica (Belén Baptista) protagonizan la historia más dura y mejor lograda: dos adolescentes del interior son vendidas a un prostíbulo de Montevideo manejado por cuatro proxenetas violentos y sádicos.

La trata de personas se abarca a través de Sofía (Vera Navrátil) y Paula (Fiorella Bottaioli), que funcionan como la antítesis social de las otras chicas. Sus escenas sugieren que las mujeres también pueden pararse desde un lugar más activo sexualmente, y sin culpa, pero que muchas veces está castigado por el entorno familiar y los centros educativos.

De todas formas, Ventura plantea que el destino puede ser igual de negro sin importar qué tan cotizada es la cuna. El elenco cuenta con unos 50 actores entre los que se incluyen nombres destacados del teatro, como el de Gabriel Calderón, Ramiro Perdomo, Federico Guerra, Fernando Dianesi, Álvaro Armand Ugón o el fallecido Delfi Galbiati. También incluye la participación de Kairo Herrera, Jorge Traverso y Varina de Césare. 

Ventura dejó la dirección de fotografía en manos de su hermano Javier, quien hizo un buen trabajo. Según dijo, usaron como referencias la filmografía de maestros del cine como Ingmar Bergman, John Cassavetes y Theo Angelópoulos.

Escribió el guión junto a una de las actrices, Belén Baptista, basándose en una investigación de la que participó una víctima de trata que tiene un personaje en la película como la madama del burdel, Doña Claudia. Todas las escenas del prostíbulo - las más impactantes de la narración- están basadas en hechos reales, “incluso había historias más terribles que decidimos dejar afuera”.

Ventura buscó demostrar con su cine, cómo este enorme problema muchas veces está amparado por el mal funcionamiento de organismos a través de los pequeños mandos medios, “que en algunos casos no saben ver la tragedia cuando la tienen frente a sus ojos”.

Cine - con el director de "tan frágil como un segundo"