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Final de zafra: todo lo que mueve el teatro infantil

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Oferta de obras y cantidad de público bien dispares según salas y propuestas.

El Auditorio Nacional Adela Reta convocó en las vacaciones de invierno más de 10 mil espectadores para sus espectáculos infantiles, y la Sala Nelly Goitiño más de mil quinientos. A su vez el Circo Tihany se queda por una semana más, datos que hablan de una buena zafra de las obras infantiles.

Claro que no todo el mundo convocó tanto, asunto que se presta para pasar raya sobre las dos semanas que más de 50 obras para niños inundan la cartelera.

"No soy un gran fanático de los números y salvo el primer año por la Gripe del Chancho, siempre nos fue muy bien. Pero creo que este año la respuesta fue un poco mayor incluso. No tengo un número exacto, pero fueron unas cuatro mil personas, o sea, bastante gente. Creo que fue una muy buen respuesta para nosotros", explicó a El País Roy Berocay, que esta temporada hizo El dragón y la princesa que no era en La Trastienda.

"La temporada no fue tope, como otros años: hay casi 80 espectáculos, una locura. Pero ha ido público, sobre todo en salas como la Alianza Uruguay—Estados Unidos, que ya tienen una corriente de público formada desde tiempo atrás. Hay como un público cautivo. Pero conozco otros espectáculos que han naufragado porque no ha ido público. De uno a diez, fue una temporada entre el siete y el ocho", dice Carlos Viana, director de una original versión de Hansel y Gretel.

Otras salas menos frecuentadas tuvieron que lucharla más. "En vacaciones la asistencia fue un promedio de 30 personas por función, en una sala de 90 personas. Creo que está bien, por ser un espacio que nadie conocía de su existencia, y que incluso está aún sin terminar", aporta Jorge Hirigoyen, que este año promovió la actividad para niños desde Las Bóvedas, en la Rambla 25 de Agosto.

"Este año me dio la sensación antes que comenzaran las vacaciones que no había la efervescencia de otros años. Este año pareciera que todos se lo tomaron con más calma y con más tiempo, tal vez apabullados por la cantidad de ofertas disponibles, que cada año lejos de disminuir aumenta", considera Gabriela Judeikin, encargada de prensa de El Galpón.

"Está bueno que haya muchos espectáculos porque habla de cierta inquietud. Después hay que ver el valor de cada uno, cómo está hecho, que es algo que tiene que juzgar el público, que elige qué ver y qué no ver. Es un poco la ley de la oferta y la demanda, que es difícil de controlar", agrega Viana.

Por lo tanto, un balance de estas y otras declaraciones sería que la afluencia de público es buena, y despareja según las salas, siendo la oferta de espectáculos lógicamente dispar.

Más que teatro.

En general los promotores de los espectáculos coinciden en que los espectáculos infantiles mueven mucho más que la boletería. "El teatro infantil no solo mueve la taquilla, y al igual que cuando vienen al cine, los chicos consumen pop y refresco y si tienen un ratito antes o después de la función, aprovechan para disfrutar con sus acompañantes, en el lobby y en la cafetería, a tomarse una buena merienda", afirma Edith Sasson, quien trabaja en la difusión de la actividad en las salas Life Cinemas Alfabeta y Life Teatro Costa Urbana.

En ese sentido, llevar a los chicos al teatro implica mucho más que el costo de las localidades. "Una salida al teatro, así como una al cine, por lo general es seguida de una merienda o por una cena según el horario de la obra. Seguramente las plazas de comida hayan tenido su zafra en estas vacaciones de julio. Algunos vendedores ambulantes en las puertas de los teatros también hacen su temporada", puntualiza Alicia Bonavía, a cargo del área cultural de las dos salas de la Alianza americana.

Y más allá en esa dirección va Roy Berocay. "Los niños en general mueven muchas cosas paralelas: pop, refrescos, en nuestro caso discos y libros. Y también descubrimos algo de merchandising trucho en la calle", comenta con humor el creador del Sapo Ruperto.

Pero más allá de las ventas, cabe preguntarse si todo ese público infantil que año a año invade las salas en vacaciones, luego irá al teatro siendo adolescente o adulto. La respuesta afirmativa es bastante dudosa.

"Tal vez sean algunos casos, pero mínimo. Yo la gente que he acercado al teatro no es porque haya visto teatro infantil. Es gente que no veía teatro, y se han acercado ya de grande. Yo siempre he buscado obras para enganchar a gente que no iba al teatro, que decía que el teatro era aburrido: y Esperando la carroza, en su época, era un cheque al portador, como ahora puede ser El viento entre los álamos. Pero no tiene por qué ser público que haya visto teatro de chico", explica Viana, apelando a su experiencia en el terreno.

"A los jóvenes que les gusta el teatro empiezan a hacer teatro. Pero no hay tanto público joven en las salas. Es un tema para rever a nivel educativo, hacer que ir al teatro sea como una materia más, ir y discutir sobre la obra", remata Viana.

Todavía quedan obras para ir a ver.

Las vacaciones terminaron pero algunas obras seguirán en cartel. Por un lado el Tihany se queda una semana más, desde el jueves 16 y hasta el domingo 19. Las funciones serán con la promoción de dos entradas al precio de una. Va en el Velódromo Municipal, el jueves y viernes a las 20.30 horas, el sábado a las 14, a las 17,30 y a las 21 horas, y el domingo a las 11, a las 15.30 y a las 18.30 horas. Los precios van desde $ 200 a $ 1300 y se venden en Red UTS, y en el propio Velódromo, desde las 10 de la mañana.

Por otro lado, en la Sala Zavala Muniz se presentará desde este domingo 19 al 2 de agosto "Pacamambo", de Wajdi Mouawad, con dirección Ramiro Perdomo. El espectáculo, que se presenta los sábados y domingos a las 15.30 horas, trata de una niña que tiene que encarar el tema del fallecimiento de un ser querido.

SABER MÁS

El amarillo fue el color que predominó en cines.

La oferta infantil fue amplia e interesante en estas vacaciones de invierno, con dos películas animadas arrasando en la taquilla mundial. Ese éxito fue acompañado por las salas de Uruguay, donde Minions fue vista por 257.897 personas, según cifras que la distribuidora de la película, RBS brindó a El País. Por la cantidad de entradas que vendió, Minions ya es la película más vista del año en el país, superando a Rápido y furioso 7.

En segundo lugar entre las producciones más exitosas de estas vacaciones se ubicó Intensa Mente (142.029), que aunque mantiene la atención de los pequeños a fuerza de colores vivaces, esconde un mensaje que es mejor recibido por adolescentes y adultos.

El podio lo completó Mundo Jurásico (125.508), cuyos efectos especiales siempre son disfrutados por los niños más grandes. "Hace tiempo no teníamos unas vacaciones de julio con programación tan atractiva, ya que son películas que pueden disfrutar niños y adultos", destacó el gerente de Marketing y Comunicaciones de Grupocine, Marco Calache, e indicó que Minions agotó "función tras función" tanto en los complejos de Montevideo como en el departamento de Rivera. En el éxito de estos simpáticos personajes amarillos influyeron las campañas generadas a través de redes sociales en todo el mundo, incluso en Uruguay.

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