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Un estreno y cuatro ejemplos

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Otelo

lA COMEDIA NACIONAL FESTEJÓ 70 AÑOS

El estreno de Otelo festejó una historia llena de hitos: acá van algunos espectáculos recordables

1. Un Otelo ejemplar
Lo que se vio el lunes pasado

El lunes la Comedia Nacional cumplió 70 años, y lo festejó con el estreno de un Otelo que le hizo honor a su trayectoria. Bajo dirección del londinense Dan Jemmett, el elenco oficial logró mantener al espectador atento durante más de dos horas y media, ofreciendo una versión dinámica, basada en un registro actoral nada solemne y muy apasionado. Diego Arbelo (en el rol de Yago) acaparó la atención, ofreciendo un personaje lleno de brío y matices. La resolución escénica, muy interesante, reforzó el poder de este clásico, servido en el escenario con una buena mezcla de elementos actuales y de un pasado refrescado. Lo que sigue con otros cuatro espectáculos de referencia, de los muchos que la compañía municipal hizo a lo largo de cuatro décadas.

2. En manos de Roberto Suárez
En un universo onírico

Un montaje que fue un hito en la historia de la Comedia Nacional fue El hombre inventado, que concebida y dirigida por Roberto Suárez, se estrenó en la Sala Verdi el 6 de diciembre de 2005. La sala fue modificada para esta escenificación, para que pudiera albergar una especie de estanque en un sector de la platea, mientras que el público fue agrupado hacia el fondo del patio de butacas. Allí se dio un juego escénico fuertemente poético, lleno de personajes bizarros, que crearon un clima enrarecido. Una obra que, desgraciadamente, no vio tanta gente como su hubiera querido.

3. Eduardo Schinca y su ojo maestro
La ruptura del tiempo y el espacio

En 1999, también en Sala Verdi, el elenco oficial estrenó El tiempo y la habitación, un texto magnífico del dramaturgo germano Botho Strauss, que Eduardo Schinca llevó al escenario con maestría. La puesta trabajó sobre una dinámica de rupturas temporales que cobraban una dimensión existencial, con escenas que volvían a suceder y ciclos que se interrumpían y retomaban. Un color gris metalizado dio a este montaje un aire irreal, logrando superar el naturalismo pero conservando algo de su esencia.

4. Un afinado naturalismo
Jorge Triador en un papel memorable

El registro realista también ha sido cultivado por la compañía con solvencia, cuando buenos actores han estado al servicio de grandes directores. Uno de los muchos ejemplos fue Los días de Carlitos Molinari, que dirigió Dumas Lerena sobre texto de Rolando Speranza, también en Sala Verdi. Jorge Triador encabezaba un elenco (en el que estaban Maruja Santullo, Sonia Repetto, Marina Sauchenco y Nelly Weissel, entre otros), dando vida a un personaje que recordaba su vida desde la postración y la vejez, mientras el autor deslizaba una mirada sobre el compromiso social y sus debilidades.

5. Una obra que cambió a la sociedad
Procesado 1040, la evocación inevitable

El más abreviado resumen de la Comedia no puede dejar afuera Procesado 1040, aquel texto de Juan Carlos Patrón, que llevó a escena Alberto Candeau, en el Solís. Además de haber sido un éxito de taquilla, la obra convocó también a público poco habituado al teatro, dado el efecto social que causó. En parte tuvo que ver con la temática, que cuestionaba el sistema carcelario y algunas formas de aplicación de la norma jurídica. La obra quedó como ejemplo de un teatro comprometido con los temas uruguayos, que pudo llevar público de todos los sectores sociales.

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