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Una retirada con muchos invitados

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Para los seguidores, la cantarola es una tradición. Foto: F. Ponzetto
Fiesta de despedida de Agarrate Catalina , Mvdeo., ND 20160606, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais, hermanos Cardozo, Tabare Cardozo y Yamandu Cardozo
Archivo El Pais

De cantarola con la Catalina, hoy en el Museo del Carnaval.

Que haya decidido no participar una vez más del concurso de Carnaval no le quita trabajo a Agarrate Catalina: muy por el contrario, la decisión en parte se debe a que este grupo, que ya está a medio camino entre la murga y la compañía teatral, tiene una agenda bastante cargada durante todo el año. Y eso, sumado a las libertades que se puede dar estando fuera de la competencia, ya les marca el camino a seguir.

Este año fue uno particularmente cargado para la cooperativa artística que dirigen los hermanos Martín, Yamandú y Tabaré Cardozo, que los encontró llevando un nuevo espectáculo de acá para allá. Un día de Julio es el nombre de la puesta que la murga estrenó hace poco más de un año en el Auditorio Nacional del Sodre, sala a la que volvió en febrero para dar una única función con entradas agotadas.

La Catalina se fue de gira por el exterior luego y desde junio estuvo recorriendo el interior, pasando por pueblos bastante pequeños. "La primera vez que fuimos a cantar a Rivera en 2005, hacía 25 años que una murga de Montevideo no iba hasta allí. Y en un país que a los 700 kilómetros te caes del mapa, eso siempre nos preocupó", dijo Yamandú Cardozo cuando se lanzó ese último tour.

Pues con todo ese recorrido, ahora a Agarrate Catalina le toca volver a Montevideo para despedir el año. Pero esta despedida no será con Un día de Julio, sino con una presentación alternativa que, para los más seguidores de la banda, se ha convertido a esta altura en un clásico.

De cantarola con la Catalina es la seguidilla de actuaciones que arranca hoy a las 20:00 en Museo del Carnaval (Rambla y Maciel), y que se repetirá mañana viernes y el sábado, y luego el miércoles y el jueves de la semana próxima, siempre a la misma hora. Las entradas están en venta a través de Tickantel, y cuestan 335 y 375 pesos, según el lugar.

Generando un ámbito de asado con amigos en el que hay alguna guitarra y alguna retirada que cantar, la Catalina se presenta en escena en estas cantarolas sin su habitual parafernalia murguera. No hay trajes, sombreros ni caras pintadas, y el único distintivo que luce el grupo es el logo de la murga estampado en una remera.

Con esa impronta descontracturada, la Catalina canta clásicos propios y ajenos del carnaval e involucra al público en ese planteo: los que van pueden subirse a cantar, o limitarse a pedir temas desde su asiento.

En esta temporada de cantarolas habrá, además, varios invitados que vienen de distintos lugares. Desde hoy y hasta el otro jueves estarán pasando por la Sala del Museo Jorge Nasser, Samantha Navarro, Mónica Navarro, Chole Gianotti, Emiliano y el Zurdo, Pablo Aguirrezábal, Carlos Malo, Fede Graña, Boomerang, Senda 7, Tabaré Rivero y Ricardo Olivera, entre otros.

"Un montón de artistas y amigos van a venir a compartir y a dejar destrozar sus canciones por nosotros", dijo Yamandú Cardozo en la presentación de estas cantarolas, que más adelante en el verano llevarán a la Ciudad Cultural Konex de Buenos Aires.

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Para los seguidores, la cantarola es una tradición. Foto: F. Ponzetto

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