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Una realidad que parece un sueño

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Boomerang dio un show que duró una hora. Foto: N. Pereyra
Nicolas Rodriguez y Gonzalo Zipitria - Recital de Boomerang, teloneros de los Rolling Stones en el Estadio Centenario, Mvdeo., como parte de su America Latina Ole Tour 2016, ND 20160216, foto Nicolas Pereyra
Archivo El Pais

Boomerang y el coro Rapsodia, los uruguayos que compartieron escenario con los Stones.

No sólo para los fanáticos la espera por el show de los Stones fue larga: la banda telonera y el coro que iba a salir a escena pasadas las 23.00 tuvieron que llegar al Estadio Centenario a las 14:00 horas del martes.

Los músicos de Boomerang lidiaron las últimas semanas con la ansiedad de saber que iban a tocar un rato antes que una de sus bandas de cabecera. El martes, poco después de las 20:00, dejaron el escenario con la sensación de haber cumplido quizás su más grande deber.

No fue una típica actuación de telonero: el repertorio, una variada recorrida por su carrera que pretendió mostrarle a los presentes la variedad que puede abarcar esta banda, se extendió por una hora y cerró con un combo infalible con “Piden pista” y “Seducime”. La despedida fue con un cálido aplauso.

Foto: Nicolás Pereyra
Foto: Nicolás Pereyra

“Estamos re conmovidos”, dice a El País al otro día del recital Gonzalo Zipitría, cantante de la banda. “¿Viste cuando te vas de viaje tres meses, llegás a tu casa, te levantás al otro día y decís: qué raro todo esto? Siento eso”, cuenta tras las primeras horas del día después. “Tomé la dimensión recién ahora”.

La noche de Boomerang tuvo de todo. Además de tocar en el Centenario, ante miles de personas y previo a que lo hicieran los Stones, los músicos (que invitaron a los vientos de La Santa para potenciar su sonido) conocieron a Mick Jagger, Keith Richards, Ron Wood y Charlie Watts, y charlaron por unos 15 minutos. “Un sueño”.

“Nos avisan de la producción que querían sacarse una foto con nosotros, y salimos corriendo”, cuenta. No es algo que suelan hacer los Stones, pero con Boomerang estaban “copados”. El personal de seguridad les advirtió que no podrían sacarse fotos ni pedir autógrafos, por lo que el encuentro fue distendido. “Charlamos un rato, nos cagamos de la risa”, dice. Como si fuera poco, Wood y Richards hicieron chistes sobre el nombre Boomerang: la banda se llama así por una canción de T. Rex, y parece que Keith no guarda buenos recuerdos de su cantante, Marc Bolan.

“Muchachos, muchas gracias por abrirnos el show”, les comentó Richards, una frase para no olvidar nunca.

Voces. El coro Rapsodia cumplirá en marzo cinco años y su director, Rodrigo Faguaga, tiene veintipocos. El día que le confirmaron que iban a cantar con los Stones estaba viniendo solo del interior a Montevideo y tenía un viaje de cuatro horas. Rápido les avisó a todos los coreutas, 38 en total: ninguno le creyó, y lo que es peor, le respondieron con insultos.

Faguaga creó el coro cuando estaba en tercer año de la carrera de dirección coral de la Escuela de Música, con amigos y allegados. Desde el comienzo, Rapsodia tuvo una impronta juvenil y fresca, y para Inés Martínez 2015 fue el año de la “consolidación”: viajaron a un festival a Perú después de haber llenado la Sala Nelly Goitiño, y de ese concierto hicieron un DVD. El 29 de febrero y el 1 de marzo harán audiciones, y seguramente lo sucedido con los Stones influya en eso y en sus próximos movimientos.

La directora de orquestas Cristina García Banegas fue la que señaló a Rapsodia como el indicado para acompañar a los Stones, cuando desde la producción le pidieron una referencia. Cuando le comentó a los integrantes sobre la posibilidad de cantar con un artista internacional en febrero, algunos bromearon con las majestades.

Cuando, días después, agregó que las canciones eran en inglés, empezaron a pensar en que quizás no era una utopía. La ficha les cayó cuando les dijeron: “16 de febrero”, y cuando vieron la partitura firmada Jagger/Richards.

El coro Rapsodia en el estadio, horas antes del show. Foto: Rapsodia
El coro Rapsodia en el estadio, horas antes del show. Foto: Rapsodia

El coro sabía desde noviembre que compartiría escenario con los ingleses, pero por contrato de confidencialidad ninguno de sus miembros pudo decir nada.

El contrato decía otras cosas: que debían ser 25 personas menores de 30 años, lo que los obligó a reducir el grupo total; que debían vestir de negro (las mujeres de largo), que las chicas tenían que lucir “maravillosas” y “con diamantes”, que podían ser verdaderos o falsos.

Más allá de que el grupo haya tenido que reducirse para poder lograr este hito, el triunfo es para los 38. “El que logra estar ahí es Rapsodia”, resalta Martínez, y amplía esto a toda la red coral del país. “Queremos desmitificar lo de coro de geriátrico. Hay una cantidad de personas que están haciendo cosas valiosísimas, y esto permite revalorizar una movida que en Uruguay tiene una historia muy grande”.

Rapsodia llegó al Centenario sobre las 14:00, ensayó con un productor y el tecladista Chuck Leavell, director musical de la banda. Luego probó sonido en el escenario, y un rato más tarde, en una sala diminuta frente a la banda completa, incluyendo coristas y músicos. Ese, coinciden sus integrantes, fue el momento más elevado.

“Pensábamos que les debía re aburrir conocer a un coro en cada lugar, pero al parecer no porque se mostraron muy simpáticos”, cuenta a El País Paula González. Jagger les elogió sus remeras (que simulan trajes o smokings), y aprovecharon para regalarle una de recuerdo, y también DVDs.

En el entusiasmo, el cantante sacó una cámara y se puso a filmar a los jóvenes, que no sabían cómo reaccionar y trataron de ser lo más profesionales posibles: en ese momento, como les recalcaba la producción, estaban trabajando a la par con los Stones.

“Había que ponerse en un nivel de exigencia altísimo porque con el susto y estar frente a 50.000 personas, te puede salir cualquier cosa”, agrega Martínez, quien hace hincapié en el trabajo realizado durante los últimos meses.

De hecho, a la producción de los Stones, con la que durante el proceso intercambiaron varios videos, les sorprendió que tuvieran todo tan incorporado: se habían estudiado al detalle los videos de “You can’t always get what you want”, la penúltima canción de la noche, como para tener un desempeño perfecto. Y completaron una de las instancias fuertes del show.

VIDEOBELÉN FOURMENT

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