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Los que hicieron del rock local una forma de sentir

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Cadáveres Ilustres

música Y CINE

Un documental de Cadáveres Ilustres en la Sala B

Cadáveres Ilustres
Cadáveres Ilustres. Foto: Difusión

Qué lugar común decir que los tiempos han cambiado, pero qué inevitable. De aquella sociedad posdictadura de efervescencia y necesidad de romper el silencio a esta, de sobreinformación y éxitos de internet, la música ha dado una vuelta muy grande y ha llegado seguramente a lugares que entonces, en 1985, eran impensados. Y con eso tiene que ver Rock & Roll Actitud. Un documental de Cadáveres Ilustres, la película uruguaya que se estrenó la semana pasada y que se puede ver hoy, mañana y el domingo a las 21:30 en la Sala B del Auditorio Nelly Goitiño (entradas en Tickantel).

Dirigido por Javier Harabeydian, el documental busca sacar de las sombras a una de las bandas claves del rock nacional de los ochenta que, por diferentes motivos (de coyuntura, por decisiones propias o por pura suerte) no alcanzó el estatus de otras como Los Estómagos o Traidores.

Los Cadáveres siguen siendo hasta hoy una banda de culto, con un público pequeño que sigue encontrando en aquellas canciones de sonido potente y letras revoltosas, un elemento de identificación, un punto de encuentro y una postura social.

Tráiler de "Rock&Roll Actitud"
Tráiler de Rock & Roll Actitud. Un documental de Cadáveres Ilustres

Para ellos, este retrato hecho a partir de material de archivo fotográfico y audiovisual, de entrevistas, registros en vivo y sobre todo canciones, es imperdible. Pero también es una instancia para los que siguen hurgando en la historia del rock uruguayo, y que encuentran acá un eslabón perdido.

Rock & Roll Actitud acierta en reflejar eso que quiere decir el título (que es, además, una canción de Loquillo y Los Trogloditas), que Cadávares Ilustres es la representación del rock como un modo de vida. Y eso se plasma desde las primeras declaraciones del cantante Pablo Martín, quien asegura que la banda sigue activa en la medida en que él sigue queriéndose subir al escenario, con el baterista Rafael Del Campo como eterno aliado y con dos músicos más jóvenes que completan ahora esta alineación intermitente. Pero sigue activa sólo en esa forma, y no en la composición o en la gestión de shows.

“Ya no tengo la fuerza ni las ganas”, dirá Pablo Martín al principio y lo irá reflejando a lo largo de poco más de una hora, en la que también afirmará que “somos una banda de bar de mala muerte, acostumbrada a tocar para 50 personas”. La imagen del final, bastante poética, es otra muestra de eso.

"Somos una banda de bar de mala muerte"

Pablo MartínCadáveres Ilustres

Por momentos, la película se convierte más bien en un perfil de Martín y desdibuja un poco su objetivo, aunque como se dirá en un momento, él es Cadáveres Ilustres y Del Campo es su escudero de cada batalla. Los pasajes en los que se profundiza en el vínculo entre los dos que siguen llevando en alto la bandera de esta banda (de la que fueron parte Orlando Fernández, hoy en Buitres y Sibyla Vaine, y Marcelo Fernández de los Buenos Muchachos) son de los más interesantes —hay desde lágrimas a charlas sobre pozos negros o motosierras—, pero hay tal vez un exceso de testimonios que hacen hincapié sobre el mismo concepto, lo que deja relegada a la música.

De cualquier manera, el documental cumple con recuperar la historia de una banda que sigue estando en las sombras, pero que dejó huella en la generación rockera posdictadura y aún hoy, en memorias aceitadas, mantiene al rock como una filosofía, como una actitud.

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