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Canciones claras: la música de las palabras

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Algunas buenas canciones tienen un andar extraño. Las que se escuchan en Pies pequeños comenzaron su camino hace más de 30 años, con una niña corriendo y jugando en una playa de Portezuelo. A esos recuerdos Mauricio Rosencof los transformó en poesía. Versos cortos que le recordaban la infancia de su hija mientras estuvo preso. En los `90 le entregó este material a Estela Magnone. Mucho tiempo, dos discos, unas mudanzas y algunos nietos después, la cantante retomó el trabajo de leer la música entre esas palabras llenas de arena.

MARIÁNGEL SOLOMITA | FOTOS: MARIANA CECILIO

Estela Magnone opina que este disco es para los hijos y para los adultos. Tiene un aire a canción de cuna y a recuerdos veraniegos. Imágenes de playas, soles, aves, espuma de mar, brisas. Hay una niña que participa de estas historias y para quién fueron escritas. Hoy ya es una mujer y tiene un hijo. Magnone es abuela de dos nietas. Quizás fue el regreso de la infancia lo que la llevó a acercarse de nuevo a estas canciones perdidas en un cassette que encontró en medio de una mudanza. Ahí estaba el trabajo de una década intentando adaptar algunos de esos poemas que Rosencof le había entregado.

Demoró otros dos años componiendo y en marzo empezó a grabar Pies pequeños, un disco que editó Ayuí hace pocos meses y que despertó interés entre periodistas y músicos casi instantáneamente.

A lo largo de 11 temas la voz de Magnone se desliza con suavidad, picoteando estilos como la milonga, bossa nova y vals. Sus principales aliados fueron Matías Fernández (cello) y Fabián Marquisio, guitarrista, bajista, arreglista y productor artístico del disco. Responsable de incluir algunas bases electrónicas entre estas composiciones sencillas y dueño del estudio de grabación, también protagonista de este resultado.

Se grabó en medio de un bosque, en Portezuelo. Este fue un proceso mucho más rápido que en sus discos anteriores, "fuimos armando entre los dos", explica Magnone, "yo cantaba los temas y empezamos a probar cosas a ver qué pasaba y así fue surgiendo, muy de cocina compartida, de estar en el estudio grabando juntos".

-¿Es distinto interpretar una canción cuando se trata de poesía?

-Es igual, porque vos tenés que apropiarte mucho de la poesía, tenés que sentirla mucho y que va con la música. Lo que pasa es que no toda la poesía puede musicalizarse y tiene sentido hacerlo. La poesía que se musicaliza termina convirtiéndose en una letra de canción, que no es lo mismo porque la letra de canción tiene una métrica bastante definida.

-¿Preferís componer música sobre una letra ya existente?

-En realidad tengo muchas más músicas que letras, he compuesto para una cantidad de autores que me han dado su letras, entonces tengo más experiencia en eso de tener la letra y que sea la letra la que me va llevando a la música. En las canciones que tienen letras mías ha sido variado el proceso, otras veces se me ocurre una idea y ahí voy con la letra y la música junta.

-¿Qué te decide a grabar un disco?

-Este es un caso particular porque es como una obra completa el disco, ¿no? Son todos poemas de Mauricio sobre el tema de la infancia de su hija. Eso me demoró tanto tiempo, no se me ocurrían muchas canciones y no me moví hasta que las tuve a todas terminadas y ahí empecé a grabar. En otros casos era, `tengo la oportunidad de hacer un disco porque junté una plata`. Muchas veces tengo más canciones de las que finalmente van, voy haciendo como un proceso de decantación. Creo que son las oportunidades también, yo no he grabado muchos discos en mi vida, ahora es más sencillo pero en otras épocas había que convencer a un sello para que te editara. Igual no me importa mucho, no creo que uno tenga que hacer un disco. Hoy leía que León Gieco tiene 60 años e hizo 47 discos, ¡en promedio son más de 1 disco por año! Yo no tengo esa verborragia compositiva, no me gusta amontonar, pero me voy haciendo una reserva de canciones para cuando aparezca la oportunidad.

-¿Las canciones que tenés prontas son 100% tuyas?

-Lago tiene letra de Mateo. Tengo más letras de Mateo guardadas, inéditas, desde hace más de 20 años...lo que pasa es que son difíciles de musicalizar.

-Tuviste varias bandas, ¿cómo te ha influenciado ese compartir?

-Tocar con otros músicos siempre es una gran escuela, es una de las formas más importantes de aprender. Tuve mis grupos y también toqué con otros músicos, como Mateo mientras duró Travesía. Estuve en Níquel que era rocanrol, después vinieron Las Tres que éramos tres mujeres cada una con su estilo acompañadas de otros músicos. También toqué un tiempo con Roberto Darvin. Todo eso queda.

-¿Concebís a las composiciones como un proceso colectivo?

-No, la composición siempre es una cosa en solitario para mí. Nunca compongo pensando si va a ser hecha por un solista o no, simplemente compongo porque me sale. Nacen como canción sin saber qué destino van a tener, después van tomando diferentes versiones según cómo se las toque.

-Cuando hay bandas integradas por mujeres se suele hablar de un enfoque femenino, ¿lo percibís o te parece una tontería?

-Hay algo distinto, en la conexión de repente, o en la interpretación. El sonido de las voces marca una diferencia auditiva importante. Es muy difícil de explicar el que haya una sensibilidad femenina diferente en la forma de interpretar las cosas, tengo mis dudas, pero sí, no me preguntes cómo pero hay una cosa distinta.

-En tu carrera tuviste etapas en que te alejaste completamente de la música.

-Sí, pero ahora hace bastante que estoy fiel. A veces me alejo mucho de las actuaciones en vivo, no toco muy frecuentemente, nunca lo hice.

-¿Hay alguna razón?

-A mí me encanta tocar en vivo pero hago una música que no es masiva, tengo un público que es muy fiel pero chico, de repente hay gente que escucha los discos pero no va a los espectáculos. Tampoco tengo muchas oportunidades para tocar, es un poco por eso que no toco a menudo.

-¿En esos lapsos dejás de componer?

-Aunque no toque siempre estoy componiendo, buscando, estudiando, primero piano, ahora estoy estudiando acordeón porque me compré uno y es rarísimo...no sé quién enseñará a tocar, me conseguí unos métodos y empecé a estudiar hace una semana, sola. Ahora estoy medio cegada por eso.

-En una nota dijiste que se te ocurre la música por los estilos...

-Quizás lo que quise decir fue que a mí no me importa si me sale componer un vals o un bolero. No tengo ningún prurito con eso, compongo mucha milonga, mucha bossa nova porque tengo gran influencia. Pero si me sale un bolero compongo un bolero, no me coarto con nada. El caso de Cielo abierto, era una milonga y la cantaba y no me convencía, un día me desperté y dije `es un vals` y recién ahí me convenció. No sé, esas cosas son medio curiosidades y también nacen o son el resultado de que vos estás permanentemente buscando hasta que te convence del todo la canción.

-Tenés otro lugar en la música: has estado al frente del Fonam, ahora dirigís el Museo de Agadu, ¿cómo ves la música que se está haciendo?

-Hay una enorme cantidad de música sonando, lamentablemente no conozco mucho la música del interior. Hay más lugares para tocar, más facilidades para grabar, es un momento muy favorable para la música. Hay lugar para todos, es un momento de ebullición con muy buenos instrumentistas, la calidad del sonido y de la grabación tuvo un desarrollo enorme en relación a hace no tantos años atrás. Está el nuevo rol del manager, los gestores, me parece bárbaro que se tome esa parte de profesionalizar lo que se hace. Creo que no hay tanta creatividad en cuanto a la autoría de temas. Veo que hay mucha música descartable que tiene que ver con un cambio de la cultura hacia un lado más efímero, pienso que muchas de las canciones que suenan hoy no van a perdurar. Una buena canción la hacés así, peladita, con una guitarra y una voz y vale por sí misma. No es muy simpático esto que digo, pero creo que no están habiendo grandes canciones.

PASAJES MUSICALES

La de Estela Magnone Ibarburu es una familia dedicada a la música. Basta con leer sus apellidos para reconocer a otros artistas de la escena local. Su primera formación fue clásica, estudió piano y participó en coros. "La rebelión adolescente" la alejó de la tradición familiar, y regresó tiempo después uniéndose a la música popular. En 1978 cantó por primera vez sola, temas de otros. En el `81 formó el trío Travesía, luego Las Tres y Seda. Editó otros 3 discos como solita, producidos por Jaime Roos.

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