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Mandala Obstinadamente tercos

Del sótano a la web: su último trabajo se descarga gratis. Se presentan el 26 de marzo en Arteatro. Y prometen mucho pogo.

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Por: Ximena Aleman

Una casa con techos altos, claraboya y pisos de madera. Pisos de madera gastada que se cortan una escalera. Una escalera empinada, casi improvisada, que conduce a un sótano. Un sótano con olor a humedad, polvo de ladrillo y sillones apolillados. Sillones apolillados con revistas de Led Zepellin. Y un bajo, una guitarra eléctrica y una frazada. Una frazada de lana adentro de una batería.

Así ensaya Mandala, una banda que desde hace once años se empeña en demostrar que en Montevideo se sigue haciendo Punk. Una banda integrada por Pablo Abayan (guitarra y voz), Guillermo Prosper (bajo), Andrés Coutinho (Batería) cuyo último disco rinde tributo a esa porfía. Los tres son Obstinadamente Tercos.

-¿Cómo es hacer punk en Montevideo?

-(Guillermo) Es sacrificado.

-(Andrés) Es mi explicación del título del último disco Obstinadamente tercos. Cuando todo nos dice que paremos acá, que nos dediquemos a las 8 horas, que larguemos los tres acordes y vayamos a laburar, nosotros seguimos haciendo punk. Si preguntás: es muy difícil. Pero es lo que nos gusta hacer, lo que nos gusta escuchar. Es lo que nos divierte y seguimos con ganas de tocar, de sacar discos, de tener canciones.

-¿Por qué punk?

-(Pablo) Son cosas que no se eligen, se van dando. Hay gustos que compartimos, todos tenemos bandas en común. Después la banda agarró una identidad propia. Cuando consolidamos la banda veníamos con esa cabeza. No nos planteamos hacer un disco de punk, pero es lo que sale, aunque no siempre. En este último disco hay dos o tres temas que no son nada punk y no importa, nos gustaron. La etiqueta "banda punk" no nos encasilla. Si mañana nos interesa otra cosa probablemente la hagamos.

-¿Por qué Mandala?

-(Pablo) Digamos que no tiene un sentido particular. Era la época de los nombres largos como siglas tipo ANIMAL. El nombre que habíamos elegido justo lo tenía la banda que tocaba con nosotros cuando tocamos por primera vez. ¡Esas casualidades! Faltaba un día y elegimos al azar de una lista Mandala como nombre provisorio pero la gente se acordó y una vez que se acordaron nos dio pena cambiar…y quedó ese.

- ¿Mandala tiene un sonido particular?

-(Guillermo) Lo que caracteriza el sonido es que somos tres. La parte de arreglos está marcada por eso, más allá que después los temas estén vestidos con coros, etc. Siempre tuvimos un sonido diferente basado en eso. Somos el único trío , y eso cambia el estilo.

-(Pablo) Creo que otra cosa es la propuesta en vivo. Somos adictos al pogo. Para nosotros es muy importante. Nuestros toques tienen mucha energía. Hay temas que son lentos que en vivo no los tocamos porque queremos mantener a la gente agitando, colgada. Me encanta esa respuesta, los toques lindos son aquellos en los que la gente está colgada y el pogo concentrado con una energía que se mantiene todo el toque. En el Pilsen Rock del 2007 aparecimos en el top cinco de los pogos. Abrimos el domingo y tocamos a las 4 de la tarde.

-¿Cómo fue hacer el disco hace once años?

-(Pablo) Era otra época. Parece mentira, pero en diez avanzó muchísimo. Los últimos discos los hicimos en formato digital. No nos justificaba, teníamos que ir a Buenos Aires. En esa época hacer discos no era fácil, menos para una banda independiente. Después de sacarlos tuvimos alguna oferta, pero éramos más jóvenes, más radicales. Éramos una banda independiente y teníamos un sello propio con otras dos o tres bandas del ambiente.

-(Guillermo) Era otro momento también en el sentido de que había mas unidad en el ambiente, había una cantidad de gente atrás de las bandas, había una conciencia colectiva. Iba más gente a los toques, se vendían más discos, se vendían remeras. Había más espíritu de hacer cosas juntos, de sacar cosas adelante. En la escena punk y no solo ahí, sino que tocábamos con bandas de hip hop. Era más fraternal. Los discos en Buenos Aires los hicimos gracias a la experiencia de otra gente que nos pasó información y nos aconsejó. No se empezaba de cero, había un piso de información. Lo mismo pasó con la grabación: unos conocidos habían montado un estudio y nos ayudaron. El clima era ese.

-(Pablo) Con el correr de los años cada uno agarró su camino y hoy parecería que no hay tanta conexión. Con el auge del rock mucha gente y muchas bandas, que arrancaban con la idea de que iban a vivir de la música o que se iban a hacer famosos, estaban más en la individual, más en tratar de destacarse sobre los demás. Ahora es un híbrido, como que estamos en un punto bajo, no a nivel de discos, que creo que se están sacando muchos discos buenos, sino de lo que es el rock a nivel de gente y difusión.

-¿Cómo ha cambiado Mandala en estos cinco discos?

-(Andrés) La idea es tocar cada vez mejor, producir los discos, experimentar más, perder el miedo. También estábamos más con la mente del trío y del vivo. Ahora pensamos que una cosa es el toque en vivo y otra el disco. Por eso produjimos más los temas, metimos más arreglos. Nos hemos preocupado por aprender piques sobre la preparación del disco. Cada disco te deja errores y al saber dónde te equivocaste intentas mejorarlo y esa pequeña evolución se nota. No hacemos los discos para nadie salvo nosotros, no tenemos la presión del sello. Se ha logrado rescatar la canción. Por ahí en el primer disco queríamos mas firulete, hacíamos todo más rápido y después pensamos: ¿para qué? Si lo importante es la canción.

-¿Cuánto les lleva preparar un disco?

-(Guillermo) Muchísimo. Para el último, estuvimos 5 meses de ensayo, de preproducción y después horas de estudio, muchísimas horas. Aparte, trabajamos mucho corrigiendo cosas.

-¿Por qué optaron por ofrecer el disco gratis en Internet?

-(Guillermo) Es un poco de todo. Un equilibrio entre el mecanismo para llegar a la mayor cantidad de gente posible y lo que podamos costear. Los primeros 3 discos los sacamos en soporte CD y a mucha gente le gusta más eso que el soporte digital, pero el costo es muy alto y cada vez se vendía menos.

-(Andrés) Nos escuchaba más gente y vendíamos menos. En el Interior lo descargaban mal y ni tenían el nombre de las canciones. Mejor así. Ahora tienen hasta la tapa. Vamos a hacer tiradas de CDs pero mucho más chicas. Así tenemos el control de cuánto se está descargando y desde dónde. Lo cierto es que nadie gana con los discos actualmente. Se hacen como un soporte para promocionar al grupo, hacer más toques y en los shows cobrar más plata para otros discos. Nos sirve más tener mil descargas que vender 300 discos. Nos sirve para tocar, para tocar lo más posible en las mejores condiciones. 1000 descargas nos permite tocar y divertirnos.

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