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Nunca se habla de los muy buenos empleados públicos

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Raúl Onetto

Para mitigar las presiones del mundo financiero en el que se mueve a diario desde 1983, se escapa los fines de semana al campo que tiene arrendado en Lavalleja. Junto a sus dos hijos trabaja cada sábado en la actividad ganadera y asegura que es el mejor corte con la semana laboral. Contador público por la Universidad de la República, se sintió tentado a presentarse el año pasado al llamado público para gerente general del Banco de Seguros, puesto al que al final accedió. Reconoce algunas falencias de las reparticiones públicas, pero advierte que las generalizaciones no son justas, ya que en el Estado hay muchos trabajadores "con la camiseta bien puesta y mucho empuje". A sus 47 años está casado y es hincha de Nacional.

POR Sebastián Panzl

[email protected]

Asumió hace dos meses como gerente general del Banco de Seguros (BSE) ¿Cómo encontró a la empresa?

Muy bien. Es una empresa líder con 62% del mercado asegurador del país y, si tomamos los ramos que están en competencia, tiene 52%. El BSE tiene más de US$ 1.000 millones de activos y un patrimonio de US$ 270 millones. Independientemente de eso, definiría a la empresa como un líder con un montón de oportunidades de mejoras en lo que hace a diseños de productos y procesos internos.

¿En qué podría mejorar los productos?

Hay una línea de productos masivos que son interesantes. Por ejemplo el BSE logró captar el 90% del SOA (seguro obligatorio de automotores) y en tan sólo cuatro meses captó más de 250.000 clientes de una manera eficiente. No es un producto que facture mucho pero logramos llegar a una cantidad de personas. En lo que hace a diseño de productos creo que el banco tiene la posibilidad de seguir en esa línea con otro tipo de productos y ayudar a desarrollar el mercado de seguros en Uruguay con una llegada más ágil para el público en general. En lo que tiene que ver con los procesos queremos, por ejemplo, reducir los tiempos desde que una persona tiene un siniestro hasta que recibe el coche totalmente reparado. Ahí tenemos un montón de oportunidades de mejora en los tiempos.

¿Cuál es el promedio de espera actual?

Tenemos un promedio de 25 días y nos estamos poniendo como objetivo llegar a un promedio de 15 días. En comparación con los privados estamos a mitad de camino: hay algunos que están como nosotros y otros que lo logran hacer más rápido.

Abandonó el mundo privado para gerenciar una empresa pública ¿Cuáles son sus credenciales profesionales?

En el llamado pedían un perfil con experiencia bancaria y especial énfasis en el área comercial y cuando me enteré me interesó porque yo no había trabajado nunca para una empresa del Estado. Trabajé muchos años en una empresa financiera privada, en Cofac, donde entré siendo muy joven en 1983 con 19 años e hice buena parte de mi carrera profesional compitiendo en la industria financiera donde diseñábamos y comercializábamos productos para Pymes y para familias. Llegué a ser sub gerente general hasta 2005. Luego y hasta hace poco estuve trabajando en una empresa del Estado que opera bajo el derecho privado que es la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND) donde estuve como gerente comercial. El rol que tenía era articular necesidades de empresas del Estado con el sector privado. Nuestros clientes en general eran oficinas estatales como intendencias, ministerios y teníamos que articular. Por ejemplo, me tocó aportar en el diseño de la solución de Costa Urbana, el centro cívico de la Ciudad de la Costa. Ahí tuvimos que dialogar con el sector privado, en particular el grupo Garbarino Lombardo. Ahí había una necesidad de desarrollar un centro comercial y nuestro rol en la CND era dar una mano.

¿Pero qué fue lo que lo sedujo a pasar al mundo público?

Profesionalmente me sedujo mucho. Estando en la CND me tocó interactuar con muchas gerencias de distintas áreas del Estado y me encontré con gente muy valiosa en esas oficinas. En la opinión pública se habla de los malos funcionarios del Estado y lo que nunca se habla es de los muy buenos funcionarios que se desempeñan allí. Hay muchos con la camiseta bien puesta y mucho empuje. Se abrió la posibilidad de debutar en una empresa pública y estoy seguro que adentro del BSE hay gente muy valiosa porque por algo la institución, a pesar de estar desde hace más de 15 años en competencia, logró adaptarse a los cambios.

¿Cuáles son las principales diferencias que han notado entre lo público y lo privado?

La diferencia más grande pasa por los mecanismos de contratación y el régimen escalafonario y de reglamentación laboral. Dentro de un mismo escalafón hay varias especialidades y es un poco complicado pasar personal de un sector de servicios a otro comercial, por ejemplo. Se puede hacer pero hay alguna rigidez en ese sentido. De todos modos, por estar en competencia tenés alguna flexibilidad pero cuidando los mecanismos.

Te pongo un ejemplo de la actualidad. Estratégicamente está bueno y queremos que el banco tenga una asesoría en marketing al más alto nivel dentro de la organización con la que hoy no contamos. En una empresa privada definís que tenes una debilidad en el área de marketing, planteás el problema, lo elevás al Directorio y salís rápidamente al mercado y te hacés de los recursos que estás necesitando. En el caso de una empresa pública primero hay que definirlo en la estructura escalafonaria, hacer el concurso interno y, si no lo tenes en la organización, el proceso de poder contar con el recurso es bastante más largo que en una empresa privada.

La percepción general es que lo público es sinónimo de lento...

Parte es percepción y parte es realidad. En el caso del BSE es un aspecto que debemos mejorar y hay oportunidades de hacerlo agilizando los mecanismos de atención que estamos teniendo con el público y con los agentes y corredores. En materia de tiempos tenemos sin dudas aspectos para mejorar.

En 1994 el mercado de los seguros dejó de ser monopólico en Uruguay ¿Cree que ese paso fue positivo para el BSE?

Sí, le hizo bien. Que funcionarios que trabajaban en monopolio logren adaptarse a hacerlo en competencia es un proceso de cambio muy grande, pero se ha hecho de muy buena manera y la prueba está en el liderazgo. A su vez, en conjunto con la competencia se está ayudando a que se desarrolle y se amplíe el negocio con las posibilidades para que el cliente pueda comparar. Algunos se han ido a la competencia, pero ahora yo veo un banco que está mucho más ágil en la respuesta que da a los clientes.

¿Casos como el del BSE y otros como Antel que también lideran en telefonía celular muestran que es bueno que el Estado también compita?

Creo que sí. Le ha hecho bien (al Estado). Estamos viendo casos exitosos en empresas estatales que están en competencia y se están adaptando a las vicisitudes del mercado. Es el caso de Antel que mantiene la mayoría del mercado en plena competencia. Pero también es el del Banco República que también tiene la mayoría del mercado y es rentable, mientras también hoy tenemos un Banco Hipotecario que está trabajando en competencia en el mercado inmobiliario y en la misma línea viene el BSE: tratar de llegar a estándares de calidad en lo que hace al criterio de atención. Los uruguayos deberíamos sentirnos orgullosos de tener empresas propiedad de todos que se adecuan a los cambios y que en muchos casos lideran con diseños de productos a las reales necesidades que está teniendo el país. Se está demostrando que empresas de propiedad estatal están dando grandes pasos a una política de servicios y también rentabilidad.

¿Hay casos hoy monopólicos y que cree que sería bueno que compitan?

Creo que hoy los servicios que están en monopolio son servicios que el Estado debe brindar como tal.

¿Ha crecido el interés de los uruguayos por contar con la protección de un seguro?

El mercado asegurador uruguayo ha crecido, pero en lo que hace a cobertura de seguros como país estamos bastante verdes. Si analizamos lo que es el volumen de primas (la suma de las cuotas que pagan por año todos los uruguayos que tienen un seguro) sobre el Producto Bruto Interno, que es como se mide internacionalmente ese indicador, en Uruguay anda en el entorno del 2% del PBI. Por ejemplo, en países desarrollados como España el porcentaje asciende al 7% y en Estados Unidos supera el 8%. Si nos comparamos con la región, en Chile anda en el 4% y, aunque con menores diferencias, tanto Brasil, Argentina, México y Colombia, por ejemplo, están por encima de Uruguay. Hay muchas e interesantes posibilidades de crecimiento para la industria. Hay perspectivas para todo el segmento.

¿Cuál es el desafío para el BSE?

El principal desafío que tenemos es mantener esa posición de liderazgo. Si logramos hacer crecer nuestra participación mucho mejor, pero estamos trabajando para ver si la organización está preparada para mantener su posición de líder.

¿Ve amenazada esa posición?

Mantener la posición de liderazgo es todo un desafío. Al estar en competencia hay que tener las antenas abiertas permanentemente pero creo que el banco tiene fundamentos para hacerlo. Es razonable pensar que la competencia esté mirando lo que está haciendo el líder.

¿La póliza de accidentes de trabajo cree que debe permanecer en carácter monopólico?

Esa es una discusión que yo no estoy en condiciones de dar ahora.

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