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Las agendas subsisten a la tecnología

La popularidad de los celulares no logra flaquear la producción de estos artículos

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En pleno avance de las tecnologías de la comunicación y la información, donde los archivos, expedientes, bases de datos y hasta el correo migran de su soporte tradicional al digital, las agendas siguen vigentes. Por año se venden unas 500.000 en Uruguay, donde el 70% corresponde a la industria local y un 30% a la extranjera, con artículos importados desde China, Chile, Italia, Argentina y Brasil.

Así, pese a la existencia de agendas digitales, dispositivos móviles y hasta celulares con función de calendario y registro de contactos, la mayoría de los uruguayos sigue optando por el librillo de papel que carga en el maletín, la cartera o el dossier.

Operadores del rubro consultados por El Empresario afirmaron que, contrario a todos los pronósticos, la producción y venta de agendas no ha caído, ni en el sector corporativo ni en el retail, ante la presencia de nuevos soportes para registrar datos y planificar actividades.

Al enumerar las ventajas de los nuevos soportes, lo primero que surge es el ahorro de espacio, el cargar con menos peso y disponer de alarmas que avisan cuándo comienza la próxima reunión. Las agendas no emiten sonidos y sí ocupan espacio, sin embargo ofrecen beneficios: el contacto, el registro escrito sobre el papel, visualizar la semana completa, retroceder para recapitular lo hecho y avanzar para proyectar lo nuevo, registrar ingresos y erogaciones, tachar, subrayar, remarcar, y hasta garabatear.

Para muchos la practicidad no está en el tamaño, sino en la capacidad de marcar la ruta en función de las actividades programadas, y esta es una tarea que siguen acaparando las agendas. Sin embargo, los empresarios coinciden en que los adolescentes de hoy, más interiorizados en aspectos digitales e informáticos, pueden hacer flaquear el negocio al desechar las agendas frente a los dispositivos móviles en la medida que vayan ingresando al mercado laboral.

Asimismo, para el director de González Rosso, Federico González, "el partido aún se está jugando". Y el ejecutivo subrayó que, independientemente del soporte que se elija, es cierto que "hay más usuarios necesitados de organización por la profesionalización de las actividades".

Empresas fieles

El negocio abastece tanto a clientes corporativos como al consumidor final que elige su agenda. El director de Garnié, Nelson Alpuy, puntualizó que en el primer grupo, que representa 70% de la facturación, las agendas son "un producto muy fuerte" para el cual es "difícil encontrar un sustituto", porque cuando una empresa decide regalarlas "busca estar presente los 365 días del año", por lo que además de implicar un presente, es una estrategia publicitaria.

En este contexto el empresario estimó que en caso que las ventas se reduzcan en el futuro, será en la línea retail. En 2009 la venta de agendas en Europa cayó entre un 5% y 7%, principalmente entre los más jóvenes, recordó Alpuy.

Mario Rusconi, que trabaja las líneas de agenda Rusconi y Abezeta, coincidió con sus colegas en que la demanda sigue siendo alta porque la agenda como artículo "marca la diferencia". Asimismo, el empresario reconoció que ello, además de la preferencia de los clientes, está en la mejora continua de los productos.

En este sentido, precisó que se apela a la calidad de las cubiertas y de las tapas, los tamaños y la distribución de los días de la semana. En el caso de Garnié y González Rosso también hay distintas líneas de productos, en función de los diversos clientes a los que apunta.

En contacto

Así como hay múltiples precios y modelos para celulares, también los hay para las agendas. Los precios oscilan entre los $80 y los $600, y en ello incide el tamaño, la calidad de las hojas y las tapas o cubiertas. Sólo entre Rusconi y Abezeta suman 45 modelos distintos.

Están las pequeñas de bolsillo para cargar en la cartera, las que tienen la semana o el día a la vista; las que disponen bolsillos y sujetadores de hojas, y hasta calculadoras o lapiceras. A ellas se suman los dossier que permiten cargar papeles y materiales extra.

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