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Mujeres viven más por los genes

| Una mutación en el ADN masculino sería la responsable de acelerar el proceso de envejecimiento en la mayoría de las especies animales, incluidos los hombres.

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Que las mujeres viven más que los hombres no es un misterio para nadie. Son ellas quienes se disputan los récords Guinness de longevidad cada cierto tiempo, sacándoles varios años de ventaja a sus pares masculinos. No hay que irse muy lejos para comprobarlo: las uruguayas tienen una esperanza de vida promedio de 79,94 años, mientras que sus compatriotas del sexo opuesto llegan a los 72,71, de acuerdo a datos del Instituto Nacional de Estadística correspondientes a 2010.

Tradicionalmente se ha entendido que esto se debe a una mezcla de factores ambientales y genéticos. Sobre estos últimos, un estudio publicado la semana pasada por la revista Current Biology entrega nueva información: mutaciones en el ADN masculino marcan la diferencia en la expectativa de vida entre hombres y mujeres.

Más en detalle, el estudio -liderado por la inglesa Universidad de Monash y con participación de la también inglesa Universidad de Lancaster- se centra en ciertos cambios en las mitocondrias, órganos celulares fundamentales, ya que son los encargados de convertir el alimento en la energía que nutre a nuestro cuerpo.

"Todos los animales tienen mitocondrias, y la tendencia a una mayor sobrevida entre las hembras por sobre los machos es común en diferentes especies. Nuestros resultados sugieren que las mutaciones mitocondriales que hemos descubierto generalmente causan un envejecimiento más rápido a nivel masculino en todo el reino animal", explica el doctor Damian Dowling, uno de autores del estudio, de la Escuela Monash de Ciencias Biológicas.

La investigación analizó moscas de la fruta de ambos sexos y notó que las variaciones en el ADN de la mitocondria afectaban sólo a los machos. "Curiosamente, esas mismas mutaciones no tienen efecto sobre los patrones de envejecimiento de las hembras", agrega Dowling.

Los científicos opinan que estas mutaciones se pueden atribuir por completo a una peculiaridad en la forma en que los genes mitocondriales se transmiten de padres a hijos. "Mientras que los niños reciben las copias de la mayoría de sus genes de ambos sus padres y madres, sólo reciben los genes mitocondriales de sus madres. Esto significa que la evolución del proceso de control de calidad, conocido como selección natural, sólo protege la calidad de los genes mitocondriales en las madres", dice el líder del estudio.

¿Cómo es esto? "Si se produce una mutación mitocondrial que perjudica a los padres, pero no tiene efecto en las madres, esta mutación pasará inadvertida a través de la mirada de la selección natural. Durante miles de generaciones, muchas de estas mutaciones han acumulado ese daño solo en los hombres, dejando a las mujeres ilesas", agrega el científico.

El estudio se basa en hallazgos previos de Dowling y su equipo, que han investigado las consecuencias de la herencia materna de las mitocondrias en la causa de la infertilidad masculina. "Nuestra investigación muestra que las mitocondrias son puntos calientes para las mutaciones que afectan la salud del hombre. Lo que tratamos de hacer ahora es investigar los mecanismos genéticos con que los hombres podrían armarse para anular los efectos de estas mutaciones perjudiciales y mantenerse saludables".

El hallazgo se relaciona con estudios previos que establecen que alrededor del 20% de la esperanza de vida de una persona está determinado por los genes. El restante 80% lo estaría por el estilo de vida, lo que incide no sólo en tener más años, sino también de buena calidad.

"Las mujeres viven más, por diferentes motivos; a nivel genético, por ejemplo, hay enfermedades que se transmiten por una mutación en el cromosoma X y que sólo afectan al hombre, como la hemofilia", comenta el doctor Ricardo Uauy, de la Academia Chilena de Medicina.

Asimismo, otro aspecto relevante en la longevidad femenina está vinculado a las hormonas. "Durante su ciclo reproductivo, los elevados niveles de estrógenos se asocian a menor riesgo cardiovascular, a un colesterol bueno (HDL) más alto, lo que hace que tengan menos infartos al corazón o cerebrales, y otras enfermedades asociadas a la arteriosclerosis", precisa el médico.

De hecho, recién alrededor de quince años tras la menopausia y la caída hormonal, las mujeres tienden a equiparar su riesgo cardiovascular con el de los hombres.

Por último, también hay un factor cultural, precisa Uauy: "Las mujeres se quejan más, pero mueren menos. Tienden a buscar más atención de salud, de manera precoz, lo que en general les permite acceder a un tratamiento a tiempo. En los hombres eso no es tan frecuente".

Las japonesas, tradicionalmente catalogadas como las mujeres más longevas del planeta, aseguran que esta característica reside en los genes, la dieta y el estilo de vida. No obstante, el año pasado fueron superadas por las chinas, cuya expectativa de vida es de 86,7 años. En base a El Mercurio.

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