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Espíritu rebelde y loco de una abuela del rock

| Decir Rita Lee y decir rock brasileño es prácticamente lo mismo. Con una carrera que lleva cinco décadas, todavía es un huracán arriba de las tablas, lo que también le ha traído algún dolor de cabeza y menos reales en el banco.

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LEONEL GARCÍA

El futuro, cuando terminaba la década de 1950, parecía plácido y sin demasiados sobresaltos a la vista para la pequeña Rita Lee, nacida y criada en el muy coqueto barrio Vila Mariana en San Pablo, educada en un colegio francés, con sueños de estudiar veterinaria y con formación en piano clásico. El tiempo la transformó en la madre -o abuela- del rock brasileño, cantante, compositora y polinstrumentista, cofundadora del Tropicalismo y una creadora cuya influencia en la música de ese país es imposible de medir. Como corresponde a toda artista de ese género que se precie, es además toda una sobreviviente de la santísima trinidad del sexo, drogas y rock n` roll; en su caso particular, también resistió a la dictadura que gobernó Brasil entre 1964 y 1985. A un día de soplar 65 velitas, Rita termina un año, que iba a ser el de su despedida de los escenarios, envuelta en escándalos, incluyendo procesos judiciales y pérdida de patrocinadores, matizados por la buena estrella popular y discográfica que todavía goza.

Reza, la canción que le daba nombre a su primer disco con canciones nuevas desde 2003, superó este año al pegadizo Ai, se eu te pego de Michel Teló en iTunes Brasil. Era toda una muestra de popularidad, aún para una mujer que ya llevaba más de 55 millones de discos vendidos en una trayectoria de cinco décadas, que estalló con la banda de rock psicodélico Os Mutantes y siguió en una carrera solista con sucesos internacionales pop como Lanca perfume, Baila conmigo (de la exitosísima placa Rita Lee, de 1980), o el impresionante Aqui, ali, em qualquer lugar (2002), donde revisaba clásicos de The Beatles en plan bossa nova. No hay dudas que 2012 hubiera sido un buen momento para una retirada con gloria de los escenarios, así como lo había anunciado en enero, en Rio de Janeiro, ciudad a la que sentía suya pese a ser paulista. Más allá de su cabello chillón, su look estrafalario y su energía en el escenario, la edad le estaba haciendo mella en su físico, al que ya le había exigido bastante, y no podía seguir el tren de las giras y los shows en vivo. Su último recital había sido programado en Aracanjú, estado de Sergipe, el 28 de enero. Veinte mil personas se acercaron a darle el adiós. Pero nada sucedió como lo soñado.

En un momento del espectáculo, Rita acusó a los policías militares ahí apostados de agredir a varios de los asistentes. "Ustedes son simpáticos, vayan a fumar un `baseadinho` (porro) por ahí, no se preocupen", le dijo la cantante a los uniformados desde las tablas. No les cayó nada bien; se desplegaron en forma visiblemente hostil en torno al escenario. Muy lejos de recular, Rita subió el tono: "caballos", "perros", "hijos de puta". Asimismo, les recordó que había pasado peores momentos durante la dictadura militar (en 1976, estando embarazada, fue encarcelada tras habérsele encontrado marihuana en su casa, que ella aún hoy jura y perjura que no le pertenecía). La madrugada después del que iba a ser su recital de despedida terminó con ella detenida, por "apología del delito" y "desacato".

Ya en la comisaría, la creadora de grandes canciones como Ovelha negra, Banho de espuma, Erva venenosa y responsable de discos icónicos de la Música Popular Brasileña (MPB), como Fruto proibido (1975), dijo que su reacción fue "emocional", provocada "por la acción truculenta e innecesaria de los agentes de policía". Fue liberada, no sin aceptar que se le iniciara una causa judicial por desacato, en la que han intervenido unos treinta especialistas como peritos.

De acuerdo con el portal noticioso Infonet, de Aracaju, por estos días la Asociación de Militares del Estado de Sergipe (Amese) está esperando que el Comando de Policía Militar de esa ciudad libere el listado de efectivos que estaban presentes esa noche. Eso se debe a que la defensa de Lee argumentó que varios de los uniformados que aprehendieron a la cantante, no estaban de servicio esa noche. O sea: no estaban cumpliendo tareas y actuaron violentamente por propia decisión. Se espera que la sentencia definitiva para este proceso se conozca en febrero próximo.

MOSTRAR LA BUNDA. Claro que de enero a hoy mucha agua pasó bajo el puente. Y no era inteligente esperar que esta mujer, fundadora del Tropicalismo junto con Caetano Veloso, Gilberto Gil, Tom Zé y otros, se quedara quieta. Amparada en la buena acogida que estaba teniendo Reza, Rita se olvidó tanto del litigio judicial como de la anunciada despedida. En mayo, volvió a presentarse durante una fiesta privada en Recife. Claro, mucho tuvo que ver en esto que, tras su despedida, su cachet sufrió un notorio incremento de 100 mil a 140 mil reales (de 48 mil a 67 mil dólares). Una cifra suficiente como para que los shows no le parecieran tan desgastantes.

Pero Rita estará lejos de sus épocas de orgías y ácido lisérgico, pero está aún más lejos de querer pasar desapercibida. El 4 de noviembre de este año, en la majestuosa Explanada de los Ministerios de Brasilia y ante unas 25 mil personas, la rockera no tuvo mejor idea de ponerse de espaldas al público y bajarse los pantalones. Fue después de interpretar Lanca perfume, tema que rendía homenaje a una droga inhalable y sumamente deshinibitoria, muy popular durante los carnavales cariocas hasta su prohibición en la década de 1960.

No fue la primera vez que Lee mostraba sus nalgas en público. De hecho, a principios de año y en Saquarema, Rio de Janeiro, había hecho lo mismo. Pero una cosa parece ser la Cidade Maravilhosa y otra la augusta capital imaginada por Oscar Niemeyer. "Mostrar la bunda (el traste) en el escenario es un acto de amor, del tiempo en que el rockero tenía cara de malo, y vos todavía no habías nacido", le respondió vía Twitter (ella es @LitaRee_real) a un fan al que la escena no le hizo ninguna gracia.

Menos gracia le hizo a uno de sus auspiciantes. "Alégrense, reaccionarios. Perdí el patrocinio de un banco porque mostré la bunda", tuiteó el 28 de noviembre. "Nunca tuve padrinos, nunca fui amiga de directivos, nunca recibí incentivos, nunca calenté los sillones. Adiós, minitour Reza", tiró a la tuitósfera de inmediato, exteriorizando su frustración y anunciando el fin de los recitales de presentación de su disco. Algo que, ya hay antecedentes, no tiene por qué ser tomado de manera tajante.

LOCURA Y CALMA. Vegetariana y activista por los derechos de los animales (tal vez un remedo de su sueño infantil de ser veterinaria), abuela e hincha del Corinthians, conductora de programas de radio y televisión, escritora de cuentos infantiles, compositora e intérprete de muchas canciones de novelas de la Rede Globo, de bastante tiempo a esta parte su vida privada está lejos del desenfreno de los años 70. Mucho tiene que ver su matrimonio con su guitarrista Roberto de Carvalho, coautor de varios de sus temas y padre de sus tres hijos. Ambos fueron presentados por Ney Matogrosso, otro gigantesco nombre de la MPB. La locura, hoy por hoy, la deja para arriba del escenario. Ella misma lo reconoce.

"Ahora soy una caradura sobre el escenario. Allí arriba soy otra persona, muy segura y extrovertida. Cuando comencé a cantar, me decían que para hacer rock tenía que tener cojones. Y siempre pensé por qué no se podía hacer este tipo de música con ovarios, ¿cuál es el problema? Es gracioso, pero hoy cualquiera que hable del rock en Brasil tiene que hablar de mí, y eso me gusta, no como ventaja, pero sí como un giro curioso de la vida", señaló al diario argentino La Nación en mayo de 2011.

En esa misma entrevista indicó que su primera maternidad, en 1977, fue el quiebre entre el desbunde de ayer y la calma (salvo en el escenario) de hoy. "Yo ya me bebí, fumé y aspiré todo lo que pude. No soy una Magdalena arrepentida; la vida son experiencias y esas son cosas que yo quise probar. Pero desde que quedé embarazada de mi hijo dejé todas las cosas que pueden ser peligrosas. En mi epitafio me gustaría que pusieran: `Nunca fui un buen ejemplo, pero soy buena gente`".

MEDIO SIGLO EN LA MÚSICA

El año 1963 es considerado por Rita Lee como el de su inicio en el mundo musical. Por aquel entonces descubría a The Beatles y formaba con otras dos amigas un trío llamado Teenage Singers (Cantantes adolescentes). La chica que quería estudiar veterinaria y había aprendido francés, inglés, italiano y español en un exclusivo colegio de San Pablo ya comenzaba a dejar lugar a la ecléctica y extravagante rockera, una de las primeras brasileñas en colgarse una guitarra eléctrica. Las Teenage Singers se fusionarían con un trío masculino para formar O`Seis, que sería el embrión de la primera formación de Os Mutantes. La fama no tardaría en llegar.

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