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El ballet y la edición

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Lucía Chilibroste (desde Buenos Aires)

EL BALLET de la Ópera Nacional de París es la institución de danza más antigua del mundo occidental, surgidAcademia Real de la Danza creada en 1661 por Luis XIV. Dueña de un particular a en la estilo y gran tradición, el camino para lograr entrar en sus filas es largo y difícil.

Para ingresar lo mejor es empezar en su rigurosa Escuela de Danza (muy pocos estudiantes de otras escuelas, o extranjeros, lo logran). Durante seis años se elige, moldea y decanta a sus petits rats, (nombre que reciben sus alumnos). Una vez conseguido el ingreso, la permanencia y el ascenso obligan a una durísima lucha diaria. Con 154 bailarines y un promedio de edad de 25 años, teniendo que retirarse indefectiblemente a los 42, es una compañía muy numerosa y joven.

En el primer piso de su sede, el Palais Garnier, están los coreógrafos y directores; en el segundo los 16 primeros bailarines y 16 étoiles, y en el tercer piso (3e Etage) el resto. Y es precisamente en este tercer piso donde nace la joven compañía 3e Etage, de allí su nombre, a pesar de que hoy algunos de sus integrantes han descendido sus camerinos al segundo, como los recientes étoiles Jossua Hoffat y la argentina Ludmila Pagliero.

Mientras la Ópera de París se encuentra en receso, 3e Etage aprovecha a bailar en un lenguaje diferente. Hijos del siglo XXI, ofrecen una danza ágil y divertida, más cercana al cine que a Petipa.

En el mes de mayo, para la presentación del espectáculo Nouvelles Virtuosités en Buenos Aires, estuvo su director Samuel Murez. Es un hombre de unos 30 años, con una simpática mirada y claridad de ideas.

BAILE Y SHOW.

-¿Cómo surge 3e Etage?

-Yo hice la Escuela de la Ópera de París, que es muy rigurosa, tanto física como psicológicamente. Hay mucha selección sobre quien "encaja" dentro del modelo de bailarín de la Ópera, dejando fuera a los demás, año tras año. Y allí se trata de aprender reglas y posiciones correctas. Estudié seis años y luego entré en la compañía. Pero yo tenía dieciocho años, y miraba alrededor, a mis amigos, y todo era diferente. Ellos corrían carreras de motos, eran amantes de las películas como Matrix, de Internet. Y parecía que lo que nosotros hacíamos no se conectaba en nada con ese tipo de público. En mis amigos nunca entraba la opción de ir a ver ballet en un posible espectáculo para la noche. Entonces sentí que sería bueno hacer algo diferente. Y como yo soy mitad francés y mitad americano (hijo de padres estadounidenses, nació y vive en Francia), creí que podía desarrollar la idea de lo que es un show. Entonces comencé a trabajar con amigos que estaban cerca, y fuimos muy afortunados porque el primer trabajo que presentamos tuvo mucho éxito. Y bueno… luego una cosa llevó a la otra, y así surgimos.

-¿Qué significa hacer un show?

-Manejar ciertas ideas y emociones. Que pueda ser divertido y entretenido, al mismo tiempo que bueno. Una idea que no todo el mundo cree que pueda ser posible en Europa, tanto en el ballet clásico como en la danza contemporánea.

-¿Qué es lo que te interesa mostrar con la compañía?

-Mmm, a diferencia de profesionales como doctores, arquitectos o investigadores, que trabajan en cosas productivas como curar enfermos, construir edificios o inventar computadoras, en las artes es diferente. Nosotros hacemos que la gente gaste su dinero. Y entonces me pregunto: ¿para qué gastar ese dinero? Y creo que la respuesta está en hacer soñar a la gente. Sacarlos del mundo real y llevarlos a otro. Sea un mundo de ideas, de emociones, o ambos. Siempre fantaseo que dentro del público pueda haber alguien muy duro o triste, que pueda reír y soñar, aunque sea durante la hora y media que dura el espectáculo.

GALAS, CONTEXTOS Y NIVELES.

-¿Cómo organizás el repertorio?

-Bailamos distintos repertorios. Coreografías mías, de Balanchine, Forsythe… pero tratamos que todo forme parte de un mismo show, con un hilo conductor de principio a fin. Al inicio comenzamos haciendo Galas, pero fue realmente frustrante. Demasiado descontextualizado. Por ejemplo, el Adagio del segundo acto del Lago de los Cisnes es realmente hermoso, muy emocionante. Pero ¿por qué es tan emocionante? Porque se encuentra dentro de toda una historia, que se cuenta de principio a fin. Hay veinticuatro cisnes, con una escenografía, luces, vestuario y una orquesta que lo ambienta. Pero si tú le sacas los veinticuatro cisnes, la escenografía, las luces, la orquesta y la historia ¿qué te queda? Sólo los amantes del ballet saben que son cisnes, no el resto. Y eso es muy raro. No nos gusta sacar ballets de sus contextos.

-¿Sería posible definir qué tipo de coreografías hacen y bailan?

-Yo siempre intento hacer coreografías que contengan múltiples niveles. Por ejemplo me gusta incorporar cosas como para que niños pequeños que nunca han visto ballet puedan entender. Así como otras para entendidos o súper conocedores.

-En el repertorio que presentan, las coreografías clásicas pertenecen a Raul Zeummes y las contemporáneas a Samuel Murez. Pero tú eres ambos. ¿A qué se debe eso?

-Yo nunca sería capaz de firmar piezas clásicas. Puedo crear muchísimas piezas contemporáneas con mi nombre, pero las clásicas no. Me sentiría mal por eso.

-Pero de hecho lo estas haciendo, aunque con diferente nombre.

-Sí, lo sé. Pero con obras específicas no lo puedo hacer. Es como algunos autores, cuando escriben historias eróticas, lo hacen con otro nombre.

-¿Hay diferencias entre un coreógrafo freelance o uno con compañía propia?

-Sí. Especialmente por el tiempo. A veces, cuando eres freelance te contratan de una compañía en la que tienes un tiempo determinado para crear con gente de la que no conoces sus nombres ni sus cuerpos. Yo tengo la suerte de que me puedo tomar mi tiempo para hacer una pieza. Me gusta ir al estudio con los bailarines, filmarlos, hacer ediciones, buscar música, vestuario. Es un proceso muy orgánico. No puedes decir `hoy a las 9 de la mañana voy a tener una idea original`.

-¿Crees que el humor es una buena forma de llegar a nuevos públicos?

-La gente, dentro de una gran oferta que tiene para ver cada noche, está pagando para ver tu espectáculo, y yo creo que es importante entretenerlos, al estilo de Charles Chaplin, que es increíblemente entretenido, pero no por eso deja de ser inteligente y profundo.

-Haces mucha referencia a películas. ¿Qué importancia tiene el cine para ti como artista?

-Yo disfruto muchísimo mirando películas o series de televisión. Me inspiran mucho Chaplin, Buster Keaton, el cine de animación de Tex Avery especialmente. Siento que presentan buenas ideas, en forma muy concreta y divertida. Creo que hoy el ballet sufre de un problema de edición. En el primer minuto se plantea la escena, pero después tenemos nueve minutos de pas de deux donde se diluye el punto planteado.

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