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¿Uruguayos en extinción?

| Hoy, en el Día Mundial de la Población, tres demógrafos hablan de los desafíos en la materia. En Uruguay, el postergado próximo censo sería en mayo de 2011. | El envejecimiento, la emigración y la baja fecundidad siguen caracterizando a la población nacional. El Estado debe amoldarse a esas realidades, dicen expertos.

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GABRIELA VAZ

El 11 de julio de 1987 nació, en Zagreb (Yugoslavia), un bebé llamado Matej Gaspar. Nadie sabe hoy qué habrá sido de su vida. Sin embargo, en aquel entonces, el acontecimiento fue inmortalizado por la Organización de Naciones Unidas (ONU) y su secretario general -en ese momento, el peruano Javier Pérez de Cuéllar- se fotografió con el niño recién llegado al mundo. Es que, según los cálculos de la institución, ese día nacería el habitante del planeta número 5.000 millones, y Matej Gaspar fue erigido como símbolo del evento.

Dos años después, y por ese motivo, la ONU decidió convertir al 11 de julio en el Día Mundial de la Población, una jornada de celebración anual en la que se intenta sensibilizar a los países sobre temas relacionados, como fecundidad, pobreza, migración o género. Este 2010, el leit motiv es "Todo el mundo cuenta", en directa referencia a la ronda de censos de población que se está llevando adelante en América Latina. Uruguay, que no contabiliza a sus habitantes desde 1996, ya tiene fecha: mayo de 2011. ¿Continuamos siendo una sociedad envejecida, más expulsora que receptora, mal distribuida geográficamente y "en extinción"? ¿Cómo difieren estas características según los niveles socioeconómicos? ¿Cuáles son las tendencias a futuro? Y sobre todo, ¿qué medidas puede tomar el gobierno para amoldarse a los vaivenes demográficos? En conocer el panorama completo radica la importancia de los censos nacionales. Las respuestas pulidas aparecerán entonces el año venidero, pero ya hay mucho para adelantar.

CADA VEZ MENOS. Ya sin un representante único, se estima que el habitante 6.000 millones de la Tierra nació el 12 de octubre de 1999. Y se prevé que el 7.000 millones llegará en 2013. El aumento, exponencial sobre todo en la segunda mitad del siglo XX, ha llevado a hablar de "superpoblación planetaria". Sin embargo, en los últimos años un fenómeno ha sorprendido a los demógrafos, pasando la preocupación para el otro lado: América Latina sacó el pie del acelerador y, así como Uruguay, varios países mantienen o se acercan a una tasa de fecundidad negativa, incluyendo Argentina, Cuba, Chile, pero también Brasil y México.

"Se llamó la atención sobre los temas de población porque pasar de 3.000 a 4.000 millones demoró 23 años, pero luego, por la alta fecundidad de los años 50, sucedió que en 12 años se aumentó 1.000 millones. El planeta Tierra crecía muy rápido. Ahora, con la baja de América Latina, se espera que el ritmo se desacelere", señala el demógrafo cubano Alfonso Farnós, representante auxiliar del Fondo de Población de Naciones Unidas (UNFPA), que por estos días se encuentra en Uruguay.

En principio, la desaceleración podría tomarse como una buena noticia. Pero tampoco es deseable que existan naciones con saldo negativo. En demografía, el ideal tiene un número: 2,1. Es la cantidad promedio de hijos que debe tener una mujer para que el mundo alcance el equilibrio de población perfecto. Farnós lo explica: "Si una pareja tiene dos hijos, cuando ellos mueran quedan los sustitutos. Cada 100 parejas, es bueno que haya 210 niños. Se habla de 2,1 y no 2, porque se prevé la mortalidad infantil. Si se logra eso, y se lleva hasta el infinito, matemáticamente logras una pirámide de población con un grupo de edades excelente, donde hay la misma cantidad de jóvenes que de viejos y una gran proporción de población activa".

En Uruguay, en este momento la tasa de fecundidad (cantidad de hijos por mujer) se ubica alrededor de 2,03, explican por su parte las demógrafas Carmen Varela y Adela Pellegrino, de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Si bien no se llega a un nivel de reemplazo, ambas consideran que no se trata de un "problema", sino una realidad a la que hay que ajustarse. Además, aducen, las causas de esta situación son positivas. "La existencia de los anticonceptivos, el acceso y los planes de promoción en términos de cómo regular su fecundidad, es una cuestión. La otra es la diversidad en los proyectos de vida de las mujeres. El cambio del rol de la mujer en la sociedad es la gran revolución. Se plantea `qué horrible` que la fecundidad en Uruguay está por debajo del reemplazo, se preocupan de que no crezcan los sectores pobres y que tengan hijos los sectores medios, pero está mal llevado porque hay que ir a las condiciones", dice Varela. Asimismo, la reducción en la tasa de fecundidad, que antes era más nítido en las clases sociales pudientes, ahora se está viendo en todos los niveles socioeconómicos. "Incluso los sectores más empobrecidos están descendiendo. Cuando se les pregunta a las mujeres de sectores carenciados cuántos hijos quieren tener, en realidad su deseo coincide con ese modelo de dos, porque se transmite y llega. En la medida que las mujeres tienen un proyecto de vida diverso, mejor educación, pasan a disminuir su fecundidad. O bien optan por quedarse por fuera de la reproducción. Entonces, ¿es malo que las mujeres tengan menos hijos? Es bueno que las parejas puedan elegir cuántos hijos quieren tener, si quieren estudiar, si quieren estar en el mercado de empleo. A eso hay que apuntar", agrega. Y la perspectiva, de hecho, es que siga bajando.

Ese mismo descenso en fecundidad alimenta el envejecimiento de la población, otra de las características de la demografía uruguaya. Pero aunque implica más gastos para el Estado en salud y seguridad social, admite Pellegrino, es consecuencia de algo bueno: la gente vive más. "La fecundidad es más baja porque las parejas optan por el número de hijos que quieren tener. Y una fecundidad baja, a lo largo del tiempo, llega a un envejecimiento".

Y a su vez, este factor está enrabado con el fenómeno migratorio: los que dejan el país son los jóvenes, desbalanceando la proporción con los adultos mayores. "Por un tema matemático, si las parejas tienen menos de 2,1 hijos, se da el envejecimiento. Es muy sencillo: la pirámide de población no tiene alimentación por abajo. Hay lugares, como sucede en Europa, que se enriquecen de la inmigración. Francia es un país envejecido pero por la inmigración que tiene equilibra su pirámide. En un país emisor, como Uruguay, la pirámide se desarregla", señala Farnós, en tanto Varela completa: "Se recrudece el fenómeno ya existente". No obstante, para Pellegrino esta situación en particular podría revertirse. "Quizás siga existiendo emigración, porque en este mundo los jóvenes buscan otros lugares. Pero también puede ser que haya inmigración, si la situación económica sigue bien. Es un país que tiene condiciones para eso. Desde el punto de vista del balance, puede ser que la cosa cambie bastante".

A contar gente. Los censos de población se realizan cada diez años, o al menos esa es la recomendación internacional. Uruguay ha sido muy irregular. Según explica la demógrafa Varela, "tuvimos en un censo en 1908, luego hasta 1963 no hubo nada, después se dieron en 1975, 1985, 1996 y entonces se cortó. No hubo voluntad política de contar a los habitantes. Dijera Juan José Calvo, un colega, `se han preocupado más de contar las vacas que las personas`. Los registros de ganado son muy buenos y son regulares. Los demógrafos insistimos con la necesidad de un censo. Iba a salir este año, pero es costoso y complejo. Se hará en mayo de 2011".

¿Cuál es su importancia? "Los datos de los censos revelan las características completas acerca del empleo, la educación, los servicios de salud de los países y suministra información acerca del crecimiento de la población, los movimientos de la gente, la estructura por edad, el nivel de pobreza, urbanización y distribución espacial de la población. Los países pueden utilizar esta información para planificar inversiones, salvar vidas y mejorar las oportunidades para el presente y las futuras generaciones", dice Farnós.

Por ejemplo, hacer frente al envejecimiento amoldando políticas a esa realidad. "No sólo hay que pensar en que mañana a los adultos mayores debemos meterlos en casas de salud. Tenemos que pensar en qué actividades pueden hacer, y qué cuestión se puede redireccionar. Antes, una persona de 70 años era alguien inútil, hoy en día no es así. Nuestro Presidente tiene 75 años. Entonces, ¿cómo las personas mayores de más de 65 años pueden aprovecharse, en el buen sentido, para la sociedad? Porque también es cierto que donde pasemos a tener una población activa muy reducida, se generan ciertos problemas para el desarrollo de un país. Hay que responder con políticas, hay que pensar qué se hace, y también cómo trazar flujos que atraigan población. El país tiene que ofrecer condiciones para abrir las fronteras. El tema va por qué políticas abordar".

Alfonso Farnós

"Los países pueden utilizar la información de los censos para planificar inversiones, salvar vidas así como mejorar las oportunidades para el presente y las futuras generaciones".

Carmen Varela

"En Uruguay no hubo voluntad política para contar a sus habitantes. Dijera Juan José Calvo, un colega nuestro, se han preocupado más por contar a las vacas que a las personas".

Adela Pellegrino

"Uruguay es un país emisor. Va a seguir habiendo emigración, pero si la situación económica sigue bien puede ser que esto se cambie y haya inmigración. Es un país con condiciones para eso".

Las cifras

2,1 Es la cantidad de hijos por mujer (210 cada 100 parejas) necesaria para tener un equilibrio de población perfecto.

2,03 Es la tasa de fecundidad actual en Uruguay; esto significa que está apenas por debajo del reemplazo.

7.000 Millones de habitantes que tendrá el planeta para 2013. El número 6.000 millones se alcanzó en octubre de 1999.

14% Proporción de uruguayos mayores de 60 años; los menores de 15 son 23%. En 2040, eso podría invertirse.

Nueva maestría para demógrafos

"Hay pocos demógrafos y se están jubilando. Necesitamos gente nueva que se forme" en esta materia, dice Carmen Varela al explicar uno de los motivos de la creación de una Maestría en Demografía y Estudios de Población, a cargo del Programa de Población de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA). La novedad se presentará mañana a las 19 horas en la Sala de Conferencias de la mencionada Facultad y contará con dos conferencias de especialistas extranjeros. Por un lado, el demógrafo chileno Juan Chackiel disertará sobre "La enseñanza de la demografía en América Latina", y a su término la brasileña María Coleta de Oliveira, profesora e integrante del Núcleo de Estudios de Población del Departamento de Demografía Unicamp brindará una charla acerca de "El papel de la teoría en la demografía". Asimismo, en la apertura hablarán los demógrafos Adela Pellegrino -coordinadora de la maestría- y Alfonso Farnós -representante auxiliar por el UNFPA-. Este último destaca la importancia de este tipo de oportunidades de estudio, al recordar que "no todos los países los tienen" a pesar de que siempre "se recomienda". Para la demógrafa Carmen Varela, en tanto, se trata de "un hito". "Primero lo fue armar un programa de población. Adela (Pellegrino) ha sido la gestora y logró armar un programa de investigación y docencia básica. Luego se realizó un posgrado de un año, y ahora avanzamos a esta maestría, que significa una formación más completa", añade.

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