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La vida en dos mochilas

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Rommy Artigas, viajera full time.

En marzo de 2015, Rommy Artigas integraba el equipo periodístico de TNU (Canal 5) y también era locutora en el Hipódromo de Maroñas. Vivía en su chacra en las afueras de Sauce y tenía lo que muchos anhelan: estabilidad. Sin embargo, la inquietud de salir al mundo a descubrir lugares y gentes pudo más.

Renunció a sus trabajos y con solo dos mochilas emprendió su viaje: Emiratos, Turquía, España, Portugal, Polonia e Irlanda han sido hasta ahora sus destinos. En Dublín estudia inglés y trabaja como moza solo para sustentar nuevos viajes. Después de un año y medio itinerante, volvió por unos días a Uruguay a visitar a los suyos y hacer trámites y habló con Sábado Show sobre su alma aventurera.

—¿Por qué decidiste renunciar a todo e iniciar tu vida de viajera?

—Era algo que venía madurando en mí. De niña jugaba a ser mochilera. Y si bien yo había logrado una posición de estabilidad laboral en Uruguay, con mi trabajo en el Hipódromo y en Canal 5, había algo en mí que me estaba pidiendo la aventura de salir a descubrir nuevos lugares y nuevas personas. Estaba bien, pero inquieta. Coincidió que en febrero de 2015 había una renovación de autoridades en Canal 5: se fue Iliana (Da Silva), Andrea Tabárez, Pepe Sena y también me fui yo. Sentí que era el momento.

—¿Cuál fue el primer destino de tu viaje?

—Dubai. Fui a trabajar con un grupo de uruguayos a una serie de jornadas hípicas. Estuve 10 días, los demás se fueron y ahí empezó mi real aventura sola. Desde que salí del aeropuerto sabía que no volvería en el corto plazo. Me fui a Turquía, estuve en España, en Polonia, Portugal y en Irlanda, en Dublín, donde hice base. Allí estudio inglés y trabajo como moza para poder hacer dinero y seguir viajando.

—¿Cómo tomó tu entorno la decisión de irte?

—Hubo un impacto. Yo soy de Sarandí del Yi. Cuando era niña viajar a Montevideo para mi familia era una odisea, imaginate cuando conté que me iba a cruzar el océano solo con pasaje de ida. Pero entendieron que para mí, en este momento, la estabilidad y el sitio de confort no son la misma cosa. Mi confort es el movimiento.

—¿Por qué hiciste base en Dublín?

—Porque me gustó la gente. Allí trabajo en una cafetería e Irlanda es la mejor escuela para practicar el inglés. A la gente le encanta hablar. Lo malo es el clima: en invierno llueve todos los días.

—¿Qué te cambió esta experiencia?

— Viajar es acumular información y vivencias, conocer gente más que paisajes. Te llenás de sensibilidad, de empatía y de ganas de hacer más. Te sacás el ego. Tenés ganas de seguir explorando y te volvés un ciudadano más de contacto y menos de pantalla, de mensaje de texto. También te formás desprendido de lo material. En Uruguay yo tenía una casa que llené de cosas. Ahora, toda mi vida son dos mochilas.

—¿Qué saben en esos lugares de Uruguay?

—Mujica y Luis Suárez. En este momentos son los embajadores. Y la marihuana legal (risas)

—¿Te sentiste sola en algún momento?

—Un poquito. Cuando empecé el viaje en Turquía. Venía con tanta expectativa y ansiedad que necesitaba compartir con alguien lo que estaba viendo. Una vez leí algo acerca de una especie síndrome del viajero solitario, que siente ese deseo irrefrenable de contar lo que ve. En mi caso, empecé a escribir mucho y ahora tengo varios diarios de viaje escritos. Con el tiempo, fui entablando amistad con decenas de personas en sintonías similares a la mía. Ahora tengo muchos "hermanos" por el mundo.

—¿Qué planes tenés?

—El año que viene quiero cambiar de continente: África. Ya no tanto con este plan de trabajar y viajar por temporadas, sino dejar que los pies caminen solos a través de África. Tengo ganas de hacer trabajos voluntarios. Ya estoy en contacto con algunas instituciones de allá. Soy una obsesiva. Tengo mapas y voy trazando posibles rutas a seguir.

—Seguirás viajando...

—Por ahora sí. Entiendo que no puedo llevar esta vida para siempre pero ya llegará el momento de echar raíces en algún lugar y dedicarme a la profesión que estudié, en mi caso la comunicación y el periodismo.

—¿Volver a Uruguay?

—Sí, ¿por qué no? Ahora que volví por unos días, siento el cariño de mi familia y de mis amigos, el estar en casa. Estoy pasando muy bien.

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Rommy Artigas, viajera full time.

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