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¿Cuánto afecta el trabajo del actor el sonido de celulares en el teatro?

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Figuras del teatro dan su punto de vista en este debate

Adriana Da Silva, Pablo Aguirrezábal, Mario Ferreira y Robert Moré dieron su opinión y posibles soluciones sobre el ring ring del celular durante las funciones.

Adriana Da Silva - Actriz y conductora.

Para un actor, la concentración es muy importante. Es por eso que antes de iniciar la función se le pide al público presente que no saque fotos, que no haga ruido con el papel de caramelos y que apague los teléfonos celulares. Todo esto molesta y atenta en contra del normal desarrollo del espectáculo. Si habiendo escuchado la grabación en la que se pide todo esto, el público hace caso omiso lo considero una falta de respeto hacia quienes estamos trabajando y el resto de los presentes. En este sentido creo muy justo el reclamo de colegas que se han visto afectados por el uso de celulares ¡No hay derecho!

Robert Moré - Actor y locutor.

Mínimo suena uno por función. En el Circular agregamos una grabación y con el doble mensaje bajó un poquito. Te vas del personaje al carajo, los mirás fijo, pero la gente te esconde la vista. Tuvimos uno que atendió, en vez de salir, fue para la cabina, ¡habló dentro de la sala tranquilo! y dijo, soy médico, estoy de guardia, no puedo estar sin atender. Lo hizo dos veces. Te desconcentra totalmente y es todo lo que genera: suena, la persona manotea, le chistan. También hay muchos ancianos que no saben cómo apagarlo. Queremos hacer una campaña y explicarles en la puerta cómo hacerlo si no saben. Echarlos es de una violencia que no soluciona el problema. Lo ideal sería poner una ropería de celulares: te dan un número y lo retirás al salir.

Mario Ferreira - Actor y director.

Cada tanto ocurre el milagro de que no suene un celular en toda la función pero es lo más extraño. Entre los compañeros pactamos detener la acción por un momento, si el sonido continúa, miramos hacia el lugar donde sale el sonido marcando la molestia. La distorsión es real, el teatro lo concebimos en el silencio y éste es parte del encanto. Llama la atención que ante tanta advertencia no puedan apagar el teléfono o bajar el volumen. Me enoja pero es algo con lo que hay que aprender a convivir. Es horrible cuando ves que se encienden las luces en la platea porque percibís que se está atendiendo otra cosa. Yo estaría más afín a que los teléfonos quedaran afuera de la sala o que se anulara la señal. No podría yo seguir la función si se echara a la persona.

Pablo Aguirrezábal - Humorista.

Me pasa bastante seguido, como trabajo en un género de apertura (monólogos de humor)  no me queda otra que adaptarlo a mi espectáculo porque es material; si hacés como que no escuchaste, te regalás. Me gustaría que la gente esté más concentrada pero cada vez acepto más lo que venga: vayan como quieran porque va a ser adaptado al monólogo y me parece que es la mejor actitud. A veces no me sale ningún chiste y un celular que suene puede ser una posibilidad de chiste que no se me había ocurrido. Me parece que prohibir no está bien, hay que impulsar una sociedad más respetuosa, una consciencia de ponerse en el lugar del otro: si hay una persona arriba del escenario está bueno que le prestes la mayor atención.

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