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Orlando Petinatti: "Siento la misma adrenalina que el primer día"

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Orlando Petinatti. Foto: Rafa Botto. Make up: Sergio Quintana

Malos pensamientos, el programa humorístico que rompe récords de audiencia la historia del dial, celebra los 25 años y en esta etapa desde Azul FM. Su creador Orlando Petinatti habla de los comienzos, de su infancia introvertida y de cómo se transformó tempranamente en un animal de radio.“Entretener a la gente es una bendición de Dios”, dice. También se refiere a la polémica por su crítica a la inseguridad. “Todo lo que dije lo volvería a decir”.

—En el 2015, Malos pensamientos celebra 25 años al aire y es el programa más escuchado en la historia del dial, ¿cuáles son tus principales sensaciones en el aniversario?

—No es el primer programa que cumple 25 años o que tiene una trayectoria larga. Pero llegar a los 25 años con éxito y un gran nivel de audiencia, causa la sensación del deber cumplido. La sensación de haber hecho las cosas bien, con mucho esfuerzo, con obstáculos, pero siempre teniendo claro cuál era la meta: hacer un programa que entretenga al público. Nunca imaginé los números de audiencia: nunca trabajé, ni trabajo para eso. Mi cabeza está en entretener, en divertirme yo mismo primero. ¿Qué sensación tengo? Me pasa lo mismo que el comienzo. Llego a la radio con las mismas ganas que el primer día. La misma adrenalina desde 1991.

—Has dicho que la celebración es todo el año pero hubo un día especial...

—Sí, el 15 de abril porque ese día inauguramos la nueva versión del himno de Malos pensamientos a cargo de la Orquesta Juvenil del Sodre. Gracias a las redes sociales, comenzamos con ellos una magnífica relación que nos ha permitido hacer muchas cosas juntos. En Malos pensamientos hemos escuchado fragmentos de conciertos que la Orquesta ha dado por todo el mundo. Y un día le propuse al director Ariel Britos la idea de hacer el himno del programa en versión sinfónica. Le encantó la idea como forma de acercarse a lo popular y masivo. La orquesta está conformada por chicos de 13 a 29 años que han encontrado en la música su vocación y para mí, también es importante que en el programa haya difusión de cultura.

—También se recopilaron mensajes y saludos de la audiencia y de colegas...

—Sí, muchos están colgados en la página del programa. Está bueno ver cómo desde lugares que nunca te imaginás, se escucha Malos pensamientos, como un oyente que nos mandó un video desde la Plaza Roja de Moscú. También hay saludos de bandas musicales que han tenido difusión en el programa y de colegas de la radio y de la TV. En este país no acostumbramos a hablar bien del otro, sobre todo de colegas. Me pareció que una buena forma de cambiar eso era acercar a los colegas, competencia incluso, para que hablen del programa.

—¿Qué dirías del público en estos 25 años? ¿Es el mismo? ¿Ha cambiado?

—Con la gente pasa algo muy interesante. Me han llegado mensajes de personas que han crecido con el programa. Como el de una chica que decía: "Te empecé a escuchar en Facultad, me acompañaste en la carrera y hoy soy agrónoma. Me recibí contigo. Me casé, tuve hijos..." Y nosotros acompañamos todo ese proceso. O gente que nos cuenta que empezó a escuchar el programa gracias a los padres y ahora lo escucha con ellos. O: "Te empecé a escuchar a los 7 años cuando mi padre me llevaba a la escuela. Ahora llevo a mis hijos y te escucho". Esa clase de cosas me enloquece. Me eriza la piel. Van más allá de los números y del éxito del programa. Entretener y alegrarle la vida a la gente no tiene precio. Es una bendición de Dios. Soy un agradecido a la vida por eso.

—¿Siempre supiste que era tu vocación o lo descubriste después?

—Yo tuve una infancia muy introvertida. Era muy tímido. Nunca fui un chico de barrio, de salir a jugar a la pelota o tener una barra de amigos. Siempre fui más hogareño y retraído. Con el tiempo me di cuenta de que eso me fue formando. Porque en mi casa siempre había una radio prendida. Mi vieja me despertaba con el informativo de Carve y me acostaba con el del El Espectador. En el resto del día se escuchaba Aquí está su disco o Tu discolandia en la tarde o Pida su gol y su música en Continente... Era un bicho de radio antes de trabajar en ella. Y cuando una radio puso sus estudios frente a mi casa, me terminé de fanatizar. Cuando crucé y me presenté en ese lugar, sentí que estaba en el mundo en que quería vivir.

—Comenzaste en El Dorado, haciendo humor y personajes en el programa El Subterráneo, conducido por Daniel Figares y luego pasaste al ciclo propio con Malos pensamientos, ¿cómo fue el proceso inicial?

—Ahí se dio el momento bisagra en mi vida. Cuando dejé de trabajar en El Dorado y no sabía si iba a volver a a la Facultad, donde estudié derecho dos años, o si iba seguir en radio. Un día me encontré con Alfonso Carbone y él me dijo que tenía que seguir en el medio y me acercó a la gente de Emisora de El Palacio, aunque tenía muchas dudas. Hasta ese momento yo formaba parte de un programa que no conducía y no me sentía capacitado para conducir solo. Le propuse a varias personas hacer un programa conmigo y todos se negaron. Porque la idea que tenía y que luego sería Malos pensamientos era muy loca para esa época. No existía un programa 100% de humor y entretenimiento en radio.

—¿Necesitabas a alguien que levantara los centros?

—Sí. Pero me di cuenta de que yo iba a conducir un programa y el centro me lo iba a levantar la audiencia. Era (y es) un programa con y para la audiencia. Un programa netamente humorístico, de puro entretenimiento, donde la gente iba a salir al aire constantemente. Y así fue. Empezamos con una hora y media y a los meses tenía tres horas.

—Desde entonces, Malos pensamientos pasó por varias radios: Mundo, Océano FM, Futura y ahora esta etapa en Azul FM. Pero hubo varios meses en 2010 que no estuvo al aire, ¿cómo los viviste?

—El 2010 fue un año muy complicado para mí. Fallecieron mis dos padres con muy pocos meses de diferencias, me mudé y me separé. Y encima, perdí la salida al aire porque dejé Radio Futura. Me cayeron todos los baldes fríos juntos... pero ahí estuve: poniendo el pecho a las balas. Ahora, me siento muy bien de haber salido más fuerte aún de todo lo que viví en ese tiempo. Un año antes había sido padre y un hijo te da fuerzas para luchar contra cualquier enemigo. Mi hija Amy, desde que nació, es la principal fuente de mis fuerzas.

—Recién hablamos de tus comienzos en la radio. Este año Figares volvió al medio, ¿lo has escuchado? ¿Ves posible una eventual reconciliación del distanciamiento que han tenido? Él ha dicho que no has sido agradecido con la oportunidad que te dio…

—Distanciarse no es lo mismo que pelearse así que no será necesario reconciliarse. Yo me hago responsable de mis palabras, no de lo que dicen los demás. De todas maneras, me parece bueno que quienes sentimos pasión por la radio, estemos en el medio.

—Una de las críticas que recibe Malos pensamientos es que se repite por momentos, que tiene formatos, como "la mano" por ejemplo que se mantienen en el tiempo, ¿qué respondes a esas apreciaciones?

—La verdad es que Malos pensamientos ha mutado en estos 25 años de acuerdo a lo que audiencia me pide. Cuando empezó era un programa con muchos personajes y ahora, si bien la esencia es la misma, el programa es diferente todos los días. Todos los días sorprende, tocamos temáticas de actualidad y todos los días tenemos contenidos distintos. Pero en el fondo agradezco esas críticas porque son también de oyentes. Por algo saben lo que el programa hacía y lo que el programa hace. Andá a pedirle a David Letterman que haga algo diferente, andá a pedirle a Paul McCartney que toque el arpa... No. Yo hago lo que sé hacer y si encontramos la fórmula del éxito, no voy a dejar de hacerlo. Además, es lo que me sigue divertiendo y lo que la audiencia me pide y en el fondo, porque eso es Malos pensamientos.

—Otras veces se ha dicho que hay cierto aprovechamiento de la audiencia en cuanto a la exposición de sus asuntos personales...

—El primero que se expone soy yo. Todos los días. Me río de mí mismo y hago humor con lo que me pasa. Eso forma parte del estilo del programa.

—¿Pero nunca te fuiste del estudio arrepentido de algo, diciendo "me parece que me pasé", "hice algo que no sé si está del todo bien..."?

—No, jamás. Porque durante muchos años he trabajado la responsabilidad de estar frente un micrófono. No hubiera durado 25 años si yo malutilizara la responsabilidad del micrófono. Si tenemos la trayectoria y la historia que tenemos, es porque uno utiliza bien la comunicación con la audiencia. Con Malos pensamientos suceden cosas que no pasan en otros lados: la gente sale al aire a contar cosas personales como no la hace en ningún otro lado. Primero, porque siente la confianza en mí y en el programa y segundo, porque siente el respeto que yo tengo al aire de cuidar a la gente. Todas las personas que salen al aire son mayores de edad y a lo largo de estos años lo único que sentí fueron gratificaciones. Sobre los detractores, me parece muy bien que existan, y esas piedras también han ayudado a construir este castillo de 25 años.

—Hace unas semanas hiciste en el programa un fuerte alegado en contra de la inseguridad a raíz de la muerte de una docente en un local de pastas en Parque Rodó. Eso generó muchas repercusiones, ¿te arrepentiste de haberlo hecho?

—Todo lo que dije, lo dije con el corazón y lo volvería a decir. Es lo que nos pasa a todos día tras día. Estaba al aire en ese momento y al leer la noticia de la chica que mataron porque fue a comprar ravioles un domingo, me pareció muy injusto que alguien pierda la vida por un hecho como ese. Vuelvo a la responsabilidad del micrófono: ¿cómo no voy a decir una cosa así si esto que pasó con esta chica le puede pasar a cualquiera? Hice algo muy sencillo: me puse en el lugar de la gente, cosa que hago muchas veces en mi vida. Porque me lo inculcaron de niño; si hablé así, es porque me puse en el lugar de otro.

—¿Crees que el gobierno tiene más para dar en el problema?

—Claro. La inseguridad que estamos viviendo no me parece que no se pueda combatir. Quienes nos cuidan, o nos deberían cuidar, tienen que mandar una señal. No estoy hablando de política, si no de la realidad. Es un país divino, pero para eso tenemos que cuidarnos entre todos.

—¿En lo personal has sido víctimas de inseguridad?

—Todos hemos vivido situaciones de inseguridad.

—¿Te robaron? ¿qué pasó?

—Todos lo hemos vivido.

—Hubo muchas repercusiones luego de esa editorial, algunos comentarios a favor y otros en contra, que llegaron a tildarte de "facho" ¿Cómo te cayó?

—No me jode. Los comentarios anónimos en las redes sociales no me molestan. La mayor pérdida de tiempo es discutir con un fanático. Por definición, al fanático no le interesa la verdad, solo quiere ver triunfar su fanatismo. Lamentablemente, en este país nos estamos convirtiendo en fanáticos: del deporte, de la política, de los sindicatos... Es una cosa muy fea cuando uno dice algo que tiene que ver con la realidad y lo tildan de "facho". Esa gente no sabe lo que es el fascismo y estoy muy lejos de eso. Nada más digo que para que triunfe el mal solo basta que los buenos no hagan nada.

—En el marco de las repercusiones se generó una polémica en Twitter cuando Sergio Gorzy republicó una respuesta que te había dado Ernesto Kreimerman, ¿te molestó esa actitud? ¿Has hablado con Gorzy del tema?

—Kreimerman no hizo alusión a mí en su carta. El miércoles fue el Día del Perdón así que Sergio está perdonado.

—¿Cómo siguen los festejos por los 25 años?

—Vamos a sacar un disco a los 25 años del rock nacional. Hemos visto nacer y crecer a todas las bandas que suenan hoy. Difundimos muchas de ellas cuando no eran conocidas. Tampoco quiero dejar de agradecer al equipo que hay detrás del programa. Al de ahora y a los de antes. Hoy, Malos pensamientos tiene un equipo muy profesional; al aire me acompaña Luigi Tempone desde hace 11 años. Es un artífice del programa en su desarrollo diario. El juego con efectos y palabras que aparecen en diferentes contextos al aire, se logra gracias al feedback que tengo con Luigi. Es maravilloso. También nos acompaña Srta. Colombia (Laura Amado) que un valor diferencial en el programa. A ellos le sumamos la parte tecnológica y toda la radio: cuando empieza Malos pensamientos la radio se transforma, se transita por una energía especial. Todos, desde la recepcionista hasta el administrativo y el directivo, cada uno desde ese lugar, están envueltos en ese espíritu del programa con el foco en divertir a la audiencia. Eso es lo que hacemos desde hace 25 años.

Si no puede ver el video haga click aquí.

¿Amor? "Estoy muy bien".

El licenciado Orlando Petinatti es muy reservado de su vida personal. Se separó en 2010 de la madre de su hija. Consultado acerca de su situación sentimental actual, apenas aseguró: "Estoy muy bien, muy feliz".

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Orlando Petinatti. Foto: Rafa Botto. Make up: Sergio Quintana

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