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Nueva Libby: La ex de Masters

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Caitlin Fitzgerald

En Masters of Sex, la serie que emite HBO, existe un tercer personaje que, a medida que las temporadas han ido avanzando, fue ganando tanto protagonismo y peso como sus protagonistas indiscutidos: Bill Masters (Michael Sheen) y Virginia Johnson (Lizzy Caplan). Se trata de Libby, quien en la cuarta temporada (que finaliza el próximo viernes) es la ex de Bill, pero que conocimos como su devota e insegura esposa. Carácter que los años, los problemas familiares y los avances sociales han ido cambiando hasta llegar a lo que es hoy, una mujer totalmente independiente, y capaz de valerse por sí misma (tengamos en cuenta que son los años 50 y 60) y de hacer frente a su infiel esposo.

Caitlin FitzGerald es la actriz que encarna este personaje que se ha sabido mezclar en revueltas por los Derechos Civiles y de las Mujeres. Este año quemó un corpiño y, en su vida personal, no se ha privado de pagarle a su marido con la misma moneda de la infidelidad. En esta entrevista, FitzGerald cuenta su experiencia en la serie.

-Libby es una especie de representante del público, porque vive fuera del mundo Masters y Johnson. ¿Cómo se siente respecto a eso?

-Una de las cosas más divertidas sobre Libby es que ella comienza a comprobar las teorías fuera del universo Masters y Johnson, y en esta temporada logra abrirle las puertas al movimiento de liberación de las mujeres y de sí misma. Comienza a tirar sus corpiños, literal y simbólicamente. Fue increíble ver cómo partimos de los años 50 y de las ropas-cárceles que se usaban en esa época, y que ella haya logrado decirle adiós al corpiño, diciendo "abajo el patriarcado". Fue muy bueno.

-¿Cómo ve la evolución de Libby? ¿Le gusta interpretarla?

- De todos los personajes, Libby fue la que tuvo más cambios o evoluciones. Pienso mucho en el hecho de que en el piloto le decía a Masters, "Papá". Libby era el personaje que había comprado la idea del cuento de hadas: si encuentro a la persona correcta y tengo hijos, seré muy feliz y estaré segura para siempre. A lo largo de estos cuatro años vimos la desilusión respecto a ese cuento de hadas y cómo debe enfrentar la realidad. Pero creo que, para todos, cuando se deshace ese modelo del cuento de hadas, es cuando se puede realmente ser libre y hacer elecciones verdaderas para quien somos individualmente, y no en función de las imposiciones culturales.

-¿Cuánto de la evolución de Libby se basa en sus propias ideas de cómo el personaje debería ser?

-No opino tanto como Lizzy (Caplan) y Michael (Sheen), pero nos alejamos de la historia casi de inmediato con Libby, y veo como un profundo elogio que los guionistas hayan dejado que evolucione, crezca y cambie tanto como ellos. [risas]. Es como un voto de confianza en mis habilidades de actriz, y ha sido extraordinario ver cómo la vida y el arte se espejan. Tenía 28 años cuando comencé a hacer la serie. Este año cumplí 33 y crecí junto con Libby Masters. Ha sido una asociación increíble.

-¿Le entusiasman los lugares hacia dónde ha ido con Libby en esta temporada?

En la cuarta temporada, Libby consigue trabajo como secretaria de un abogado.
En la cuarta temporada, Libby consigue trabajo como secretaria de un abogado.

-Los lugares son geniales, hacemos un viaje… Son lugares interesantes.

-Hubo hasta una fiesta swinger…

-Las cosas que suceden en la cultura, el movimiento del amor libre esparciéndose, todo era muy excitante. Y por Libby, solo emocionalmente, estuve toda la temporada llorando. Después me fui enojando mucho, lo que es muy gratificante, y tardó un tiempo para que pudiera tener un poco de diversión, lo que fue una fiesta.

-Volviendo a los 50 y 60, y casi los 70, ¿hay cosas que mira hacia atrás y piensa: "Eso no lo sabía"?

- Muchas. Me sorprendí mucho al leer sobre el trabajo de William Masters y Virginia Johnson, así como todo lo que investigaron y estudiaron, y que nos cuestionamos hasta hoy. Eso es extraordinario. En la segunda temporada investigué sobre el Movimiento de los Derechos Civiles para mi personaje. En esta temporada estoy leyendo textos de Gloria Steinem y sobre el Movimiento de Liberación Femenina. Entonces es increíble tener toda esa parte histórica junto con el trabajo. Me encanta. Soy una gran nerd en eso.

-Varias historias abordadas en la serie tienen paralelos interesantes con cuestiones que enfrentamos hoy en las relaciones sociales. Seguimos luchando por los derechos de las mujeres, el aborto y el paso del tiempo…

- Eso es terrible. Lo que leí sobre el Movimiento de los Derechos Civiles y el Movimiento de Liberación Femenina fue muy instructivo y aterrador. Las cuestiones que los investigadores Masters y Johnson estudiaban sobre sexo y relaciones son las mismas que enfrentamos ahora. Tenemos mucho trabajo por delante y muchas áreas que aún debemos explorar.

-Lizzy Caplan dijo que el vestuario que usó en las temporadas anteriores reflejó la evolución de Virginia, de cuando tenía poco dinero a ahora, que gana más. ¿El vestuario refleja la trayectoria de Libby? ¿Cómo se viste ahora?

-De muchas maneras siento que ella está creciendo e independizándose, pero al mismo tiempo se está poniendo más joven. Sale de los 50, sale de esa "prisión", lo que es genial, y sus modelos cambian, las polleras se acortan un poco. En los 70, las telas son más rústicas, de otro mundo, psicodélicas. Plásticos [risas], lo que no permite respirar muy bien. Los cabellos se acortan, el maquillaje es más extremo. Fue divertido pasar por esa transformación.

El look de Libby es otra de las cosas que destaca en esta serie.
El look de Libby es otra de las cosas que destaca en esta serie.

-Es interesante que mencione que ella se está poniendo más joven, porque eso muchas veces sucede con las mujeres cuando salen de malas relaciones, de un matrimonio, y pasan a tener un look genial porque se sienten geniales. Dijo que ya no tiene que llorar, puede enojarse y divertirse. ¿Le gusta la nueva libertad de Libby, esa especie de metamorfosis?

-Libby pasó las tres temporadas anteriores en una situación terrible, en un matrimonio infeliz y con miedo a que se terminara. Cuando al final de la tercera temporada el matrimonio llega a su fin, junto con la ilusión, y llega al fondo del pozo, la única opción es subir, mejorar, y ella hace eso rápidamente. Creo que está pergeñando el fin, pero también creo que todos los seres humanos lo hacen. Libby busca una salida y se da a sí misma otras opciones, pero curiosamente todas giraban en torno de un hombre. En esta temporada se da cuenta de que su liberación no necesita involucrar a un hombre que la rescate, y eso es genial.

-¿Todavía debemos hablar sobre personajes femeninos fuertes o eso ya no debería ser un tema en la ficción?

- Sin duda necesitamos hablar porque lamentablemente todavía son raros. Uno de los mayores elogios que la serie recibió, en mi opinión, fue ser una serie llena de mujeres fuertes, mujeres enteras y cada una de ellas diferente. Por lo general, vemos a una mujer fuerte como personaje principal y las demás alrededor son caricaturas, o todos los personajes son caricaturas, con una buena, una guarra, una dulce e inocente. Pero hacer personajes femeninos que parezcan mujeres reales y tengan sentimientos individuales es súper importante para mí. Es algo que quiero hacer más, seguramente.

En un capítulo, una feminista le propone liberarse del corpiño y Libby acepta.
En un capítulo, una feminista le propone liberarse del corpiño y Libby acepta.

- ¿Lo que se ve en la pantalla en relación a las mujeres no tiene que ver con el hecho de que una mujer está al mando de la serie y que la mayor parte de los guionistas son mujeres, y que también hay directoras? ¿Hay algo diferente cuando mujeres escriben sobre mujeres? ¿Hay más mujeres contando historias sobre mujeres, y eso hace que el conjunto sea más lógico y "redondo" tanto para las mujeres como para los espectadores hombres?

-Seguramente. Es por eso que necesitamos tener más mujeres haciendo más cosas en general porque no pensamos como un hombre. Por más sensible y maravilloso que un hombre sea, nosotros vemos el mundo por nuestros ojos y perspectivas, y necesitamos contar esas historias en Hollywood. Hollywood aún está detenido en la edad de las tinieblas, pero viene mejorando. Estamos charlando y eso es muy bueno. Las personas que logran hacer un episodio piloto en un estudio todavía integran una pequeña lista formada en gran parte por hombres y mujeres blancos, y eso no basta. Necesitamos más.

-Lizzy Caplan comenta que las personas ahora le cuentan sus cuestiones sexuales e historias…

- [risa sonora] Sí. Hay gente que hace series médicas y escucha preguntas del tipo: "¿Podrías dar una mirada a un problema que tengo en la espalda?".

-¿Las mujeres la buscan para hablar sobre sus relaciones?

-No me hacen preguntas sobre sexo, porque no es el área de actuación de Libby, pero recientemente en Nueva York, estaba sola en un pequeño restaurante indio y una mujer vino a mi mesa, se arrodilló delante mío como si fuera a pedirme en casamiento, casi llorando, y me dijo cuánto mi personaje significaba para ella. Veo a muchas mujeres emocionadas y agradecidas, y tengo ganas de abrazarlas y decirles: "¡Siga adelante, libérese!".

Es realmente un privilegio ser actriz y contar historias. Con ese tipo de personaje tenía la responsabilidad de hacerla lo más humana y empática posible. Cuando me invitaron a hacer el papel, dije: "No tengo nada en común con un ama de casa de los 50. Tengo 28 años. No me interesan los chicos. Nada de eso". Pero lo que percibí rápidamente es que su preocupación de hacer realidad el cuento de hadas realmente me tocó, y a todas las mujeres a mi alrededor. Ahora estoy en una edad en la que mis amigas están teniendo hijos, el cuento de hadas evolucionó considerablemente, y todas somos feministas muy bien formadas. Somos mujeres fuertes en mi grupo de amigas, pero todas pensamos cosas como: "Algún día va a aparecer un hombre que se va a arrastrar a nuestros pies y todo estará completo".

-Como está leyendo textos de Gloria Steinem, que coincidentemente solo encontró el amor a los 60 años, ¿hay algún tipo de lección para Libby, o para usted y sus amigas, que termine con ese cuento de hadas o ajuste ese pensamiento de alguna forma?

- Sí, hay. Es el hecho de que podés ser tu propio salvador, lo que es algo obvio, pero difícil de lidiar. [risas] Libby me enseñó mucho sobre el descubrimiento, que un hombre no va a hacer eso por ella. Un hombre puede formar parte de esa historia después o ahora, pero debe haber algo más que proporcione satisfacción y una idea de objetivo. Tiene que ser así.

-¿Cuál es su consejo para mujeres que quieren hacer lo que usted hace?

-Trabajar duro, nunca rendirse y asumir grandes riesgos. Como actriz, para bien o para mal, eso puede enloquecerme, pero me acerco al límite de mis miedos y aun así sigo. Es masoquista, pero es la manera de lograr hacer las cosas. Tenés que hacerlo.

Caitlin FitzGerald


Nacida en 1983, demostró de niña su gusto por la actuación dando sus primeros pasos en el teatro. Se graduó en la Escuela de Arte de Nueva York y estudió a Shakespeare en la Real Academia de Arte Dramático de Londres.

Una actriz que demostró que está para más.
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Caitlin Fitzgerald

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