Gran drama francés, otro portugués y un documental con mucho fútbol

30/07/2016, 05:00

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En En un lugar de Francia, un médico de campaña enfrenta su propia enfermedad al tiempo que recibe la ayuda de una joven colega. En Una chica de su edad, una veinteañera se empieza a cuestionar muchas cosas. Y en Nueva Venecia, un documentalista uruguayo presenta una aldea colombiana que respira fútbol y lo intenta jugar donde sea aunque está rodeada de agua.

En un lugar de Francia

El director de esta película -Thomas Lilti- es médico, profesión que abandonó para dedicarse al cine, por lo que sabe muy bien de qué habla cuando nos presenta a Jean Pierre. Éste es un médico de campaña (tal el título original del film) que acaba de enterarse que tiene un cáncer que está afectando su cerebro, pero prefiere que solo su doctor lo sepa. Igual, la familia de Jean Pierre son sus pacientes, ya que está divorciado y su hijo –con quien tiene relación- no vive con él. Por eso de que "en casa de herrero, cuchillo de palo", este médico se niega a aflojar con su actividad, por lo que su doctor le manda una ayudante. Se trata de una doctora que se recibió tarde, pero durante diez años fue enfermera. A primera vista, el espectador podría pensar que va a asistir a una historia de amor. Quizás sí, pero el trayecto le dará prioridad a otro amor: el de un médico con sus pacientes, esos que visita sorteando obstáculos (barro, tormentas, animales enojados, caminos imposibles) o a los que les hace promesas inquebrantables (un anciano de 92 años al que se compromete no internar). La historia resalta la importancia del médico rural, al tiempo que cuenta lo que ocurre con un hombre solitario, triste por lo que le pasa y reacio a aceptar los cambios (en su vida y en la modalidad de trabajo). Su nueva colega representa esa necesaria ráfaga de aire fresco que le proporciona otra perspectiva y que, casi sin que se note, lo irá transformando. Enorme labor de François Cluzet (el tetrapléjico de Amigos intocables), muy bien secundado por Marianne Denicourt. Muy buena fotografía para enmarcar una historia que reivindica los lazos humanos.

Una chica de su edad

Mariana es una joven portuguesa que atraviesa una crisis existencial. Es de Viana, donde está su familia, pero vive en Lisboa, donde están sus amigos. Se siente culpable por no estar en uno u otro lado, y la cosa se complica más cuando su novio regresa de Nueva York y le hace ver su desencanto con la sociedad y la cultura portuguesas. Es muy interesante la comparación que entabla entre Portugal (sirve para Uruguay) y Estados Unidos, entre una sociedad estancada más allá de la crisis económica presente en todo el film- y una sociedad que pone el pecho a las balas. Navegando entre el documental y la ficción, este relato se apoya en la recreación de climas y en la gran actuación de su protagonista (y co-guionista) Mariana Sampaio. Para reflexionar.

Mariana Sampaio en una gran labor en un film que también co-escribió.

Nueva Venecia

Nueva Venecia es una aldea de pescadores colombiana que lleva ese nombre porque sus casas, como en la Venecia italiana, están rodeadas de agua. Eso no impide que niños y jóvenes se la pasen jugando al fútbol y soñando con ser profesionales de ese deporte. El lugar pasó por una masacre a manos de un grupo que buscaba guerrilleros escondidos. Los habitantes debieron huir, pero poco a poco fueron volviendo y reconstruyendo sueños. Entre ellos, una cancha de fútbol. Un uruguayo es quien dirige este documental que va tocando distintos temas que aparecen en los nombres de las embarcaciones de los habitantes: La Esperanza, La Revancha, La Fe, Sueños Cumplidos. Una buena forma de acercarse a una realidad de gente para la que el fútbol es una inyección de energía y esperanza.