Dos muy atractivas producciones originales de Netflix llegarán a la programación de este servicio de streaming los dos próximos viernes. Daughters of Destiny (Hijas del Destino) muestra la realidad de las niñas india formadas en una institución que busca darles armas para salir de la pobreza.En tanto, Icarus pone el foco en uno de los escándalos de dopaje más importante de los últimos años, el ocurrido con los atletas rusos previo a Rio 2016.

Cinco niñas indias de la casta denominada dalit son las protagonistas de Daughters of Destinity: The Journey of Shanti Bhavan, documental que estará disponible en Netflix a partir del próximo viernes.

Se trata de una producción original de este servicio de streaming que pone el foco en una de las comunidades más pobres del mundo. La serie, que consta de cuatro partes, registra el crecimiento de las niñas de esa casta, entre los 7 y los 23 años de edad. Las pequeñas viven en Shanti Bhavan, una escuela residencial mixta en Tamil Nadu. La misma fue concebida en 1996 por el Dr. Abraham George, un hombre de negocios estadounidense, nacido en la India, que estaba decidido a cambiar la pobreza desenfrenada en su país de origen. Casi 20 años después, The Shanti Bhavan Childrens Project ha producido una generación de ingenieros, abogados, científicos y periodistas.

La expectativa de la institución es que todos -niñas y varones- aprendan a mantenerse y así consigan sacar a sus familias y comunidades de la pobreza. Eso se toma además como una forma de contribuir al mundo.

Detrás de Daughters of Destiny se encuentra la directora ganadora del Oscar, Vanessa Roth. En 2007 consiguió la estatuilla a Mejor Corto Documental por Freeheld donde, junto a Cynthia Wade, contaba la historia la teniente Laurel Hester y su amarga lucha para lograr una pensión para el amor de su vida, otra mujer. En el documental de Netflix, procura destacar la lucha de las estudiantes indias, que buscan autodefinirse, redefinir su sexo y su clase, y crear un nuevo futuro para las próximas generaciones. Fueron siete años de filmación, tanto en Shanti Bhav como en los hogares de las protagonistas, que cuentan su realidad en primera persona.

En el equipo hay otro ganador del Oscar, el compositor A.R. Raham (obtuvo dos estatuillas, por Banda Sonora y Canción Original de Quién quiere ser millonarios, en 2008), responsable de la banda sonora original de Daughters of Destiny.

Una semana después, Netflix presentará Icarus, un audaz documental en el que el director Bryan Fogel se dedicó a investigar el dopaje deportivo partiendo de su experiencia como ciclista aficionado.

Fogel se dopaba, observaba los cambios en sus actuaciones y veía si podía evadir la detección. En ese experimento es que se topó con Grigory Rodchenkov, un renegado científico ruso y pilar del programa "antidopaje" de su país.

La idea partió de uno de los más grandes escándalos en la historia del deporte, lo ocurrido en los Juegos Olímpicos de Rio 2016. En esa competencia no participaron los atletas rusos porque se descubrió que casi el 100 % de su delegación había dado positivo en las pruebas antidopaje. No eran los únicos deportistas que habían pasado por esa situación, pero fue con ellos que se puso en el tapete un tema polémico y escandaloso.

Con decenas de llamadas de Skype, muestras de orina e inyecciones hormonales mal administradas, en su investigación Fogel y Rodchenkov se acercaron a una realidad que se propusieron denunciar. Cuando la verdad aparecía como más compleja de lo imaginado y las acusaciones de ilegalidades tocaban a las más altas cadenas de mando de Rusia, ambos se dieron cuenta de que tenían el poder de revelar el mayor escándalo deportivo internacional del que se tenga memoria. Entre las cosas que descubrieron está que el presidente ruso, Vladimir Putin, estaba al tanto de lo que ocurría y decidió mantenerlo en secreto.

Icarus, también original de Netflix, es presentado como un retrato vital del sacrificio que algunas personas están dispuestas a hacer para defender la verdad. Se define como una producción que coloca al espectador en el corazón de un juego internacional de gato y ratón, donde un error de cálculo puede costar la vida.

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