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Katja Alemann: "Nunca me puse en un lugar de inferioridad por ser mujer"

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Kajta Alemann

Como cuando era niña, Katja Alemann disfruta este año de la temporada de Punta del Este de principio a fin. Allí se dio el gusto de presentar el espectáculo Malcanto, donde hace un recorrido musical por su vida.Frente al atardecer de la playa mansa del balneario, la multifacética artista y emblemático sex symbol de los 80 da rienda suelta a su verborragia en diálogo con Sábado Show. Mientras el viento le desacomoda la larga cabellera y sus enormes ojos celestes se combinan con el paisaje, Alemann se mete sin prejuicios con el machismo, el erotismo y el paso del tiempo.

—¿Cuál de todas tus facetas artísticas se ven en Malcanto, el espectáculo que presentaste en Punta del Este?

—Yo soy bastante performer, me gusta hacer cosas no tan ajustadas sino que se vayan adaptando al público. El show de Malcanto es un recorrido por mi vida y por todas las canciones que compuse que fueron hits. También hay tangos y temas que escribí en Punta del Este. Es un espectáculo que tiene que ver con el mar, la memoria, la vida de uno. Es autobiográfico. Lo hice en Tío Tom durante enero, y vamos a retomar para lo que queda de la temporada.

—¿Cómo te recibió el público de Punta del Este?

—Es un público variado, muy familiar. Tuve una función con una platea de niños donde tuve que cambiar el comienzo para hablarle a los chicos y que participen del show. El público me dice que se va contento. Es un show que celebra la vida a pesar de todo.

—Has hecho de todo a lo largo de tu carrera, ¿qué te enorgullece más?

—Haber sobrevivido hasta acá y seguir con ganas de hacer cosas distintas. Y ser feliz con lo que hago.

—¿Te arrepentís de algo que hayas hecho en tu carrera?

—No, me arrepiento de cosas que no hice.

—¿Qué te quedó por hacer?

—Cuando era chica tomé decisiones que no tomaría de vuelta. Me llamaron para hacer La Noticia Rebelde (1984), pero yo quería ser actriz de cine y me fui para hacer una película en Brasil que al final quedó en suspenso para siempre. Son esas cosas que uno nunca puede saber, es la aventura de la vida. Yo después siempre quise hacer programas de televisión con mi impronta. He propuesto como 30 a lo largo de mi vida a diferentes gerentes de programación pero nunca pude tener un programa ideado por mí. Eso me quedó pendiente.

—¿Cómo recordás la primera etapa de tu carrera con Jorge Porcel?

—Lo que me interesaba en aquel momento era aprender el oficio y saber hacer cualquier cosa. Dentro de todo era bastante cuidado y fino. Lo tomaba como un desafío porque Porcel era un comediante muy groso. Además a mí me encanta bailar y cantar entonces lo hacía con gusto.

—Hace pocos años se abrió un debate en donde se acusa a aquellos productos de ser misóginos y sexistas por cosificar a la mujer.

—La objetualización de la mujer es un problema. Está saltando ahora al público pero justamente si partís de la base de la objetualización de la mujer, un hombre de determinadas características psicológicas traduce eso a matarla a golpes. Eso es algo que hay que reconsiderar. Pero la mujer como figura y como símbolo de atracción sexual es algo maravilloso. Yo he luchado mucho por resignificar ese contenido, sacar lo erótico de lo pecaminoso. Lo erótico tiene que ver una fuerza vital, con el placer. Hay que sacar la degradación de lo erótico, porque inmediatamente una mujer que provoca deseo en el hombre es la reventada que se agarra cualquiera. Hay que correr ese sistema de creencias y que la mujer que provoca ese deseo sea venerada.

—¿Sufriste machismo a lo largo de tu carrera?

—Una es testigo del machismo porque está, existe. De todos modos las mujeres del Río de la Plata no tenemos ni una cuarta parte de los problemas que tienen en otros lados. Somos libres, hacemos lo que queremos. ¡Hello! Yo no lo he padecido. Nunca me coloqué en un lugar de inferioridad por ser mujer. Soy par con los hombres y me siento en ese lugar.

—¿Volverías a protagonizar una tapa de Playboy como las que hiciste a fines de los 80?

—Y... es como que no ha lugar. Voy a cumplir 60 este año. No me arrepiento de haberlas hecho, incluso en el show muestro las revistas; pero que me divierta con lo que me ha tocado en la vida no quiere decir que lo quiera mantener vivo en el tiempo.

—¿Te acordás de los comentarios que te llegaron después de aquellas publicaciones?

—Sí, son generaciones y generaciones de argentinos que se "inspiraron" en mí (risas).

—¿Te lo dicen?

—¡Claro, no hacen otra cosa! Yo me río y les digo que es un honor. ¿Qué voy a hacer?

—¿Te afecta el paso de los años?

—Lo más difícil de la vida es envejecer y morir. No alcanza la vida para prepararse para ese momento. Es dejar ir. La vida enseña constantemente a dejar ir todo. Y si hay algo que yo he aprendido es a dejar ir. Cuanto más dejás ir, más liviano te ponés y menos te afectan las cosas en un sentido negativo. Cuando uno atraviesa eso, el espíritu va comprendiendo muchas cosas. Yo aprendí la importancia de las pequeñas cosas, del amor de los seres queridos, ayudar a los demás y dejarse ayudar por lo demás. Yo agradezco mucho a las personas que me ayudan, como las que colaboran para mi show.

—¿Prosperó la relación con el músico ucraniano con quien intercambiabas mails, según contaste en el programa Perros de la Calle?

—Me encanta su música y hemos tenido idas y vueltas para gestionar algún eventos juntos. Tengo una afinidad artísitca con él, y me parece divino, ¡pero no lo conozco! No sé ni siquiera si está casado (risas). Cuando salió en los medios mi vínculo con él, le tuve que aclarar que nada de eso era en serio. Yo pensaba "el tipo va a pensar que soy una loca".

—¿En Buenos Aires tenés algún novio?

—Estoy divinamente sola. Se me fue la "hormona loca". No tengo una preocupación en ese sentido.

—¿Cómo es la sexualidad a los 59?

—Soy más selectiva. Estoy para un tipo de experiencia que no puedo tener con cualquier persona, entonces tardo un rato largo para encontrar a alguien con quien pueda tener ese calibre de experiencia que quiero. La elección pasa por una afinidad espiritual que tiene mucho de misterio. Puede ser alguien de quien no sé nada pero aparece esa conexión y sucede.

Pensar el futuro.

Alemann dice estar cada vez más procupada por el futuro y por eso aumenta su compromiso con organizaciones sociales. Una de ellas es Reciclarte, con la que busca concientizar este verano especialmente sobre los hábitos "sucios" de la gente en la playa.

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Kajta Alemann

ARTISTA ETERNA

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