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Gustavo Yankelevich: "La televisión abierta tiene larga vida"

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Gustavo Yankelevich Foto: Diego Beca

Fue el director artístico de Telefé en los ‘90 y se ganó el reconocimiento de toda la industria. Gustavo Yankelevich le dio al canal argentino un indiscutido liderazgo, y durante su gestión se consolidó la popularidad de Susana Giménez y emergió la figura de Marcelo Tinelli. Con el cambio de siglo, dejóla señal para dedicarse a su empresa RGB. Allí continuó cosechando éxitos televisivos que triunfaron en el mundo, como Floricienta. En 2016, un recambio de autoridades en Monte Carlo Tv le puso en el camino un nuevo desafío profesional: asumir la gerencia de programación del canal uruguayo, al que lo une una relación afectiva por el vínculo entre su familia y la Romay. En un breve paso por Montevideo, el flamante gerente dedica unos minutos a dialogar con Sábado Show y sostiene que el secreto del éxito está en respetar a su audiencia.

—¿Por qué aceptó el desafío de hacerse cargo de la programación de Monte Carlo Tv en Uruguay?

—El motivo fundamental es mi relación con la familia Romay desde hace muchísimos años. Cuando me comentaron la posibilidad de poder asesorarlos les dije que sí dentro de lo que son mis tiempos. Me pareció que por el vínculo que tenemos era lo que correspondía. Por otro lado, he tenido muchos desafíos en mi vida, son casi una constante. Está bueno eso, te mantiene vivo.

—¿Cómo lleva adelante este nuevo trabajo en la práctica?

—Es por medio de mi compañía, RGB Entertainment. Nosotros sugerimos a Mercedes Guinle, y le encomendamos la programación del canal. Para gestionarla, ella no solamente se vino a vivir a Montevideo, sino que se vino a vivir al canal... Y la relación del día a día la tengo con ella. Hablamos del rating, los cambios de programación, veo algunas promociones antes de que salgan al aire. Lamentablemente no se dan las condiciones para que yo pueda estar en Uruguay más tiempo pero he venido algunas veces y estoy en contacto permanente.

—Lleva un año de gestión, ¿se puede identificar alguna decisión puntual que haya llevado su firma?

—No, nosotros venimos haciendo un trabajo integral. No se trata solamente de trabajar sobre el contenido, sino que es un cambio global: hay que darle más ritmo a la pantalla, ver las promociones de los programas, los colores de la gráfica, las locuciones, las formas de las que se vende un programa. Intentamos aplicar fórmulas que nos dieron mucho resultado en Argentina, y especialmente a mí en Telefé, pero adaptadas 30 años después. Los accionistas de Monte Carlo hicieron un esfuerzo muy grande para que mi compañía pudiera estar asesorándolos. Yo sentí ese compromiso y quiero sumar toda mi experiencia y volcarla a Monte Carlo.

—¿Encontró alguna limitación para poder llevar adelante esa transformación?

—Sí. Se han encontrado limitaciones, pero se van trabajando y eso todavía no se ve en pantalla. Uno de los trabajos importantes es ordenar operativamente el canal para poder producir localmente más de lo que se produce. El canal venía trabajando de una forma en la que no tenía mucha producción propia, entonces ahora estamos intentando buscar los recursos para poder hacer más. Ahí es donde uno se encuentra con más dificultades, pero hay que ir sorteándolas.

—¿Aumentar la producción nacional es una prioridad de su administración?

—Es un deseo pero no es solamente por el hecho de decir "queremos hacer un proyecto exclusivamente propio, nacional y local", sino porque tenemos la sensación de que de esa forma vamos a llegar más rápido a la gente. El primer cliente de un canal siempre es el público.

—¿Qué tipo de cambios se van a poder ver en la pantalla en el correr del 2017?

—La apuesta es aggiornar al canal. Monte Carlo tiene un ciclo de películas que se llama Casino que era intocable. Ahora, cuando haya estrenos fuertes va a estar Casino y sino el ciclo se toma un descanso, porque las nuevas posibilidades de ver las películas on demand debilitan mucho la fuerza que puede tener el estreno de una película en un canal. A todos los canales del mundo les está pasando lo mismo. También hay cambios con respecto a las novelas y va a haber nuevos programas para la tarde. La televisión es dinámica, hay que ir moviendo y hacer una cadena con varios eslabones que son los programas. Si el programa de las cuatro de la tarde funciona, ya tenés ese eslabón, y hay que ver cuál programa se pone antes y cuál después para que la cadena funcione y ayude a que la gente se quede más en el canal que en la competencia. Ese es el primer desafío.

—Usted lo logró por muchos años en Telefé, ¿cuál diría que es la clave para lograr una grilla sólida sin depender de uno o dos programas?

—Si yo te doy la fórmula de la Coca Cola van a salir todos a repetirla. Lo principal es respetar al público en todo sentido. Si le prometés que el mes que viene va a empezar un programa, tiene que estar, y tiene que estar de la mejor manera posible. Si le decís que el programa empieza a determinada hora, no puede empezar ni cinco minutos después. Con el respeto se empieza a ganar la consideración del público. Después a cada uno le podrá gustar más o menos cada programa, pero lo más importante es el respeto por la gente.

—¿El mercado uruguayo es más fácil o más difícil por tratarse de uno más chico?

—Yo creo que a los mercados hay que respetarlos siempre. Cuando yo era chico y empecé a trabajar en esto mi sueño era venir a producir a Uruguay. Venía a veranear a Uruguay y amaba a este país y a los uruguayos. Tenía esa ilusión de pensar "cuándo podré cruzar el charco y producir en Uruguay". Para mí era como la meca. Después la vida llevó a que muchas producciones mías vinieran para la televisión uruguaya y hoy tengo la oportunidad de ver cómo se puede canalizar y orientar el canal para llegar a producir localmente.

—¿Identifica diferencias entre el público uruguayo y el argentino?

—Yo no encuentro diferencias. Está demostrado en la historia que en Uruguay siempre funcionó mucho lo de Argentina. Y en Argentina también tuvieron mucho éxito los ciclos de humor uruguayo que fueron tan maravillosos, con el clan de Telecataplúm que eran monstruos del humor.

—¿Cómo explica el fenómeno del éxito de las telenovelas turcas en el Río de la Plata?

—Hoy las novelas más vistas son turcas porque encontraron el cuentito que le gusta a la gente de manera universal con una muy buena realización. Es que el gusto es universal, sino Los Beatles hubiesen funcionado solamente en Inglaterra. Ahora el público va a buscar novelas, y están yendo por las turcas como en su momento fueron por las argentinas. Hace 30 años Turquía no le podía comprar ni una novela a Telefé porque no tenía plata, y si le cobrábamos no las podían subtitular. Entonces muchas veces se las dábamos sin costo para abrir un mercado, y ellos las subtitulaban y las pasaban. Hoy somos nosotros los que les estamos comprando a ellos.

—¿Cuál cree que va a ser el lugar que va a ocupar la televisión abierta en los próximos años?

—La televisión abierta tiene larga vida. Eso de que los cables se iban a comer a la televisión abierta o de que los on demand se van a comer la televisión abierta no es así. Todavía no hay ningún otro medio audiovisual que venda lo que vende un canal de televisión abierta.

SABER MÁS

DINASTÍA DE TV

El apellido de Gustavo Yankelevich es sinónimo de televisión. Lo fue cuando su abuelo Jaime importó los equipos para llevar adelante la primera transmisión televisiva en Argentina. Siguió siendo cuando su padre Samuel tuvo a cargo Canal 7 y las principales producciones de Canal 9. Y se reafirmó a fines del siglo XX, cuando Gustavo asumió la dirección artística de Telefé y le dio un liderazgo que mantiene hasta hoy. Su hijo Tomás, también productor, continúa la dinastía.

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