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A vuelo de gavilán

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Sebastián Gavilanes & Los Verde

Antes de empezar esta charla Sebastián Gavilanes advierte de su timidez. Guitarrista de la banda Max Capote, pasó los últimos años girando por el exterior, tocando en discos de proyectos amigos (Dani Umpi, Fede Graña, Los Hermanos Láser) y sacando adelante su banda El Gavilán & Los Verde. Luego de editar Mundo (2007) y Circo (2011) este miércoles presenta en Paullier Y Guaná Reino Solar, registro en vivo de un show en la Sala Zitarrosa. Además prepara su primer disco solista, en donde se prueba como autor absoluto de su obra.

—Hacés canciones desde los 11 años, empezaste usando a escondidas el piano de tu escuela, ¿la música es algo familiar?

—Mi lado musical no tengo muy claro de dónde viene, creo que por mi abuelo que tocaba tangos y grabó un par de discos, y por mi padre que cuando era más guacho tenía una banda que tocaba temas de Los Beatles. En la escuela lo que hacía era pedir para ir al baño y me escapaba para ir a tocar el piano.

—¿Era el único acceso que tenías a un instrumento?

—A uno de verdad sí, porque mi abuelo tenía la guitarra arriba del ropero y me costaba robarla. En ese piano yo picaba las teclas porque no tenía idea de qué hacer. Siempre terminaba en la dirección.

—En tu generación conviven los músicos autodidactas y los que se preocupan por el estudio académico, ¿de qué tipo sos vos?

—Nunca fui a una clase, por eso siempre digo que qué bueno lo que me pasa con la música, el hecho de poder tocar, salir de gira con las canciones que a mí me gustan, que es lo importante. Estoy muy agradecido con el universo o con lo que sea porque estoy bastante feliz con el hecho de poder expresarme tocando música.

—Varias de tus canciones, en especial Lo que pienso, se sumergen en referencias espirituales, ¿en qué sentido es importante para tí?

—Me parece que todos los que participamos de este planeta tenemos distintos grados de incertidumbre al respecto de qué se trata. Me preocupa el amor, y cuando hago canciones me interesa transmitir cosas lindas, cosas que he ido aprendiendo. Me he metido en muchos lugares, experimenté muchas cosas, religiones, drogas, tratando de comprender y te das cuenta que es un pantallazo de lo que puede ser una conexión total con el universo, o con el amor mismo, que yo creo que es una energía tan pura y grande que todavía no está apta para nosotros, para poder comprender realmente de qué se trata. Cuando hice Lo que pienso, me cayó una ficha de que todo lo que sucede es por amor.

—Tenés una letra (Te extraño) en la que declarás que a vos te gusta tocar y que este mundo está hecho para tí, ¿siempre fuiste tan seguro con tu música?

—Sí, cuando estoy en un escenario estoy bárbaro, cuando estoy en un estudio estoy genial, cuando no estoy haciendo nada que tenga que ver con la música estoy en un caos, algo está funcionando mal y mi vida es miserable.

—Integrás la banda Max Capote, una de las que protagonizan esta internacionalización de la musical uruguaya, ¿cómo lo vivís?

—La primera vez que salimos fuimos a España y el pensamiento fue 'ah mirá qué bueno, así hacen los músicos que admiramos, que se suben a un avión con la guitarra'. Eso fue muy lindo, y lo que más me gusta de los hoteles es que nunca se termina el agua caliente.

—Y supongo que no tendrán que ocuparse del traslado de los instrumentos, conectarlos…

—Hasta el día de hoy a veces lo seguimos haciendo. Yo trato de ser compañero en eso, no dejo que los demás lo hagan, no me hago problema de cargar un equipo.

—¿Qué provocó que se abrieran esas puertas además del trabajo desde el Ministerio de Cultura?

—Creo que todo, también la confianza en uno, de que nos sale del corazón. No queremos ser músicos por la fama y todo eso, sino porque nos sale de las tripas querer hacer una canción. Yo tengo plena confianza en esto, no podría hacer otra cosa.

—Viajaron a México, Estados Unidos, podría haber pasado que hubieras querido quedarte en algún lugar.

—Varias veces quise...

—Pero estás en Montevideo en medio de un cambio en tu carrera.

—Sí, ahora nos vamos con Max Capote a México, luego a Estados Unidos, luego volvemos a México y ahí me quedo un tiempo. Me parece un lugar loco y maravilloso para tener una experiencia de vida. Tiene mucha cultura, la gente es muy amable, me gusta aventurarme en sus ciudades.

—Reino Solar reagrupa canciones de tus dos discos anteriores.

—Este disco fue más accidental que planeado. Íbamos a tocar en la Sala Zitarrosa y decidimos grabar el audio y hablé con el estudio Séptimo Piso y la productora Pueblo para que lo filmen. Y todos hicieron un excelente trabajo y se creo este disco tan lindo, que son imágenes y un audio en vivo.

—¿Qué importancia tiene para tí la parte audiovisual en la forma en que consumimos música?

—Ahora creo que todo es muy audiovisual. El otro día vi una foto de un tipo tirado en el piso con los ojos cerrados escuchado con auriculares un disco, y yo extraño esa época, cuando había tiempo, ahora el mundo va muy rápido y en algún momento va a tener que ir para el lado contrario o nos vamos a enloquecer todos. Lo último que escuché que me pareció interesantísimo fue Enrique Bunbury, sacó un disco maravilloso que se llama Palosanto. Me hizo recapitular.

—Empezar un camino solista, ¿se relaciona con esta escucha?

—Es una cuestión de música que creo que debería estar en un álbum que no tenga nombre de banda. Y también como una auto prueba. Hay un soporte de banda atrás pero me estoy probando como productor. Mis anteriores discos, Mundo lo produjo Max Capote a la par conmigo y Circo Fede Graña; ahora me las quiero ver yo solo, ver cómo resuelvo llegar al sonido que busco.

—Tanto Capote como Graña tienen un estilo muy avasallante, ¿es limpiar influencias también?

—Sí. Por lo general me pasaba que le mostraba una idea de arreglo a Fede y él lo hacía pero mejor, y se iba para otro lado, y él toca mejor la viola así que terminaba perdiéndose ese arreglo original. Ahora no quiero salirme de ningún arreglo, quiero estar pensando solo cómo tiene que sonar y cómo lo tengo que hacer.

—Dijiste que sos un amante de las baladas, ¿hay en el disco?

—Sí, tiene.

—¿Te gusta este estilo por el romanticismo?

—Yo creo que sí, que me gusta esa cosa de "hola, qué linda, te amo, me extrañás, me dejaste, me fui", una cosa así...Circo tiene una balada que se llama Me rindo a vos.

—Ahora que estás componiendo solo, ¿ese romanticismo es un lugar donde te sentís cómodo escribiendo?

—El amor siempre está ahí dando vueltas. Casi todo lo que compongo y escribo es verdad: si alguien quiere saber qué pasó en mi vida durante esos días solo tiene que escuchar los discos.

—¿Con qué fluidez se te da la composición?

—Siempre pienso en cuerdas. Tengo etapas en las que no me sale nada, me frustro y me considero un exmúsico. La última vez que me pasó compuse dos discos, uno atrás del otro. Para mí fue un puente esta grabación en la Zitarrosa.

—¿Entre qué y qué?

—Creo que en ese momento fui al Olimpo de los puentes y desemboqué donde estoy ahora, que es grabando este disco solista que me parte la cabeza. Es una palabra tonta, pero quería sentirme fresco y andaba andrajoso; ahora desde junio que no duermo por grabar el disco. Compuse como 90 canciones. En este disco soy yo detrás de un personaje, pero sigo cantando cosas que me pasan a mí, que siento o me dicen al oído.

—¿Cómo es ese personaje?

—Es más folk, más errante, más del mundo y que no pertenece a ningún lado.

—¿Qué planes tenés para el 2015?

—Me lo pienso tomar para donde el año quiera llevarme porque cuando uno planea sale al revés, precioso, pero de otra manera. Este año no voy a planear, voy a dedicarme a lo que dicen por ahí Los Rodríguez, "esperaré que el viento me venga a buscar".

Los amigos de ruta. El Gavilán forma parte del escenario musical que viene desarrollando desde los años 2000 una movida pop-rock-folk. Los Verde son Fede Graña, Nicolás Román, Charly Servetto y Nicolás Rodríguez. Lo acompañarán en su disco solista Irvin Carballo en batería, Nacho Echeverría en bajos, Diego Drexler en bajo y algunas voces y Pablo Massaferro en teclados. Este material se encuentra en etapa de mezcla. Aún no decidió cómo lanzarlo pero seguramente repita la experiencia de trabajar con el sello Contrapedal. Todos sus discos se pueden descargar de forma gratuita en su cuenta de Bandcamp.com.

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