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El conductor en carrera

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Alejandro Figueredo. Foto: Brian HC
BRIANHC

Alejandro Figueredo es el conductor estrella en las mañanas de La Tele. Y lo seguirá siendo: en un brusco giro de programación, es el conductor que continúa en carrera para tomar el volante de Desayunos Informales, la próxima nave del canal. Mientras hace los cambios, no descuida la competencia que aún lo tiene al frente. “Hasta que un día deje de estar al aire, Día Perfecto sigue vivo”, asegura, y se refiere a sus actuales copilotos: “es difícil encarar sabiendo que uno se queda sin trabajo”. El intrépido periodista dialoga con Sábado Show y su experiencia en la carrera Racing Sonic Cup para colaborar con Animales sin Hogar, afirma que ya no quedan programas deportivos exitosos en tv abierta y revela que el ‘Loco’ Abreu le pidió que haga un libro sobre su vida. 

—¿Cómo fue la experiencia de debutar en el automovilismo en el marco del Desafío Chevrolet?

—Muy buena, me sentí muy cómodo. Me gusta el automovilismo y era una suerte de cuenta pendiente. Quedé súper enganchado y me dan ganas de seguir. El tema es que por mi trabajo se me complica y mi mujer no estaba muy feliz por los riesgos que implica esa actividad, aunque sean mínimos porque las medidas de seguridad son totales. Pero si fuera por mí seguiría.

—¿Nunca habías probado subirte a un auto de carrera?

—Había hecho de copiloto en un par de Rally pero no es lo mismo. De chico me encantaba el karting pero mi vieja me bajaba el pulgar cuando le decía que quería correr. Siempre quedó pendiente. Esta oportunidad vino como anillo al dedo porque me permitió participar de una manera segura en una categoría promocional con pilotos que si bien vienen con rodaje son aficionados y autos que tienen una potencia relativa. Lo más importante es que se logró dar el puntapié inicial a una acción que está muy buena como es el Desafío Chevrolet para ayudar a la gente de Animales sin Hogar. Estaban las circunstancias dadas para que fuera en este momento.

—¿Cómo se prepara Desayunos Informales, el nuevo magazine que conducirás con Victoria Zangaro?

—Viene encaminado, estamos esperando la orden de salir al aire. En los próximos días se completa el equipo porque hay algunos integrantes que están viaje, y nos reencontraremos para seguir avanzando hasta salir al aire. Faltan pocos días.

—¿Te sorprendió la decisión del canal de levantar Día perfecto?

—Me sorprendió el momento. Hace un tiempo se había manejado alguna versión de que se podía terminar, pero eso había pasado. Sin embargo, un día nos llamaron para decirnos que la decisión estaba tomada: Día Perfecto se iba a levantar del aire por una renovación general de la programación, que incluía otros programas. Entendí el argumento pero fue sorpresivo porque no fue por las razones por las que habitualmente se levanta un programa, que es que no tiene audiencia o que está mal vendido. Me dolió porque habíamos generado un lindo equipo de trabajo, y el final del programa implica el quiebre de ese grupo. Particularmente me dolió por algún caso que salía más o menos lastimado desde el punto de vista profesional.

—¿Cómo quedó el ambiente laboral tras la noticia?

—Hubo días de angustia por no saber qué pasaba con todos. Después aparecieron las novedades con respecto a cómo nos íbamos a acomodar los que integramos Día Perfecto, con algunos que quedan, otros que no quedan y otros que quedan en otros programas. Después de saberlo, seguimos adelante como si no hubiera pasado nada. Yo me saco el sombrero por todo el equipo, porque la muestra de profesionalismo que hubo por parte de todos fue espectacular, sobre todo de aquellos que saben que no van a seguir. Es difícil encarar con energía sabiendo que uno se va a quedar sin trabajo o va a hacer algo que no es lo que quería.

—También debe ser difícil para vos seguir en la conducción sabiendo que varios de tus compañeros están en esa situación.

—Hay que ser pragmático. El programa empieza 8.30 y termina 11.30. En ese rato me olvido del mundo. A veces voy al canal sabiendo que mi mujer se quedó dolorida, o que mi hija necesita algo o que tuve que cancelar una ida al médico, pero cuando el programa está al aire lo que más importa es trasmitirle al televidente la onda del programa. Cuando está Día Perfecto al aire, me olvido del mundo. Por supuesto que somos humanos y se notan algunas cosas. Pero es un desafío, especialmente lo que ha pasado con la interacción del equipo, en tres meses voy a haber tenido cinco compañeras de conducción distintas: Catalina (Ferrand), Juanchi (Hounie), Andrea (Vila), Jujy (Fabini) y después va a estar Victoria Zangaro. No es fácil porque todos tienen un ritmo diferente. Esa dinámica implica mucho esfuerzo y las energías a veces apuntan para distintos lados.

—¿Te gustaría que el canal tuviera un programa de deportes al aire?

—No creo que sea necesario. La televisión cambió muchísimo. Me gustaría por mi actividad y por el trabajo de mucha gente, pero la televisión abierta no tiene espacio, y si lo tiene es muy lateral. Son muy pocos los casos de programas deportivos exitosos, y si son exitosos es porque funcionan como coproducciones, pero desde el punto de vista de la audiencia no se justifica su presencia. A mí no me parece atractivo sentarme en un programa a hablar de fútbol. Mi veta de lo deportivo está cubierta en Telemundo, y en las transmisiones deportivas que me encantan.

—¿Cómo se prepara la cobertura de la Copa América?

—Estamos con la cobertura de la Copa América y también del Mundial Sub 20. Son dos eventos muy importantes, y fue una linda noticia que el canal tuviera los derechos de la Copa América. Estamos terminando de planificar los detalles sobre cómo va a ser la cobertura de ambos eventos.

—¿Cómo ves a la Selección Nacional de cara a la Copa América?

—Como siempre: cuando juega Uruguay puede pasar cualquier cosa. Yo le tengo mucha fe al trabajo que ha hecho el maestro (Oscar) Tabárez pero entiendo que la ausencia de (Luis) Suárez es muy significativa para el poderío de Uruguay. Se da en el marco de una renovación gigantesca porque si uno observa este plantel, hay diferencias notorias.

—¿Te sorprendió el anuncio de Diego Forlán sobre su retiro de la Selección?

—No, fue todo al estilo Forlán. Él sabía que en el marco de la renovación su ciclo había terminado. Eligió decir "yo no quiero ser retirado sino retirarme yo". Es un jugador que ha cuidado mucho todo lo que tiene que ver con su imagen y quiso evitar la especulación. Creo que adelantó la jugada, lo hizo siempre dentro y fuera de la cancha. Capaz que exageró un poco en las formas, eso de trasmitirlo en vivo en una conferencia. Puede haber habido un poco de show y de puesta en escena, pero con todo lo que nos dio en los últimos tiempos no se le puede reprochar nada. Él tiene el derecho a elegir cómo hace los anuncios.

—En su momento dijiste que era el futbolista que te gustaba más, ¿seguís pensando lo mismo?

—Pasó un tiempo, en el Mundial de Sudáfrica fue el mejor. Recientemente, la incidencia de (Luis) Suárez también fue muy significativa. Son los dos estandartes de la última época de la Selección, pero lo de Suárez todavía no se terminó. Para juzgar con justicia hay que ver cuánto más le puede dar Suárez a la Selección.

—Cuando terminó Sudáfrica 2010 escribiste Yo estuve ahí, ¿tenés ganas de hacer otro libro?

—Tengo dos proyectos. Me gustaría escribir un libro de cuentos para niños, pero no me logré hacer el espacio como para empezarlo. El otro es un libro que me pidió El loco Abreu. No es una biografía sino algo apuntado a dejar un mensaje sobre los valores de su carrera. Ahora él está de viaje, pero hablé mucho con él en el último tiempo y es un libro que está en los planes.

—Llevás más de 20 años en Teledoce, ¿cómo definís el canal en tu vida y cuántas amistades tenés allí?

—Es mi segunda casa. En términos prácticos paso más tiempo despierto en el canal que en mi hogar. Sin embargo, no tengo muchos amigos ahí, de esas amistades que uno traslada afuera.

—¿No te encontrás con gente del canal fuera del horario de trabajo?

—Pocas veces. Los amigos que hice en el canal son Eugenio Restano (gerente de programación), Jorge Giordano (productor), Conrado Polvarini (director de Contenidos Tv), Alejandra Borques (productora) y Catalina Ferrand. A Restano lo conocí porque íbamos a la misma facultad, y después coincidimos en Oxígeno (1993), con Giordano trabajamos en Punta del Este y hoy es el padrino de mi hija más chica, y a Conrado lo conocí recientemente e hicimos una linda relación. Tengo buen vínculo con mucha gente, pero no como para juntarme o vernos seguido.

—A pesar de no tener muchos amigos en el canal, te has ganado fama de buen compañero.

—Es lo mejor que me puede pasar. Cuando hablan bien de uno más allá de lo profesional, me enorgullece. Me encanta que mi mujer y mis hijas escuchen eso. Es mucho más importante que digan "qué buen tipo" antes que "qué buen periodista" o "qué buen conductor".

—¿Cómo cultivaste ese perfil de buen tipo?

—No sé, yo soy muy espontáneo y a veces ingenuo. Creo en las buenas intenciones de la gente, no me sale estar sospechando. Hay algunos que miran de reojo, pero yo voy por la vida creyendo que la gente es buena. A veces me llevo malas impresiones. Uno puede pensar que alguien actúa de una manera y termina actuando de otra. Igual en líneas generales no le erro.

—¿Qué cosas no te gustan del ambiente televisivo?

—La mentira es algo que me molesta mucho en todos los órdenes de la vida. Después, también me enoja la gente que prioriza lo superficial y pierde la esencia de las cosas. En nuestra profesión, como estamos expuestos, uno se puede engañar. Yo hago lo que hago porque me gusta la actividad, no porque me gusta que me reconozcan. Si después me reconocen es un plus, pero si uno quiere estar en esto para ser reconocido, su trabajo va a durar muy poco porque no hay una base sólida. En ese sentido, no me gusta la gente que quiere llegar muy rápido porque pierde la oportunidad de aprender un camino que puede llevar más lejos. Yo creo en los caminos largos, y a veces veo que hay quienes quieren todo rapidito.

—¿Cuál sería un camino corto?

—Quemar etapas. Hay personas que dicen "yo quiero conducir un programa de entrevistas". Tienen el derecho, pero para llegar a eso tienen que recorrer un largo camino, y si no lo recorren es muy difícil de sostener.

—¿Cómo tomás las bromas de programas como Bendita Tv?

—Los programas de archivo no me molestan para nada, me mato de la risa con los errores. Me hace un poco de ruido cuando se tuerce una historia para generar todo un producto que está mal porque se empieza de una mentira. Fue lo que pasó en un informe de Bendita Tv sobre el Mundial Sub 17, que le dieron un enfoque a algo falso. Yo salté y aclaré en Twitter que estaban mintiendo. Después de eso están en su derecho de hacer lo que quieran, y por lo general lo hacen bien. Yo no lo miro, en su momento me divertía pero ahora me aburre porque es muy previsible. Han repetido muchas cosas varias veces, ya no sorprende.

CARRERA EN LA TELE.

Figueredo apareció por primera vez en la pantalla de Teledoce el 9 de octubre de 1993. Fue con el histórico ciclo Oxígeno, donde también participaban Victoria Rodríguez, Fernando Tetes, entre otros (foto). Con los años, se lució en Polideportivo, Verano Del, Telemundo y Día Perfecto. En breve estrena Desayunos Informales, su siguiente desafío.

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Alejandro Figueredo. Foto: Brian HC

Alejandro FigueredoPablo Cayafa

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