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Cinco cosas que no sabías de Michelle Pfeiffer

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Foto: Archivo

Comenzó como modelo de una marca de jabones. Michelle Pfeiffer se consagró al hacer Grease 2 en 1982 y luego Casada con todos en 1988. Fue Catwoman en Batman, actuó en famosos filmes como I am Sam, Chéri, Hairspray, Nuestro amor, Frankie y Johnny.

1 - TIENE AGORAFOBIA.

Pero de niña hacía diabluras y era la peor de la clase.

La mujer que hoy declara sufrir agorafobia porque le teme a los espacios abiertos con multitudes, era un vándalo de pequeña. Es que Michelle Pfeiffer se recuerda a sí misma como un marimacho cuando era pequeña. Se juntaba con los peores del barrio, fumaba a escondidas, se metía con los profesores y siempre recibía algún castigo en la escuela y en su casa. Hace años que dejó de ser esa muchacha salvaje y rebelde para convertirse en una mujer serena. Dijo chau al lucerío de Los Ángeles, se mudó a un rancho y cerró su productora de cine. La actriz de 58 años disfruta la sencillez: "Resisto a duras penas las ruedas de prensa y la alfombra roja. Prefiero quedarme en casa y preparar una buena cena rodeada de los míos".

2 - FUE PARTE DE UNA SECTA.

La soledad al mudarse a Los Ángeles la llevó al respiracionismo.

Se instaló en Hollywood con 20 años decidida a materializar su sueño, pero la tristeza por estar lejos de su pueblo natal la llevó a arrimarse a una pareja que seguía la filosofía respiracionista. Al inicio, Michelle Pfeiffer no sabía de qué se trataba, pensaba que estaba dentro del vegetarianismo, pero lo cierto es que los ponían a dieta, los obligaban a hacer ejercicio y trabajar con pesas. La actriz percibía que le ejercían un control muy estricto. Es que los respiracionistas sostienen que la ingesta de comida y bebida no es necesaria, y solo alcanza con la luz solar para sobrevivir. Fue víctima de una gran manipulación psicológica y solo lo advirtió cuando conoció a su primer marido, Peter Horton. En ese entonces él investigaba sobre la secta Moon para un papel y cuando ella se predispuso a ayudarlo se dio cuenta de qué se trataba este culto y tomó distancia. "No vivía con ellos pero estaba mucho tiempo ahí y me decían que tenía que ir más. Pagaba por cada momento que pasaba allí, así que financieramente era sangrante", contó.

3 - CRISIS POR EL PASO DEL TIEMPO.

Se hizo vegana para vivir más y por vanidad.

Empezó a preocuparse por la edad a los 35 años debido a un comentario que leyó en la prensa. Michelle Pfeiffer actuaba en Lo que la verdad esconde junto a Harrison Ford, él era 15 años mayor, pero un periodista escribió, "los protagonistas de mediana edad", y se vio inmersa en una crisis. Ha dicho que la pérdida de juventud y belleza causa estragos en la psiquis. "Hay un proceso de duelo pero es liberador", confesó. Cuando le preguntan si pasó por el quirófano siempre responde que no, pero tampoco lo descarta. Y una vez dijo que si se hubiera hecho una cirugía no lo contaría. Aunque no necesita verse más joven de lo que es, empezó a cuidarse desde que cruzó la barrera de los 50. Antes vivía a base de Coca Cola y cigarros. Pero desde que se hizo vegana lleva una dieta más saludable y evita toxinas que la podrían hacer envejecer más rápido. "Lo hago para vivir más tiempo aunque el componente de la vanidad siempre estará".

4 - LA DESCUBRIERON CUANDO ERA VENDEDORA.

Se fue de Orange Country a cumplir su sueño.

Protagonizó Alicia en el país de las maravillas con apenas 12 años. Pero fue su peluquero quien la impulsó para que se presentara en el certamen Miss Orange Country en su ciudad natal. Logró llevarse la corona. Luego, trabajó como vendedora en un local de ropa y como cajera en el comercio de alimentos Vons, hasta que un día entró un caza talentos, la descubrió y se mudó a Los Ángeles. Hizo comerciales para una marca de jabones y remó mucho para que le dieran un buen papel. Tenía que rendir más que el resto en las audiciones por ser bella. Dice que le debe todo a Jonathan Demme: él la eligió para protagonizar Casada con todos (1988) y el mundo empezó a tratarla como una verdadera actriz.

5 - PERDIÓ EL SUEÑO POR ALGÚN ROL.

No mira sus películas porque odia verse en pantalla.

Le gustan los directores exigentes pero necesita sentirse segura durante el rodaje. Su peor pesadilla es percibir que el director no la quiere o no poder entender su cabeza. Le dan ganas de llorar cuando eso sucede. Se relaja si está rodeada de compañeros talentosos. Por eso se sintió animada cuando compartió elenco con Johnny Depp en Sombras tenebrosas (Tim Burton, 2012). Si sabe que cumplió bien su trabajo, se olvida, pero si pasa lo contrario, no para de dar vueltas sobre el personaje e incluso pierde el sueño. No logra controlarlo. Dice que al final de cada proyecto siempre encuentra similitudes entre el rol que encarna y su vida. Michelle Pfeiffer no puede juzgarse porque siempre se ve horrible.

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Foto: Archivo

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