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Cinco cosas que no sabías de Kate Winslet

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Saltó a la fama por ser Rose en Titanic, uno de los filmes más taquilleros de Hollywood. Pero Kate Winslet se siente incómoda en el papel de estrella. Ganó su primer Oscar por El Lector (2009), y tiene en cartel El poder de la moda (J. Moorhouse).

1 - GUARDA EL OSCAR EN EL BAÑO

Ganó su primera estatuilla por su rol en El lector (2009).

Había sido nominada al galardón en seis ocasiones antes. Kate Winslet no vive como una diva, ni se considera una "estrella de taquillazos. Podría haberlo sido y ganar muchísimo más dinero tras Titanic (James Cameron, 1997), pero me habría destruido", dijo.

Este trofeo dorado de 4 kilos que consiguió bajo la dirección de Stephen Daldry en El Lector descansa en la repisa de su baño. Cuando subió a  recibirlo contó que de niña ensayaba frente al espejo con un envase de shampoo en mano el discurso que daría si algún día llegaba a ganarlo.

Entonces decidió dejar la estatuilla en su baño para que todos pudieran repetir esa práctica y agradecer a quien desearan. "Puedo saber cuando alguien lo ha hecho porque tardan un poco más y vuelven sonrojados".

2 - NO HABLA DE SU VIDA PRIVADA

La fama llegó muy temprano a su vida, con 22, y se quiso aislar.

En la familia de Winslet son artistas y no tienen gustos exóticos. Solían acampar en sitios baratos. Y ella confiesa que los hoteles le resultan solitarios, pero pone un freno cuando algún periodista quiere hurgar en su intimidad. Titanic la transformó en una celebridad y toda su vida pasó a la esfera pública. "La gente cree que tiene derecho a inmiscuirse en tu terreno privado y eso hace que te blindes más".

Sufrió por amor. En 1998 se casó con el cineasta Jim Threapleton, en el 2000 nació su primogénita, Mía, y doce meses más tarde se divorció.

Conoció al director Sam Mendes y contrajo matrimonio por segunda vez. Tuvieron a Joe (2003) y tras siete años de relación, terminaron en tribunales con otro divorcio. Nunca se supo el motivo real de ambas rupturas. Winslet lo guardó puertas para adentro: "Estoy orgullosa de esos silencios".

No le cuesta referirse a su tercer marido, Ned Rocknroll. Habla maravillas del padre de su hijo Bear. Es todo para ella, su principal apoyo y quien más la hace reír.

3 - CHARLAS HOT CON DI CAPRIO

No hubo amor entre ellos y los fans se decepcionaron.

Cuando Kate Winslet supo que compartiría elenco con Leo Di Caprio, pensó, "Uf, ¿voy a trabajar con este hombre guapísimo que encima es excelente actor?" Temió parecerle demasiado inglesa y acartonada, pero descubrió a un ser encantador y con los pies sobre la tierra. Al segundo encuentro, el actor le hacía cosquillas, la provocaba y ella le respondía pellizcándole la cola.

"Tuve con Leo el tipo de relación que todas las mujeres envidiarían", confesó a Rolling Stone. Se acurrucaban bajo una manta en el tráiler de Di Caprio y se pedían consejos sobre sexo: "Muchas de sus sugerencias funcionaron". Él dijo que su beso preferido en cine había sido con Kate. Y 17 años después de Titanic volvieron a compartir protagónico en Revolutionary Road: los dirigió Sam Mendes, esposo de Kate en ese entonces.

Ella cree que la amistad con Di Caprio se mantuvo porque nunca hubo una historia romántica entre ellos, aunque el público no quiera creerlo.

4 - VIO TITANIC EN LA ÚLTIMA FILA DEL CINE

Compró la entrada y la miró con todo el público.

No le gusta mirar sus películas, no lo hace nunca, pero ese viernes del 97 hizo la fila en la boletería del cine más próximo a su casa como una más para verse en acción representando a Rose en Titanic. Se trata de uno de los personajes que recuerda con mayor cariño por haber sido pieza clave para cambiar por completo su carrera.

También quiso mucho a Juliet, que encarnó en Criaturas celestiales (Peter Jackson, 1994) y a Clementine en Eterno resplandor de una mente sin recuerdos (Michel Gondry, 2004).

Esa vez, se sentó en la última fila y lloró a mares. Intuye que fue porque sintió que tanto sacrificio había valido la pena. "Si tengo que precisar lo que sentí, te diría que casi me asusta."

5 - LE DECÍAN ‘BALLENITA GRASIENTA’

Fue a una asociación de lucha contra la obesidad.

Su tío y su madre cocinaban como los dioses, todos eran de "buen diente" en su casa y ella tenía sobre peso. Es embajadora de Lancôme y su contrato exige que no le hagan retoques. No le gustó que la publicación GQ manipulara fotos suyas.

Winslet siente responsabilidad por las jóvenes que ven las revistas y buscan mujeres exitosas a quien admirar. "Debemos educar mujeres fuertes. Prefiero que digan que estoy mayor a que parezco una piedra". Usa bikini aunque se le vean las estrías e imperfecciones porque está orgullosa de su cuerpo.

Ganó un Bafta por su rol en Steve Jobs y se lo dedicó a un profesor que con 14 años le dijo que podría irle bien si se conformaba con roles de chica gorda: "Mirame ahora", le lanzó.

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