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Cinco cosas que no sabías de Adriana Ugarte

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La actriz de 31 años se volvió popular gracias a Sira Quiroga en la serie españolaEl tiempo entre costuras. Luego vino Palmeras en la nieve (González Molina, 2015) y su brillante interpretación de Julieta, en la última y vigésima película de Almodóvar.

1 - PIDE ROLES SECUNDARIOS

Su mayor pretensión es enamorar con sus personajes.

Antes del exitazo de la serie El tiempo entre costuras y de protagonizar Julieta (Almodóvar, 2016), hizo muchos papeles pequeños que la ilusionaron por igual.

Tiene 31 años y no se imagina en un escenario cuando sea octogenaria: quiere estar en el campo rodeada de nietos y perros. No pretende ser una chica Almodóvar porque su mayor deseo es ponerse bajo las órdenes de diversos directores, más allá de su nombre o repercusión.

Aspira a hacer protagónicos, roles secundarios y de reparto. Ese es su lema. "Quiero ser actriz de personajes que enamoren y necesiten ser contados. Mi trabajo es explicar historias, quien quiera hacerlo cuenta conmigo". Se rodea de seres que le dan el toque necesario cuando siente que pierde el sentido de la realidad.

2 - ALMODÓVAR LA DESARMÓ

La protagonista de Julieta es la última musa del director español.

Es consciente de que encarnar a Julieta en el último y vigésimo filme de Pedro Almodóvar es un mojón en su carrera, pero Adriana Ugarte no se planteaba como meta trabajar con él porque no creía que fuera a suceder.

"Me has roto los esquemas", le repetía la actriz en el rodaje. Llegaba al set y la seguridad no le duraba más de tres minutos. Es que "Pedro construye una película nueva día a día". Ella tenía la sensación de ir por el camino correcto, creía estar cumpliendo con sus expectativas, pero enseguida él le ponía retos y desafíos que la colocaban en una situación de descontrol e "indefensión maravillosa que le venía al pelo al personaje porque es una mujer que no se conoce muy bien, que no juzga y deja que la vida la lleve".

Almodóvar no le permitía estar en su zona de confort. Le pedía cosas completamente distintas a lo que había preparado y eso la desarmaba. Esa desazón que atravesó durante la fase creativa de Julieta le generó una sensación permanente de crecimiento que, según dice, se volvió adictiva.

3 - RECONOCE SUS DEMONIOS

Disfruta con sus amigos pero necesita la soledad.

Le gusta estar con sus amigos a quienes siente como hermanos. Adriana Ugarte disfruta las idas a cenar pero prefiere acostarse temprano porque la noche le da sueño y, "solo pienso en irme a la cama".

Hace sociales pero antes de salir precisa un tiempo a solas para mirarse al espejo y revisar sus estrategias, "esas que por miedo activamos y nos hacen ver a los demás como enemigos, cuando hay más gente con ganas de vincularse de forma afectiva de lo que podemos imaginar".

La soledad le sirve para encontrarse con sus demonios. De chica pasaba horas en su cuarto. Esa introspección la ayuda mucho cuando debe agarrar un personaje desde las entrañas "porque solo hay un modo de hacerlo, conocer las propias. Dentro de ti hay cosas agradables y otras que no y dan mucha vergüenza. Sin esa parte oscura, sin ese conocimiento de esas taras no se puede crear un personaje complejo capaz de empatizar con el espectador".

4 - SUS PADRES NO QUERÍAN QUE ACTUARA

Pensaron que su vocación era un arrebato.

Sus padres y su hermano se graduaron en carreras tradicionales. En su hogar se consumía mucho cine, teatro y música, y eso caló hondo en ella. A los cinco años decidió que quería ser actriz. Sus padres pensaron que sería algo pasajero y la dejaron hacer teatro en el liceo para que se desahogara.

Más tarde hizo un curso de interpretación y desde los 13 años que no para de trabajar. Se siente obligada a licenciarse en filosofía porque sus padres no querían que su profesión fuera el arte, "ellos pretendían algo con mayor estabilidad laboral y emocional". Pensaron que sería un arrebato pero le erraron.

5 - TIENE UNA MARCA DE LENCERÍA

Se llama Feel Peachy y simboliza a la mujer salvaje.

La actriz que piensa que el deporte es la mejor medicina es también empresaria. Fundó Feel Peachy, una línea de lencería que rinde tributo a la grandeza femenina. La creó porque sintió la necesidad de reivindicar lo sexy desde lo cómodo y naif.

La marca representa a la mujer salvaje, espontánea y divertida. Adriana Ugarte dice que la lencería es esencial por ser "el primer tejido que toma contacto con tu cuerpo". Ella es fanática de los jerseys de cuello alto, las botas y en Feel Peachy la prenda insignia es el body "por la ternura que transmite". La actriz opina que el encaje francés es el gran protagonista de la aventura.

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