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Una obra de taco alto

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Mario Pasik y Cristina Alberó. Foto: Marcelo Bonjour

El espectáculo Casa Valentina llega a Montevideo de la mano de elogiosas críticas y un elenco de primeras figuras. Sus protagonistas Mario Pasik y Cristina Alberó, que han entrado a los hogares uruguayos durante años a través de sus exitosas telenovelas, dialogan con Sábado Show y prometen momentos a pura emoción y humor en escena.

Casa Valentina es una obra en la que los hombres juegan a ser mujeres, ¿la puede disfrutar alguien conservador y prejuicioso?

—(Pasik) Absolutamente. Si está dispuesto, sí. La obra tiene un espacio importante para la reflexión, pero es una reflexión sobre el modo de ser y las reflexiones del otro. No es que la obra gana gente entre el público para que adhieran a esa mirada. Es una obra muy bien escrita que produce tanta hilaridad que hace que todos estén un poco más abiertos a la comprensión y a la emoción.

—¿La definen como una obra transgresora?

—(Alberó) Si por transgresor uno entiende que en esa época algunas personas se daban el lujo de vivir en libertad por ciertos momentos, incluso siendo perseguidos por su condición sexual, entonces sí es una obra transgresora.

—¿Este espectáculo les resultó un desafío mayor que otros?

—(Alberó) Cuando una tiene tantos años transitados no puede hacer un espectáculo que sea "uno más", una ya no quiere. Yo celebro que (José María) Muscari me haya llamado porque es un gran creador, director y actor pero además es un tipo que quiebra límites como en esta obra.

—(Pasik) Es un desafío enorme. Es absolutamente atractiva la cuestión de jugar con una historia como ésta, con el plus de que mis compañeros están hace 350 representaciones y yo hace cuatro. Sumarme a un ritmo de laburo me resultaba un desafío, y a esta altura los desafíos son muy atractivos.

—¿Y te cuesta ser un hombre disfrazado de mujer?

—(Pasik) El personaje va siendo. La parte más placentera es cuando se saca los tacos, pero es un juego muy particular. Yo soy el dueño de casa, aparezco como hombre y luego corro a travestirme. Tiene varias aristas que lo hacen atractivo.

—¿Cómo viven el momento de tensión política que atraviesa Argentina, y que queda tan en evidencia entre los actores?

—(Alberó) Yo soy pacifista. La agresión hay que soslayarla y no contestar de la misma manera. El debate le resultará productivo a alguna gente, pero a mí no. Cada cual verá qué tanto bien le produce.

—(Pasik) En los últimos años ha sucedido algo muy importantes que es que la gente ha tenido la necesidad de participar y expresarse. Eso está bien; lo que me parece mal es que se haga uso y abuso de ese hecho. Ahora parece que el actor tiene que correr el riesgo de definir una línea política solamente porque hace falta que en determinado espacio pongan un zócalo que diga que uno está con alguien o en contra del otro. Yo tengo mis ideas pero no soy amigo de definiciones políticas partidarias. Se abusa de eso.

—¿Se está produciendo menos ficción en Argentina?

—(Alberó) Sí, debe ser por motivos empresariales. Yo fui artista de Canal 9 por muchos años y (Alejandro) Romay tenía muchos programas de ficción al aire.

—(Pasik) Hay menos ficción y es una pena porque hay gente que solamente puede recurrir a eso, a buscar un remanso con historias sensibles, personajes con los que se puedan identificar y salir un poco de la realidad. Es algo que está cambiando, pero después surgen maneras de encontrar la salida a eso que se necesita. Cuando se dijo que el teatro estaba en crisis aparecieron teatros más chicos con funciones en otros horarios...

—Hay varios actores que han encontrado su lugar en televisión participando en reality shows, como Nacha Guevara y Soledad Silveyra que estuvieron en Showmatch. ¿Ustedes participarían en programas de estas características?

—(Alberó) Para reality me alcanza con subir alguna foto a Instagram de vez en cuando. Además esos programas están ficcionados...

—(Pasik) ¡Son guionados! No me atrae. Ahí se busca la rispidez. Admiro a tipos que no son bailarines y han hecho un proceso para superarse en el baile, yo no lo podría hacer de ninguna manera. Pero en otros Bailando por un Sueño del mundo no subrayan el enfrentamiento.

SABER MÁS

Cristina y Uruguay.

Alberó suele visitar Uruguay, y hasta recuerda algún graffiti pintado en la calle 21 de setiembre. La actriz estuvo viviendo en Montevideo en dos ocasiones, cuando trabajó para las ficciones locales La oveja negra (Teledoce, 2007) y Dance! (Canal 10, 2011). "Me encantaron esas experiencias. Los actores uruguayos son excelentes", destaca.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
Mario Pasik y Cristina Alberó. Foto: Marcelo Bonjour

este fin de semana en el teatro metro

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