Opinan El Reja, Fernando Cristino, Majo Álvarez y César Bianchi.

Sé que una de las ideas es que los boliches abran como a las seis de la tarde y cierren temprano. Al vecino que no quiere ruidos le sirve, pero a mí me parece una locura, la noche es la noche. La tardecita es para tomarme un café, si me clavo un fernet con coca soy un borracho... Aparte a las 10 de la noche hay hambre, ¿te comés una napolitana en el baile? ¿Y qué pasa con el que trabaja hasta tarde? Llega a las 11 y al rato se tiene que ir. La otra propuesta de que no dejen entrar a la gente después de las tres no me parece tan mal, que vayamos todos un poco más temprano no complica tanto.

Yo vivo en el corazón de la zona de Parque Rodó y Cordón donde abrieron muchos boliches de un momento a otro. Pasó de ser un barrio tranquilo a uno con mucha movida los fines de semana y eso molestó a los vecinos. Yo soy joven y lo banco pero entiendo que la gente mayor no soporte el ruido toda la noche. Pueden haber soluciones como incentivar a que la gente vaya un poco más temprano, pero esto no es tan grave como para tomar una determinación abismal como la de cerrar los boliches o que abran desde a las seis de la tarde a las dos de la mañana. Esa propuesta es ridícula porque la gente tiene actividad hasta las 10 de la noche. En todo el mundo un local bailable cierra a las cinco de la mañana.

No sé si deberían cerrar antes, lo que hay que hacer es controlar el sonido y la seguridad de la salida. Si eso se aplica como corresponde es la mejor solución. El problema es que no se debería haber permitido abrir boliches en zonas donde vive mucha gente. Los locales tendrían que estar más aislados. La intendencia tiene la responsabilidad y tendría que tener prevista una zona para boliches, como era Ciudad Vieja. Debería habilitar un lugar donde solamente haya boliches y que después la gente elija si quiere vivir ahí o no. La idea es que haya más boliches para que nosotros podamos trabajar pero sin molestar a los vecinos.

Me parece bien que la Intendencia limite (y adelante) los horarios en que pueden estar abiertos los boliches. Es algo que ya tiene antecedentes a nivel regional (Colombia y Chile, por ejemplo) y que ha dado buenos resultados. Esto es: permitirle a los dueños de los boliches ejercer su libertad empresarial pero, también, permitirle a los vecinos que puedan descansar (por aquello de que la libertad de uno termina cuando empieza la del otro). En definitiva, creo que es un tema cultural. Los jóvenes están -¿estamos?- habituados a entrar a las tres de la mañana a un lugar, cuando podríamos ingresar a medianoche y a esa hora ya salir, habiéndonos divertido.

yo digo