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"La autora quiso que fuera Celeste"

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Nicole Kidman

La actriz no solo protagoniza Big little lies, la nueva serie de HBO (domingos, 23 horas), sino que también la produce junto a Reese Whiterspoon. En la historia, es una de las tres vecinas principales de Monterrey, la localidad donde todo ocurre, entre otras cosas un misterioso asesinato.Kidman encarna a Celeste Wright, la envidia de sus pares porque parece tenerlo todo: belleza, el marido perfecto (Alexander Skarsgård), gemelos y dinero. Pero es solo el mundo de apariencias del que esta serie, basada en el libro homónimo de Liane Moriarty, se ocupa y de la que la actriz habla en la siguiente entrevista.

-Sos productora y protagonista. ¿Cómo te involucraste con el proyecto?

-Bruna Papandrea, socia en la productora de Reese (Whiterspoon) y amiga mía australiana, leyó el libro, me llamó y me dijo: "Es esto, esto es lo que vamos a hacer juntas". Me lo envió, lo leí y me quedó muy claro que debíamos seguir adelante. Fue realmente emocionante, porque luego volé a Australia, me reuní con Liane (Moriarty, la autora australiana del libro) y le dije: "Por favor, si nos dejás la opción del libro, lo haremos". Ella es muy tranquila, le pareció bien, pero dijo: "Mientras interpretes a Celeste". Le contesté que iba a hacerlo y eso fue todo. Entonces, por supuesto, tuvimos realmente que producir la serie.

-¿Cuáles fueron las siguientes etapas de la producción?

-Per Saari, que es mi socio en la productora (Blossom Films), se involucró, y los cuatro nos pusimos a trabajar. Necesitábamos un guionista que pudiera transitar en esa línea tan delgada entre el drama y la comedia, y que fuera experto en explorar personajes en múltiples capítulos. Nuestro objetivo era hacer una película de siete u ocho horas, para mantener la experiencia fílmica de calidad. Fuimos bendecidos al conocer a David Kelley, que había leído y se había enamorado del libro, y sabía exactamente cuál sería el tono de la serie. Propusimos el programa a varias redes, lo que nos permitió obtener un compromiso de HBO, y David comenzó a escribir. Nunca sabés lo que se va a lograr en el proceso de escritura, pero leímos los capítulos enviados por David, y tanto Reese como yo pensamos: "listo, ¡somos Madeline y Celeste!". Reese y yo tomamos decisiones bastante rápido. Jean-Marc Vallée, que leyó y amó los primeros borradores que le mostramos, se sumó al proyecto como director junto a su compañero Nate. La participación de Jean-Marc fue primordial para la idea de que sería una gran película en vez de una serie episódica. Lo logró, lo vio todo en su cabeza. HBO nos dio una fecha de inicio y nos fuimos. ¡En 18 meses estábamos en producción! Ese es el camino más rápido que he conocido. Eso son las mujeres. Solo entramos, tomamos la decisión y nos vamos.

-Vallée también dijo eso...

-Jean-Marc ama a las mujeres, habla suave y gentilmente. Nos preguntaba: "¿Y qué pasa con esto, qué pasa con aquello, qué pasa con...?". Y listo, era como una roca. Y nos guiaba. Toda esa energía femenina fue un buen equilibrio para él.

-Cuando Liane dijo que quería que interpretaras a Celeste, ¿tenías alguna reserva acerca de hacer un papel tan increíblemente intenso?

-Sí, fue intenso. Fue muy emotivo para mí, todavía lo es. Investigué mucho y me acerqué visceralmente. Como hice toda la investigación, simplemente siento mi manera a través de ella. Muchas de las escenas que hicimos fueron muy físicas, pero yo quería llegar allí porque quería que fuera auténtico, que fuera real. Como actriz, todo está destinado a hacerse con trucos y cosas por el estilo, pero yo quería realmente hacerlo. Y quedé magullada, esos moretones eran reales. Keith (Urban, su marido) me preguntaba: "¿qué diablos está pasando en ese set?". Porque volvía a casa, me bañaba y él podía verme llena de moretones. Pero así es como trabajo, siento a través de las cosas. A medida que envejezco me vuelvo más emocional y más sensible.

Celeste tiene una relación conflictiva con su esposo, con episodios violentos.
Celeste tiene una relación conflictiva con su esposo, con episodios violentos.

-¿Qué te atrajo de la historia?

-El tono es lo inusual. Es muy triste, muy actual, muy profundo y divertido. Es una locura tratar de navegar en ese tono, pero Jean-Marc y David lo hicieron.

-La acción se trasladó de Sydney, Australia, a Monterrey, Estados Unidos. ¿Por qué?

-Los temas son universales. ¿Nos hubiera gustado a todos filmar en Sydney? Sin duda. Pero para que funcione a nivel mundial, Liane no dio su bendición para trasladarlo a Estados Unidos. Un libro es un libro y funciona como una entidad, por derecho propio. Cuando traducís los libros a la pantalla, cualquier forma que tome, tenés que permitir que el director y el guionista artísticamente lo hagan suyos. No podés decirle a alguien que vaya a pintar exactamente lo que ya se pintó, de la misma manera. Tiene que ser la voluntad del autor de hacerlo. Decís, bueno, ahora vas a convertirlo en algo más. No va a ser exacto, va a ser un poco distinto y eso está bien. Esa es la bendición que dio Liane, por lo que Jean-Marc podría hacerlo suyo. Eso es el cine versus la literatura.

-Monterrey parece un lugar sensacional para filmar.

-Sí. Nos gustaba mensajear después del trabajo preguntando: ¿dónde van a ir a comer? Mariscos. Sí. Es precioso y el aire es increíble. El océano es muy importante para Jean-Marc, él quería ese océano, esa agua. Es una gran parte de la serie.

-Las escenas que tenés con Alexander Skarsgard, que interpreta a tu esposo Perry, son muy densas. A veces los actores dicen que evitan pasar demasiado tiempo juntos fuera de escena para asegurarse que eso no se diluya. ¿Cuál fue el caso para ti?

-En primer lugar, Alex y yo hablábamos de ello en términos de carácter y relación. Pasamos tiempo juntos, especialmente con los gemelos, nuestros hijos, para construir nuestra familia. Lo interesante era cómo mujeres del elenco podíamos decir todas: "Ahora vamos a cenar". Fue realmente agradable. No relegaba el trabajo porque, de la manera más extraña, eso era lo que nos daba seriedad. Esas cenas, esas conversaciones y todo eso, nos dieron la amistad, la seriedad. No podés fingir esas cosas. Eso nos hizo conocernos intuitivamente y saber qué teníamos que hacer. Todos somos muy cercanos ahora. Nos contamos casi todo, estamos juntos. Una cosa encantadora de conseguir como algo lateral al trabajo.

-¿Creés que el panorama televisivo ha cambiado mucho en el tiempo que has estado lejos de él? ¿Es un lugar mucho más atractivo para ti en términos de contar historias hoy en día?

-La TV tiene tan alta calidad hoy. Es exquisita y estoy muy contenta por eso. Todos los actores buscamos grandes historias y grandes oportunidades. Cuando solo están en un medio, es difícil. Hay tantos actores en el mundo que merecen oportunidades, tantos guionistas y directores talentosos, y de repente hay oportunidades a ese nivel. Cuando tenés a Jane Campion y Jean-Marc Vallée a bordo, yo elijo la TV, esa es mi elección, es fabulosa. No hay estigma, se puede llegar a un número tan grande de personas y es un medio tan directo. Es maravilloso cómo han evolucionado las cosas.

Sus amigas son Jane (Shaelene Woodley) y Madeline (Reese Whiterspoon).
Sus amigas son Jane (Shaelene Woodley) y Madeline (Reese Whiterspoon).

-¿Estarías dispuesta a hacer más televisión?

-Definitivamente haría más. Hago películas gran parte del tiempo y tienen un lugar particular en el mundo. A Un camino a casa hemos tenido que mostrarla para que la gente la viera. Trabajar para llevar eso al cine y hacer que la gente lo vea. Una historia sobre un niño indio y una madre adoptiva, buscando a su madre biológica. Hemos tenido que trabajar para sacar esa historia. Creemos en ella y es glorioso que esté recibiendo la atención que está recibiendo. Pero, Dios mío, es difícil de encontrar entre tanto ruido.

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Nicole Kidman

NICOLE KIDMAN

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