Una brasileña con Sonia Braga, el camino de Nasser y otra de Scorsese

25/03/2017, 05:00

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Aquarius es el nombre del edificio que Clara, personaje de Sonia Braga, se niega a abandonar. En El camino de siempre, Jorge Nasser cumple un sueño mientras cuenta su vida. Y Silencio es la historia de dos sacerdotes que van en busca de su mentor, con dirección de Martin Scorsese.

Aquarius

Se divide en tres partes: El cabello de Clara, El amor de Clara y El cáncer de Clara. Contrario a lo que se podría pensar, el cáncer no es el desenlace de la historia sino el inicio, que se da en 1980. Allí Clara, a pesar de sus jóvenes 30 años, ya ha superado un cáncer de mama y se la ve con un pelo muy corto. Festeja el cumpleaños de su tía, en un apartamento que será emblemático en la historia. Treinta y cinco años después, Clara tiene una cabellera muy, muy larga, que siempre está arreglando o moviendo de acuerdo a lo que está por hacer. Ya no hay cáncer (solo una mama menos), pero sí otra amenaza: una constructora quiere demoler el edificio en el que vive, llamado Aquarius, para un nuevo proyecto, y ha comprado todos los apartamentos. Menos el de Clara, que se resiste a vender y sigue viviendo en un edificio fantasma. Es en esa segunda parte del film que se expone el grueso de la historia que, en resumidas cuentas, es Clara. Clara y sus afectos, Clara y su pasado como crítica musical (la música tiene un gran protagonismo y dice mucho), Clara y el sexo, Clara y el dinero. Y es todo esto lo que permite lucirse a Sonia Braga, que vuelve al cine gracias a este relato y lo hace a lo grande, poniéndose al hombro una película que es ella y solo ella. Los premios y las múltiples nominaciones se lo han reconocido. Aquarius pudo haber sido candidata al Oscar, pero el pronunciamiento político de su director contra la destitución de Dilma Rousseff hizo que Brasil eligiera otro representante. Si bien no es un film político, sino un drama personal, lo político lo sobrevuela, sobre todo en lo que refiere al tema del avance del negocio inmobiliario. La película es larga, podría haber durado un poco menos y ser igual de potente, pero no molesta porque cada escena de Braga es un disfrute. Un regreso triunfal con una gran película.

De la Aduana a Nashville: El camino de siempre

Hoy muchos saben quién es el cantante Jorge Nasser, pero quizás no todos sepan que fue el líder de una legendaria banda de rock Níquel-, que escribió para una revista cultural argentina o que fue "carpero" en Playa Honda. Con la excusa de cumplir el sueño compartido de ir hasta Nashville, cuna de la música country, es que su gran amigo Julio Sonino armó este documental en que repasa la vida del artista. La principal voz es la de Nasser, contando detalles de su existencia, pero también aparecen otras voces, desde sus amigos de juventud hasta Juan Ramón Carrasco, como DT del equipo de sus amores, River Plate. Un documental estándar, con un relato en off algo empalagoso y con mucha frase hecha que podría haber sido otro, y la dosis de información justa, no así de música, que se esperaba fuera más. Correcto.

Jorge Nasser cuenta su vida al tiempo que hace un viaje soñado con un amigo.

Dos sacerdotes jesuitas viajan a Japón en busca de su mentor.

Silencio

Dos jóvenes sacerdotes jesuitas viajan a Japón en busca de su mentor, un sacerdote que ha renunciado a su fe sin que las causas estén muy claras. Allí se darán cuenta de lo complicado que es mantener su adhesión al cristianismo en un país en el que la fe católica está prohibida. La película es excesivamente larga para lo redundante que se vuelve en la mayoría de su metraje. Martin Scorsese sigue las vicisitudes de los jóvenes discípulos, especialmente del personaje de Andrew Garfield, pero se detiene mucho en los detalles, en cosas que se darían por entendidas con una escena. Va perdiendo interés a medida que avanza, apenas levanta un poco hacia el final y hasta se lo apura un poco para lo pormenorizado que venía siendo el relato. Nominada al Oscar a Fotografía, quizás sea su mayor destaque, aunque tampoco es correcto decir que es una mala película, tal vez solo no fue encarada de la forma más efectiva. Un Scorsese que no pasará a la historia.