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Mérito que pagan todos

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La Constitución establece que la Asamblea General es quien vota las pensiones. Foto: archivo El País
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Archivo El pais

El Estado pagó US$ 1,7 millones en 2015 por pensiones graciables. Es un beneficio que gozan algunos uruguayos que se han destacado, pero cuyos criterios de selección están siendo cuestionados. No todos los beneficiados atraviesan una situación económica extrema ni existe unanimidad sobre la justificación de la pensión.

José María "Catusa" Silva atiende el teléfono con la voz ronca que arrastra por sus años de fumador. La aspereza de sus palabras no le impiden ser bien claro en su explicación: "Nunca pasé hambre ni solicité una pensión graciable… me la gestionó la Presidencia".

Desde 2011 que cobra 4 BPC por mes —hoy son $ 13.360— por su aporte a la cultura, como una de las máximas figuras del Carnaval. El subsidio le llegó luego de que en la primera Presidencia de Tabaré Vázquez el Ejecutivo pidiera este reconocimiento. La partida especial no se anula por más que "Catusa" cobra también su jubilación como comerciante y los derechos de autor de más de cinco décadas como letrista.

Si bien sus méritos nunca estuvieron —ni están— en discusión, su caso, como el de otros tantos, vuelve a poner en tela de juicio el sentido de una normativa de 1830 y cuyo principal cometido es colaborar con los uruguayos que se han destacado y están pasando verdaderas penurias económicas.

El Estado destinó US$ 1,7 millones durante 2015 para pagar las 268 pensiones graciables que están vigentes. Cada una de ellas fue aprobada por el Ejecutivo y convertida en ley en el Parlamento. De hecho, 64 de las leyes que se dictaron desde 2008 corresponden a estas adjudicaciones.

La última de estas leyes, la 19.386, fue votada el 22 de abril de este año. En ella se aprueba una pensión graciable para Jacinta Silva, la centenaria de Treinta y Tres que el próximo miércoles cumplirá 112 años. Fue una iniciativa de los diputados Edgardo y Sergio Mier, el primero blanco y el segundo frentista.

Doña Jacinta salió del anonimato hace un año, cuando se conoció su precaria situación y que era una sobreviviente de la época de las afrodescendientes esclavas. Su caso es excepcional y en la planilla de la comisión para el tratamiento de pensiones graciables, en el Ministerio de Cultura, figura que el motivo de su adjudicación es por su "edad avanzada".

El 45% de las pensiones graciables que se entregaron en la última década corresponden a exfutbolistas que defendieron la selección mayor. Este miércoles la comisión de Seguridad Social de Diputados pidió que se gratificara al excampeón de América Wilmar Cabrera.

A Cabrera no le preocupa que lo vean como un "indigente" ni que lo acusen de despilfarrar el dinero que obtuvo cuando era un futbolista de elite. Solo lo inquieta que sus cinco hijas tengan el mejor pasar y contar con un ingreso adicional a los menos de $ 20.000 que gana por dirigir a San Eugenio, un club amateur en Artigas que cumple 108 años.

Cuando terminó de entrenar a Atenas de San Carlos, en 2011, Cabrera solicitó una ayuda porque tras la crisis de 2002 sus ahorros se evaporaron. Le quedó una propiedad en la que habitan su exmujer y las hijas, algunos trofeos y ropa que guarda en su habitación del club artiguense.

Si bien jugó en Nacional y en España, Cabrera recuerda que en su época quien ganaba más de US$ 1.000 dólares "tiraba cohetes". Hoy un juvenil en un equipo "grande" llega a cobrar más de US$ 10.000, dice. Pero para él, la pensión graciable no es una cuestión de dinero sino un derecho que le "corresponde" por su "participación en la selección".

La herencia.

Ya en 2013, cuando por iniciativa del exdirector de Cultura Hugo Achugar se le entregó una pensión graciable a la actriz Beatriz Massons, el diputado Pablo Abdala pidió que se ajustara la normativa y se modificaran los criterios de selección.

Las pensiones graciables son un mandato constitucional que data de 1830. La idea era reconocer a las glorias de la época, sobre todo militares, pero luego una serie de leyes fueron abriendo el espectro. Algunas normas especificaron los beneficios para excampeones olímpicos y del mundo, y otras aclararon la importancia de destacarse en el arte, la cultura y la ciencia —por más que los científicos recibieron menos de 10 en toda la historia—.

Desde 2006 existe una comisión para el tratamiento de las pensiones graciables, la que preside un representante del Ministerio de Cultura.

Silvia Pérez es quien ocupa ese cargo hoy y coincide en que "las modificaciones son necesarias". Pero justifica que hasta el momento no se hicieron porque "hubo otros asuntos y se juntó mucho con la época de las elecciones".

La Comisión trabaja en el borrador de una nueva ley que pretende incursionar en esta legislatura. Una opción es ir hacia un sistema de premios, como ocurre en Argentina, dice Pérez, y dejar que de la seguridad social se encarguen otros organismos (como el Ministerio de Desarrollo Social o el Banco de Previsión Social).

En los últimos años la comisión recibió todo tipo de solicitudes. Desfilaron los pedidos de los descendientes directos de José Artigas y de Sepé —el último cacique charrúa—, deportistas de todas las épocas, una profesora de psicología infantil y hasta tres payadores.

Aun así, las solicitudes de pensiones vienen bajando desde 2013. Pasaron de ocho a cuatro, luego a dos y este año va solo una. Según Pérez la tendencia se puede deber a que "existen otros beneficios de seguridad social" para quienes realmente están en una situación vulnerable o necesitan una mano del Estado.

Para el diputado Abdala, la explicación es que rara vez que "el Parlamento remitió una solicitud al Ejecutivo, este la apoyó". Y dice que alcanza con los votos oficialistas para aceptar los proyectos que envía la comisión.

"Catusa" no cree que haya intenciones ideológicas detrás de estas pensiones. "He tenido independencia política toda mi vida y nunca milité en un sector concreto del Frente Amplio", afirma.

Después de él, la única persona allegada al Carnaval que recibió una pensión fue María Esther Camargo, viuda del "Canario Luna".

En la lista de beneficiados figuran destacados uruguayos cuya situación económica sí es compleja. Alberto Restuccia recibe una pensión graciable desde 2009. El actor le llegó a decir a El Observador que "quisiera no actuar más", pero no puede porque de hacerlo se muere de "hambre".

El requisito.

Además del Ministerio de Cultura, la comisión especial está integrada por un representante de la cartera de Economía, uno de Trabajo, uno de Deporte y otro del BPS. A la interna de la comisión establecieron que el solicitante de una pensión no debe tener ingresos superiores a 7,5 BPC (unos $ 25.000 al mes).

De las pensiones graciables que están vigentes, el promedio son $ 15.846 al mes. En los últimos dos años hubo solo dos casos en los que se tuvo que incrementar el beneficio a la persona porque su situación era extremadamente delicada.

Quien toma la iniciativa para confeccionar el proyecto de ley es el Poder Ejecutivo. El pedido puede venir del Parlamento, de la propia persona o de una organización civil. La comisión tiene 90 días para decidir luego de recibir la solicitud. Esa decisión funciona como "opinión" porque es el Ejecutivo quien envía, o no, el texto al Poder Legislativo.

La comisión solo puede recomendar una pensión graciable si hay unanimidad de sus miembros. Y tiene potestad para controlar que se pague al beneficiado dentro de los primeros 60 días de aprobada la ley por el Parlamento.

Wilmar Cabrera insiste en que la ley está vigente e incita a que otros de sus colegas puedan seguir sus pasos. Para él es clave mientras no se está en el BPS o se es un futbolista, cuya jubilación llega mucho después que el momento del retiro en una actividad que dura pocos años.

"Catusa", en cambio, no hace mayores comentarios. Ya está pensando en los textos del Carnaval que viene y sigue pagando el alquiler en su casa de Capurro, como lo ha hecho siempre. A lo mejor está ideando un cuplé sobre el tema, personajes no le faltan.

BENEFICIARIOS DE PENSIONES.

La ayuda llegó un año después.

Jacinta Silva cumplirá 112 años el próximo miércoles. En 2015 se conoció la pobreza que atravesaba esta centenaria y hasta un comerciante de Maldonado ofreció pagarle. Pero hace un mes y medio se votó la ley 19.386 que le concede una pensión graciable.

El Toro arremete contra el prejuicio.

La comisión de Seguridad Social de Diputados solicitó el pasado miércoles que se le conceda una pensión graciable a Wilmar Cabrera, conocido como "El Toro" es su época de futbolista. Cabrera considera que ese dinero es su derecho por haber salido campeón.

La honestidad del letrista del pueblo.

La palabra "pueblo" es una de las más usadas en el texto de la murga Araca la Cana. Su letrista "Catusa" Silva escribió mucho sobre el hambre y los más desfavorecidos, pero reconoce que en su caso la pensión graciables fue por su trayectoria y no por necesidad.

El eterno femenino de una imaginativa pintora
La Constitución establece que la Asamblea General es quien vota las pensiones. Foto: archivo El País

PENSIONES GRACIABLES BAJO LA LUPA

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