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La mirada puesta en China

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Mujeres chinas trabajando en una fabrica de vestimenta. Foto: AFP.
STR - AFP - AFP

El gobierno tiene claro que China es su objetivo comercial más inmediato y aspira a un Tratado de Libre Comercio. Para ello, espera que el Mercosur admita un formato donde cada miembro negocie a la velocidad que decida. “Esto es estar del lado correcto en el mundo”, afirma Nin Novoa.

Federico Santi no recuerda si viajó 16 o 17 veces a China. Lo que sí sabe es que recién en la tercera visita pudo cerrar un acuerdo para vender terneras de la raza Holando en pie.

En su búsqueda llegó a comer medusas y escorpiones —las lagartijas le parecieron demasiado—, aprendió a usar los palillos chinos y recibió el rezongo de una empresaria por cruzarse de piernas y recostarse en el asiento durante una negociación. Ha visitado numerosos hoteles cinco estrellas, donde venden vino chileno, carne australiana y cordero neozelandés, pero nada de Uruguay. Esa, opinó, es una oportunidad perdida.

En la cafetería del aeropuerto de la ciudad de Nanjing, el uruguayo especialista en negocios con China Nicolás Santo se encontró con algo poco habitual: un litro de leche Conaprole. También vio productos uruguayos en los principales sitios de ecommerce del país y algún que otro negocio que promocionaba carne uruguaya. Estos últimos, se le aparecen cada vez más, contó el experto, que se mudó hace algunos años a la República Popular China. La presencia de productos uruguayos varía según la región y está lejos de ser masiva, explicó.

La superficie de la República Popular China es 54 veces más grande que la de Uruguay; y por cada uruguayo, hay 407 chinos. A ese mercado apunta el gobierno, al poner sobre la mesa del Mercosur su intención de impulsar, junto al bloque o solo, un Tratado de Libre Comercio (TLC).

Para el canciller Rodolfo Nin Novoa, para Uruguay, como país pequeño, apuntar a ese tipo de mercados implica "estar en el lado correcto" a la hora de interpretar cómo funciona hoy el mundo.

Compra y venta.

China fue, en 2015, el primer mercado de destino de las exportaciones de bienes uruguayos (sin considerar zonas francas). Uruguay le vende soja, carne bovina y lana. Del país asiático trae teléfonos celulares, computadoras e insecticidas. La balanza comercial arroja para Uruguay un saldo negativo. Importamos en 2015 un total de US$ 342 millones más de los que le vendimos a China. Igualmente, hubo un equilibrio, ya que en 2014 el saldo negativo fue por US$ 623 millones.

Esta semana, en su visita a China, el canciller Rodolfo Nin Novoa oficializó el interés por el TLC. El ministro dijo a El País que uno de los objetivos fundamentales de su gestión es dejar "los canales abiertos" con China para que quienes lo sucedan puedan cerrar un tratado. Y en ese sentido el gobierno puso manos a la obra. Cambió de lugar la embajada hacia una casona más grande y mejor ubicada. En China los inmuebles para sedes diplomáticas son propiedad del Estado, que subsidia alquileres y consumos, por lo que la decisión no implicó más gastos. También se duplicó la dotación de personal y se incluyó a un asesor en temas agrícolas. A la reciente visita del canciller en la que mantuvo contactos al más alto nivel del gobierno chino, se sumará la del presidente Tabaré Vázquez, prevista para octubre próximo.

"Ahora las familias chinas están habilitadas a tener dos hijos. ¿Se imagina lo que eso implicará en materia de consumo dentro de diez años? Tienen un ingreso per cápita de 8.000 dólares, han occidentalizado su dieta. China ofrece muchas oportunidades que debemos aprovechar", afirmó Nin.

Al gobierno le preocupa que los principales competidores —Australia y Nueva Zelanda— ya firmaron un TLC con China y el año próximo ingresarán sus productos con arancel 0%, mientras que Uruguay paga 16%. Según datos de un informe sobre China que realizó Uruguay XXI en mayo de este año, desde 2001 la economía del país ha venido creciendo y entre 2007 y 2008 —con la crisis en Estados Unidos— pasó a ser uno de los mercados con más preponderancia y se convirtió en la segunda economía del mundo. Desde 2009 es el principal exportador de bienes del mundo y el segundo importador.

Lo posible.

¿Cuánto podría beneficiar al país un TLC con China? ¿Qué tan viable es?

La Resolución 32/00 del Mercosur impide a los países miembros la firma de acuerdos bilaterales con países que estén fuera del bloque. Nin dijo a El País que el planteo elevado por Uruguay al Mercosur implica que se deje en libertad a los países para negociar a "distintas velocidades".

"Habiendo consenso entre los países, pedimos que ante determinados tratados de libre comercio pueda haber velocidades diferentes. Si todos estamos de acuerdo y algunos necesitan más tiempo para liberalizar determinados productos, pedimos que no les impidan a los otros avanzar. Uruguay tiene una economía más abierta que el resto de los países del Mercosur y está en mejores condiciones para cerrar un tratado antes que el resto", explicó el ministro de Relaciones Exteriores.

"A China el mercado uruguayo le interesa poco y nada", indicó Santo, quien opinó que la clave está en ser una puerta de entrada al Mercosur. "Y eso tiene un valor estratégico que hace suspirar a China", detalló.

Nin, en cambio, sostiene que a China no le importa hacer acuerdos "uno a uno". "En el caso de Uruguay les interesa nuestra seriedad, es un país del que se pueden fiar porque exigen mucho en materia de seguridad alimentaria. Por eso nos preocupa mucho cuando vemos algún episodio que altera la calidad de los productos que vendemos. Somos el segundo proveedor de carne en ese mercado, y le hemos planteado a nuestros exportadores que deben tener el máximo cuidado", señaló.

Hoy Uruguay negocia con China 28 protocolos, algunos de ellos culturales y de cooperación. En materia comercial se abrieron los mercados para arándanos y citrus, y se procura mejorar en materia de cebada, sorgo, cereales, arroz. "También tenemos que entrar con más lácteos, celulosa, carne ovina", reafirmó.

La posibilidad de apertura hacia China a través de un acuerdo conjunto del Mercosur es algo que, según varios expertos, aparece como prácticamente imposible. "A China no le interesa negociar en conjunto, lo ha demostrado en más de una oportunidad. Sabe que Paraguay no está en posición de negociar (porque reconoce a Taiwan y no a China) y sabe que Argentina y Brasil no están preparados para la apertura que pretende", indicó Ignacio Bartesaghi, director del Departamento de Negocios Internacionales e Integración de la Universidad Católica del Uruguay. Aunque el cambio político en Argentina y Brasil implica una oportunidad para que Uruguay ponga el tema sobre la mesa en un momento clave, una negociación colectiva es, para Bartesaghi, inviable.

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Made in China.

Cada US$ 10 que Uruguay exporta, US$ 1,8 van para China y si se aplica el mismo razonamiento a las importaciones que llegan desde el país asiático, serían US$ 2, según datos de 2015.

A su vez, un informe del banco BBVA sitúa a Uruguay como el tercer país de América Latina con mayor dependencia de sus exportaciones a China (por detrás de Costa Rica y Colombia). Si bien hoy en día los principales productos que China le compra a Uruguay son soja, carne bovina y lana, algunos de los expertos consultados entienden que las oportunidades trascienden ese horizonte. "Necesitaríamos una industria más fuerte para captar tendencias y cambios de consumo en China y el sudeste asiático", dijo Bartesaghi. De hecho, uno de los sectores en que más ha crecido la importación en China es el de los alimentos, que entre 2001 y 2014 creció a una tasa promedio anual de 18,6%. En este sentido, para Uruguay un TLC no solo sería una ventaja en términos arancelarios, sino además en la negociación de protocolos sanitarios y fitosanitario, agregó.

Uruguay tiene complementariedad con China en 152 rubros de exportación. En 122 China tiene una demanda que Uruguay XXI considera "de relevancia". El más importante sería el alimenticio, que comprende productos como carne bovina, pescado y harina de pescado, leche, quesos y manteca.

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Por otro lado, Gabriel Rozman, presidente de la cámara de comercio Cámara de Comercio Uruguay-China, cree que se podría aprovechar el inmenso mercado del gigante asiático, que tiene una población de 1.367 millones de habitantes, para insertar servicios o fomentar un rubro como el audiovisual. "Hay miles de microempresas que pueden tener intereses pero no tenemos infraestructura y no tienen conocimiento suficiente del país. Vamos a tener que entrenarlos en cómo hacer negocios en China", indicó.

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En la línea estratégica para fortalecer el vínculo bilateral con China hay datos significativos. Por ejemplo, Nin confirmó que la cumbre Empresarial China-América Latina y el Caribe, que se celebrará el año próximo, tendrá como sede a Uruguay. "Esto no es un dato menor", apuntó Rozman. "Esto demuestra que quieren hacer negocios con nosotros, reconocen que somos importantes", acotó.

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Aunque los expertos consultados están de acuerdo en que un TLC sería provechoso para el país, también entienden que habría rubros del mercado local que se podrían ver afectados.

Hay riesgos para el sector de la vestimenta o la química, incluso en plásticos. Igualmente, concuerdan en que el resultado neto sería siempre beneficioso. Algunos expertos señalan que China ya ha penetrado en el mercado local sin mayores dificultades por lo que Uruguay tiene mucho más para ganar en un acuerdo bilateral. "China ya no es un país que inunda el planeta con productos baratos intensivos en mano de obra y de baja calidad. China hoy es un país que tiene inserción internacional en productos manufacturados que alcanzan bienes de capital, entre otras cosas", indicó el profesor de Comercio Internacional de la Universidad de la República, Marcel Vaillant.

Esperando oportunidades

Si hacemos bien los deberes, un TLC con China puede transformar al Uruguay radicalmente", sostiene Santo, quien cree que un acuerdo de este tipo podría atraer a empresas chinas para que inviertan en Uruguay con socios locales y luego exporten lo producido a su mercado.

"A esta altura de los tiempos, prácticamente no quedan productos manufacturados en los que el Uruguay pueda competir con China. Nuestra estrategia país debería poner foco en cómo podemos hacer goles en ese mercado en lugar de cómo frenar avances chinos en esta dirección", indicó.

Para Vaillant, las experiencias internacionales de los últimos años demuestran que "es falso eso de que las economías pequeñas no puede firmar acuerdos de libre comercio con países grandes". Ahora, abrir un frente con la segunda potencia del mundo permitiría no solo acceder a su mercado, sino una inserción en Asia, que podría atraer a otros países, como Japón o Corea del Sur.

"Uruguay es un país que tiene un problema estructural de acceso a los mercados de productos agroalimentarios. Son mercados muy distorsionados y protegidos. China es clásicamente un comprador de este tipo de bienes y acceder en condiciones preferenciales es algo que de alguna manera le va a implicar un aire, un cierto alivio", apuntó.

El propio Nin admite que procesos como los que el gobierno se propone con China son "muy complejos y llevan años", razón por la cual entiende que se justifica "empezar ya para que quienes vengan puedan cerrarlos". Nin no tiene dudas de cuál debe ser el rumbo, aunque en esa dirección reciba críticas de su propia fuerza política. "Hoy los países se juntan para mejorar las condiciones del mercado, hacen protocolos sanitarios, eliminan aranceles, comercian. Es la realidad y el que no quiera entenderla vivirá en otro mundo. Los mercados son como son y la decisión pasa por estar en el lado equivocado o en el lado correcto. Para mí lo correcto es entender el mundo y no dejar pasar las oportunidades que son vitales para un país como el nuestro", afirma.

El contacto físico y mirar a los ojos no es lo mejor

El informe oficial de Uruguay XXI sobre China ratifica la línea de Cancillería en cuanto al acercamiento a ese mercado y ofrece consejos a los empresarios sobre las normas de protocolo a seguir. "El saludo adecuado es una pequeña inclinación de hombros junto a la expresión Ni hao, ma? (pronunciada Ni jao, ma) que significa ¿Cómo está usted? Si la contraparte china toma la iniciativa, un apretón de manos también puede ser adecuado. Al retirarse se dice "Zai jian"

(pronunciado tzae tien). Ni el contacto físico, ni mirar fijamente a los ojos durante un tiempo prolongado son estrategias recomendables".

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Mujeres chinas trabajando en una fabrica de vestimenta. Foto: AFP.

EL LADO CORRECTOM. CASTIÑEIRAS / G. TERRA

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