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Edad límite: la exclusión oculta

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Richard y Jorge forman parte de una página de Facebook que lucha contra la discriminación por edad. Foto: F. Ponzetto
Nota a cincuentones sin trabajo, buscando en los clasificados de El Gallito Luis, Montevideo, desempleo, ND 20170918, foto Fernando Ponzetto - Archivo El Pais
Fernando Ponzetto/Archivo El Pais

UNA DISCRIMINACIÓN LABORAL DISIMULADA

Aunque el desempleo entre la población de 40 a 60 años es bajo, la reinserción laboral de estos trabajadores es cada vez más difícil. El tiempo de espera se alarga y las empresas, influenciadas por mitos, prefieren darle el cargo a alguien más joven. ¿Esta discriminación merece una ley?

El orgullo, la rabia y la tristeza se cruzan en el rostro de Jorge cuando muestra una foto de cómo era él un año atrás, cuando todavía tenía trabajo como medio oficial metalúrgico. "Yo era este", dice y extiende el celular, que lo muestra antes de adelgazar 20 kilos, antes de dejar de ir al gimnasio, antes de vestirse con ropa prestada y de dormir, cada noche, en un albergue. Ese Jorge se sacó una foto frente a un espejo, posando, con mirada seductora. Este Jorge que hoy vino a contar su historia, dice lo que sus ojos gritan: que el desempleo lo tiene "en un estado de pos denigración". "Cada día yo veo la vida que pasa y que no puedo tener". Así se siente tener 40 años, enviar de tres a cuatro currículum a diario y no conseguir ni siquiera una entrevista.

Hay otro hombre que escucha a Jorge. Lo que se ve en su rostro es una mezcla de desesperación con impotencia. Richard parece un hombre a punto de rendirse: hace dos años que busca trabajo. Tiene 52, es profesor de inglés, analista de sistemas y fue, durante 10 años, empleado del Club Neptuno. Trabajó desde que tenía 15 y asegura, con la angustia que deja la incredulidad, que frente a esta situación él "no sabe cómo manejarse". "Es como si tuvieras una barrera que jamás te esperaste que podría existir y no sabés cómo salir, no sabés para dónde arrancar, no sabés cuándo se va a terminar esto ni cómo vas a hacer para juntar los 10 años que te faltan para jubilarte".

Según los especialistas, la discriminación por edad para conseguir un empleo siempre ha sido un problema, pero mientras en países como Estados Unidos y Reino Unido crearon leyes para combatirla, aquí permanece oculta.

Es que el mayor problema del mercado laboral uruguayo es el desempleo juvenil, que supera tres veces la tasa de desempleo media, pero si a una persona le lleva un promedio de ocho semanas conseguir empleo, para los mayores de 45 años suelen ser más de 12. Y eso si son afortunados.

Federico Muttoni es director de la consultora Advice desde 2005 y también es un trabajador que está a punto de cumplir 47. "Por eso entiendo lo que sucede con este grupo", dice. "Si bien no hay una estadística, me animo a decir que los mayores de 50 quedan excluidos del 80% de las ofertas". Y agrega: "A priori", porque las empresas en general tienden a convocar postulantes sin rango de edad pero cuando están haciendo su preselección "se van inclinando por perfiles de candidatos de mediana edad y más jóvenes".

Según un estudio de Gallito.com, el 29% de los postulantes activos de su plataforma integran la franja etaria de 40 a 60 años. La dificultad de la reinserción laboral se puede entrever en la frecuencia de sus postulaciones a los nuevos avisos: la mayoría busca y envía sus candidaturas a diario. Sin embargo, entre las publicaciones que indican el rango de edad, menos del 10% los contempla.

Los datos que arrojó un análisis de la bolsa de trabajo Buscojobs son más duros aún. Entre 2016 y 2017 solo el 24,75% de las ofertas aceptaron una edad máxima de 50 años en adelante, pero únicamente el 0,36% solicitó exclusivamente candidatos mayores de 40 años. Esto se traduce en 71 empleos ofrecidos: 71 puestos para los que compitieron cientos de personas como Jorge y Richard.

Una tendencia emergente en todo el mundo es reinsertar en las plantillas laborales a trabajadores jubilados. Foto: Archivo El País
Una tendencia emergente en todo el mundo es reinsertar en las plantillas laborales a trabajadores jubilados. Foto: Archivo El País

Cien días de angustia.

Ana se dio cuenta de que no sería contratada para cubrir alguno de los 100 puestos disponibles en el hotel porque el chico que la entrevistó jamás la miró a los ojos. "A pesar de que hice una fila de cuatro horas bajo la lluvia, aunque tengo cursos y experiencia en hotelería, de que soy vendedora desde hace 23 años, de que hablo portugués y de que vivo solo a dos cuadras del lugar, no me dio ni la chance".

Durante 100 días revisó cada uno de los llamados en las plataformas online que gestionan el reclutamiento de recursos humanos para empresas: Buscojobs, Gallito.com, ManpowerGroup, CompuTrabajo y la última novedad: Accióntrabajo. También comenzó a seguir a los más de 10 grupos de Facebook que se dedican a reunir toda la oferta en un mismo lugar. Entre ellos, Trabajo (buscando-ofreciendo) Uruguay tiene más de 104.000 seguidores. Aunque a primera vista la oferta parece abrumadora, cuando la edad comienza a ser un filtro, se achica.

Durante 100 días Ana envió 450 currículum y la llamaron para menos de 10 entrevistas. En ninguna quedó. En una de ellas, en un call center, el reclutador le sugirió que a su edad era mejor "quedarse en casa cobrando el seguro de desempleo" porque "el sueldo percibido sería el mismo". En una tienda de ropa, de donde ella era clienta, no quisieron aceptarle la postulación. "¿Es por la edad?", preguntó. "Sí. Quieren solo hasta 30 años", le respondió la vendedora bajando la mirada.

—Un día no soporté más y llamé al Ministerio de Trabajo. Llamé llorando y se ve que le di lástima a la telefonista porque me pasó con la secretaria del ministro.

—¿Y qué le dijiste?

—Le dije que este era un día más sin trabajo. Que era un día más esperando a que alguien me llamara y nada. Le pregunté qué pasaba con nosotros, que si nadie se iba a ocupar, que no podemos ser descartados por haber cumplido 50.

Por recomendación de la secretaria, Ana agendó una entrevista en un Centro Público de Empleo. Asistió y la ayudaron a mejorar el currículum. En un mercado laboral cada vez más desafiante, cada vez más competitivo, cada vez más digital, en el que el 99% de las postulaciones se hacen mediante aplicaciones y, pronto, serán filtradas por inteligencia artificial, los expertos dicen que el currículum determina el 50% de las posibilidades de llegar a una entrevista.

"Esto puede sonar un poco duro, pero creo que puede ayudar: si uno es un producto, el currículum es el packaging", dice Muttoni. "Así como uno va a la tienda y se siente atraído por un producto que quiere probar, lo mismo pasa con un candidato: debe saber venderse", opina.

Para encontrar trabajo, el principal consejo es similar al que se le da a un amigo que quiere ennoviarse: "Hay que ser proactivo".

Entonces Ana siguió los pasos.

Quitó "soltera y sin hijos".

Quitó la edad, pero sí escribió la fecha de nacimiento.

Acortó su historia laboral.

En Smart Talent Day, un encuentro de consultoras que organizó Uruguay XXI, le dijeron que la foto "es esencial". La que luce en su carta de presentación, la tiene sonriendo, de medio perfil, con el pelo suelto. Parece feliz. "También estudié en YouTube todos los test psicolaborales. Sé exactamente cómo dibujar cada cosa que me pidan", asegura. Aun así, la devolución de sus postulaciones en las plataformas sigue muda.

"Yo me pregunto a dónde van a parar los currículums que mando. Hasta el día de hoy entro en una de estas bolsas de trabajo y dice que mi currículum ha sido visto por 57 empresas, que 36 lo están evaluando y que tengo 0 procesos de selección en los que soy finalista", cuenta.

Hace poco más de un mes, para comprobar si la pesadilla de la discriminación por edad era una intuición o una realidad, abrió la página de Facebook No a la discriminación laboral por edad 40 a 60. El sitio tiene más de 20.000 visualizaciones, 767 seguidores y la puntuación más alta: es una comunidad con funcionamiento cinco estrellas.

En el muro se pueden leer decenas de casos como el de Jorge, Richard y Ana. También hay anécdotas peores. Hay una mujer que denuncia haber sido despedida de una fábrica de elaboración de empanadas luego de que un gerente le pidiera la cédula y comprobara su edad. "Mi sueño es no ver nunca más un límite de edad en un aviso. Yo me puse una bandera con este tema, porque si a los 50 no tenés trabajo, no tenés nada", sentencia Ana.

Secreto a voces.

Eduardo Pereyra, el director nacional de Empleo, contesta el teléfono de regreso desde La Coronilla, donde esa mañana, durante un Consejo de Ministros, un hombre desempleado de 48 años le preguntó al presidente por qué, "si este era un gobierno de inclusión", no podía postularse a un trabajo público teniendo más de 45: se refería a un llamado de OSE para contratar a 248 peones. El hombre se quebró. Tabaré Vázquez respondió que debido a que las personas tienen una mayor expectativa de vida "este es un tema del que habría que estudiar como se está planteando en otras partes del mundo".

Pereyra recuerda este episodio y asegura que "el límite de edad para los llamados públicos fue discutido por el gobierno en el período pasado y se concluyó que se establecería un máximo únicamente cuando la actividad así lo requiriera". También reconoce que tienen "estudiado el problema de la demora en la reinserción laboral para las personas mayores de 50, y que por eso se han tomado medidas". Las primeras acciones se concretaron en 2008, cuando se estableció por ley que el Seguro de Desempleo duplicara su cobertura para los desempleados mayores de 50 años: en lugar de seis meses, podrán cobrar el dinero a lo largo de un año. También se flexibilizaron las condiciones de acceso a la jubilación a través del subsidio especial por inactividad compensada, que beneficia a aquellos que llevan más de un año desocupados, tienen 58 años de edad, 28 años de servicio y no reciben otro ingreso.

Un mes atrás, para revertir el desempleo juvenil y de los mayores de 45, con el foco puesto en aquellas personas con una menor calificación para competir con el público que se postula a través de consultoras, el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social lanzó la plataforma Vía Trabajo. Funciona como una agencia de colocación en la que pueden registrarse candidatos a partir de los 15 años de edad y empresas que quieran acceder a un reclutamiento gratuito de postulantes. Hasta el momento se inscribieron 1.500 firmas y 120.000 candidatos.

Pereyra explica que esta herramienta está coordinada con los 27 Centros Públicos de Empleo (CEPE) que hay en todo el país —que a su vez trabajan con el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop)— y con el programa "Objetivo Empleo", que ofrece un subsidio a empresas que contraten trabajadores juveniles o mayores que no hayan terminado sus estudios secundarios y lleven un año desocupados.

Pablo Balea, director de los cinco CEPE gestionados por la Intendencia de Montevideo, dice que en agosto se agendaron para entrevistarse 478 personas, y que las que asistieron recibieron orientación laboral —desde ayuda para armar el currículum hasta capacitación en Inefop— y son tenidos en cuenta para la intermediación laboral. "La parte más difícil es la contratación y es cierto que el grupo que supera los 45 es el que la tiene más difícil, porque las empresas que nos contactan suelen preferir a los jóvenes".

Consultado acerca de si este es un tema que está sobre la mesa y si ameritaría una ley específica, el director de Empleo dice: "No queremos ser insensibles a este planteo, pero lo que es cierto es que la evidencia no va por ahí. La evidencia no dice que este sea el problema más grande de desempleo que tiene el país".

Los números le dan la razón: la tasa de desempleo para esta población es del 3,3%. Otra forma de verlo es que los mayores de 25 años tienen una tasa de empleo que duplica la de los menores, donde la falta de trabajo afecta al 24%.

Sin bajar los brazos.

Están los casos extremos, como el de Sergio, de 53 años, que perdió su trabajo de vendedor y supervisor cuando refrescos Mío cerró sus puertas en 2014 y desde entonces no consigue entrevistas para puestos que le interesen. Y están los casos como el de Alberto, de 47, electricista, que luego de meses de búsqueda en su rubro finalmente aceptó una oferta por parte de un conocido. Está subocupado, haciendo tareas de mantenimiento para las que está sobre-calificado y cobrando un salario 40% más bajo del que solía tener.

Es que estos cincuentones se topan con ofertas para ocupar puestos y cobrar sueldos que pocos quieren, porque por lo general no superan los $ 25.000. Son llamados para guardias de seguridad, choferes, cuidado de enfermos, call centers, gastronomía o limpieza. Es difícil y raro tener más de 45, poca capacitación y escapar de estos cargos.

La psicóloga Geraldine Delfino, senior manager en la consultora PwC, lo explica así: "Es la historia de los que estuvieron toda una vida trabajando en una misma empresa y pensaban que se iban a jubilar ahí, no siguieron capacitándose y y ahora, cuando salen a buscar empleo, se encuentran con una competencia dura, con jóvenes que están mucho más preparados que ellos".

Fernando Aldabalde, gerente comercial de la plataforma ManpowerGroup, dice que es común que luego de un período de búsqueda "muchas de estas personas se autoexcluyan del proceso porque ya tienen la expectativa de que no van a ser contratados". Según un estudio que realizó esta compañía, el 34% de los candidatos cree que la discriminación por edad es uno de los mayores desafíos de su carrera. Una certeza que supera la preocupación de "falta de conocimientos técnicos", que irónicamente es uno de los principales mitos que suelen tener las empresas a la hora de descartar a un trabajador mayor.

Pero no todo está perdido. "Yo diría que el hecho de que esta discriminación se esté haciendo más visible está generando una consciencia de las ventajas de incluir trabajadores mayores en las plantillas", dice Muttoni. "Frente a la gran rotación que demuestran los jóvenes, que cada tres años cambian de empleo, las empresas comienzan a revalorar la lealtad, responsabilidad y compromiso de los más adultos", agrega.

A los que superan los 60 años, están jubilados y son tentados a volver al mercado, se los llama "trabajadores búmeran": ellos también podría ser parte del futuro. Algunos prefieren ahorrarse la frustración de no ser insertados en el mercado y abren sus propios negocios. En nuestro país, la red de emprendedores Xeniors concretó la creación de 32 empresas en cuatro años. "Somos referentes en la región. Nos están llamando de Argentina, Brasil y Chile para copiar nuestro modelo", dice Gabriel Rozman, su presidente.

Unas horas antes del cierre de esta nota, Ana envía un mensaje de texto: consiguió trabajo. "¿Sabés lo que hice? Después de ver el llamado, busqué datos de la empresa, encontré un contacto del dueño y le mandé a él, directamente, mi currículum. Eso le gustó ¡Al fin pude entrevistarme con una persona y no con una máquina! El lunes empiezo".

Eliminar el sexo, la foto y la edad de los llamados.

En Estados Unidos y en Reino Unido las reglas son claras: para combatir la discriminación está prohibido solicitar la foto en el currículum, también fijar un límite de edad y los empleadores tampoco pueden incluir un número determinado de años de experiencia como requisito para un puesto de trabajo.

En nuestro país, a raíz de la Ley de Igualdad de Género, desde 2013 la publicación y plataforma Gallito.com dejó de categorizar los avisos laborales entre femenino y masculino y sensibilizó a sus anunciantes de empleo a la hora de indicar otras variables como la edad. Por eso, solo el 14% de los avisos publicados llevan la edad en la descripción. Sin embargo, los especialistas aseguran que la discriminación surge cuando el empleador realiza la selección.

EMPRESAS

Algunas prueban con "trabajadores búmeran"

De a poco las empresas comienzan a incorporar trabajadores mayores de 60 años, varios de ellos ya jubilados, para realizar tareas de asesoramiento, consultorías o capacitaciones de empleados más jóvenes. De acuerdo a un estudio que realizó ManpowerGroup, "varias empresas se están orientando a reclutar trabajadores búmeran en busca de un mayor compromiso y estabilidad en su plantilla" debido a que la generación millenial (18 a 34 años) suele tener una fuerte rotación laboral, durando un promedio de tres años en cada puesto.

El mismo estudio asegura que "será inevitable el crecimiento de la fuerza laboral de personas de más de 50 años y que para el 2022 serán el 35,4% de la nómina".

En Uruguay, un grupo de asesores tomaron consciencia y fundaron Xeniors, un sistema de apoyo, orientación y capacitación para la búsqueda de empleo para mayores de 50 años con espíritu emprendedor. La iniciativa cuenta con un plantel de mentores expertos, con amplia experiencia empresarial, que capacitan y realizan el seguimiento de los adultos mayores en sus proyectos de reinserción laboral, muchas veces empresas propias.

Por otro lado, la cadena de farmacias Farmashop dio un paso adelante y en 2014 lanzó el programa de empleo Mamás, tías y abuelas. "Fue un plan que se hizo identificando que hay un cierto margen de la población en busca de trabajo, que tiene por arriba de los 35 y que a nosotros podría aportarnos muchísimo por su experiencia", dice Celina Bondoni, analista de capital humano de la firma, y detalla: "Está enfocado en las madres que en su momento se dedicaron a la crianza o las que cortaron su actividad laboral pero sí tenían una experiencia que podría aprovecharse".

Las empleadas contratadas hasta ahora tienen entre 30 y 55 años y representan el 14% de la plantilla. ¿Cómo se realiza el reclutamiento? "En nuestra web tenemos un llamado abierto una o dos veces por año y la gente se postula allí". Unas 330 lo hicieron en la última convocatoria. Recursos humanos se contacta con las candidatas, "priorizando a aquellas que cuentan con alguna experiencia en atención al público, aunque no es excluyente". Además, "tomamos en cuenta si tienen más de un año de desocupación" para darles la oportunidad. "La primera ventaja de estas contrataciones es que se trata de personas que estaban fuera del mercado y están muy motivadas con volver y aprovechan al máximo la capacitación", dice Bondoni.

¿Qué mitos perjudican el empleo de los mayores?

Según Federico Muttoni, director de Advice, el principal mito que influye en las empresas para preferir a un trabajador menor a 45 años es que "les cuesta adaptarse a este mundo que está cambiando a gran velocidad". Muchos creen que las personas entre 50 y 60 años "están acostumbradas a trabajar de una forma más tradicional y ahora que ha cambiado les cuesta adaptarse a esta nueva cultura."

También, que no tendrán el mismo ritmo y nivel de energía que los jóvenes. "Nos sucedió de proponer un plan de contratación de personas mayores y que las empresas nos dijeran que no porque los más jóvenes prefieren no trabajar con ellos", cuenta Gabriel Rozman, de Xeniors.

El retiro cercano también juega en contra. Por un lado existe la creencia de que estos trabajadores piensan más en el retiro que en su rendimiento a futuro pero, además, "si la empresa busca a alguien para desarrollar, crecer y hacer carrera, capaz que ven que una persona de 50 no es la ideal para esa posición", explica Geraldine Delfino, de PwC.

Que son más caros es otro de los mitos. "Se supone que porque han venido ascendiendo en su carrera van a estar determinados para trabajos de mayor jerarquía y con una mayor remuneración. Por lo general, una respuesta habitual para ellos es que están sobre- calificados para una actividad".

Que producen menos, asociado al mito del ritmo y de la agilidad y también a que no poseen una capacitación aggiornada en cuanto a cultura tecnológica y dominio de idiomas.

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