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El corazón delator

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Foto: archivo El País

El uso del arrepentido está legislado en el país para aplicación exclusiva en casos de crimen organizado. Un diputado oficialista quiere ampliarla para que los usuarios denuncien a Uber. La iniciativa, empero, horroriza a los operadores del sistema penal.

El pasajero va en el cómodo asiento trasero del coche de Uber y de pronto lo asaltan las dudas y los remordimientos, por partes iguales. Entonces toma su celular y llama a un número de emergencias de la Intendencia y denuncia lo que está ocurriendo, es decir el viaje en un coche irregular. A cambio, el pasajero arrepentido recibirá una recompensa equivalente a $ 140.000, la multa que le cobrarán al conductor denunciado.

Más o menos así funcionaría la idea del proyecto de ley que esta semana presentó en comisión el diputado Walter De León (MPP, FA), pero que no alcanzó los apoyos necesarios para continuar su tratamiento en el Plenario.

"El asunto del arrepentimiento es un tema personal, para unos estará bien y para otros estará mal", relativiza De León al argumentar para El País su iniciativa. El legislador está convencido de que su proyecto es un método ideal para terminar con un tema que mantiene viva la polémica, tanto en Uruguay como en todo el mundo. Su idea central es sencilla: utilizar la figura del arrepentido, en una suerte de extrapolación desde ámbitos bastante más complejos, como los del Derecho Penal especializado.

"Cualquier jurista sabe que se hace un cálculo de ganancias y pérdidas, y hay una recompensa", defiende el diputado.

Y en cierto modo es así como funciona en el terreno judicial. Pero De León va más lejos. "Y se puede aplicar a otras cosas, la persona que compra cosas robadas o de contrabando también puede arrepentirse y denunciar. Para la ley esa persona va a ser un delator, para el ciudadano va a ser un colaborador, yo lo veo así. Para vos puede ser moral o no, depende", dice.

Y asegura que se basó en lejanos ejemplos, como los de la legislación estadounidense del siglo XIX y aún vigente, las denominadas acciones civiles. Dentro de esa variedad De León reparó en una acción llamada Qui Tam —una abreviatura de la frase en latín Qui tam pro domino rege quam pro se ipso in haec parte sequitur cuya traducción es "quien presenta la acción al rey también la presenta para su propia causa o también quien tanto por el rey como por sí mismo entabla juicios en esta materia"— que encontró navegando por Internet.

"(El presidente Abraham) Lincoln la utilizó porque le vendían armas en mal estado y lo que hizo fue iniciar como ciudadano un juicio contra el Estado, y después se vio que esto tenía mucho éxito porque en los hechos es como si tuvieras un ojo vigilante en todos lados", explica De León.

"El Derecho nuestro acepta el arrepentimiento trucho, porque no es que se arrepientan de verdad de haber cometido un delito, es que obtiene un beneficio por delatar", alega.

Entre los operadores del Derecho, en cambio, la idea no cayó nada bien.

arma antimafia.

La utilización de la figura del arrepentido se extendió a la mayoría de los países desarrollados como instrumento idóneo para la lucha contra el crimen organizado y la corrupción.

Se originó en Italia, concretamente en Sicilia, a principios de la década de 1990, cuando el juez Giovanni Falcone y el fiscal Paolo Borsellino iniciaron una épica lucha contra la Cosa Nostra. Ambos fueron asesinados en sendas emboscadas mafiosas, pero las herramientas que crearon fueron utilizadas por la Justicia italiana para luchar contra las mafias.

En Uruguay se legalizó esta figura a partir de 2009 mediante una ley que se incorporó al proceso penal para su uso exclusivo en la Justicia Especializada en Crimen Organizado.

El caso más notorio ha sido hasta ahora el del exvicepresidente de la FIFA, Eugenio Figueredo, quien se acogió a la figura del arrepentido para evitar así la extradición a Estados Unidos.

"La postura para su uso era muy restrictiva, mientras me tocó estar en Crimen Organizado, porque implica una supuesta delación y no solamente eso, sino una premiación que, hablando en términos de personas reprochadas por su conducta delictiva, parecería al menos inconveniente. Por eso siempre fui muy reticente a su aplicación", explica el fiscal Juan Bautista Gómez, ahora en la rama penal.

Pero Gómez venció sus resistencias por única vez e hizo lugar al pedido de la abogada de Figueredo. "En el caso que a mí me tocó, sirvió claramente para la recuperación de activos en beneficio de la sociedad", argumenta.

Pero aún hoy el fiscal mantiene sus dudas. "No es bueno como principio premiar al delincuente, es lo que yo opino", argumenta.

En cambio, para la abogada de Figueredo, la doctora Karen Pintos, esta herramienta legal resultó una bendición.

"Él estaba ya detenido en el exterior con una extradición inminente a EE.UU., por eso se me ocurrió consultar sobre la posibilidad de un acuerdo dentro del marco legal de la Justicia uruguaya", recordó Pintos.

"Entendimos que era el mejor camino, por eso viajamos a Suiza para hablarlo con mi cliente y plantearle esta solución que él aceptó", explica.

Pintos ve ahora esta medida como una histórica victoria en su batalla legal, nada menos que contra Estados Unidos. "Pero en cambio no logré la prisión domiciliaria, que es algo por lo que continúo luchando ahora", acota la abogada.

Y dice que nunca se le planteó un dilema ético. "Pero aún en otros casos donde hablamos de integrantes de organizaciones, se obtienen por esta vía muchos datos que permiten llegar a otros delincuentes", explica.

Los especialistas.

La fiscal penal Mónica Ferrero fue una de las principales impulsoras de la ley y quien, durante su ejercicio en la Fiscalía Especial de Crimen Organizado, la utilizó más.

"Lo importante es aclarar que la persona con la que se hace el acuerdo no es excluida de la organización, el delator va enjuiciado", precisa la fiscal.

"En general nunca acepté la delación a cambio de procesar sin prisión, solo en un caso muy justificado, pero en general acotaba la pena a tres años de prisión", alegó Ferrero.

"A cambio lo que me entregaban era gente o más cantidad de drogas, porque en estas organizaciones la única forma de tener el dato de dónde guardan la droga es si alguien lo delata. Si yo voy detrás de un cargamento de 300 kilos y me quedan 150 kilos por incautar, toda esa droga va a volver a la calle con el consecuente perjuicio para la salud pública", explica.

"Ahora vamos a tratar de que la figura del arrepentido se aplique en otros casos, como los delitos de lavado de activos, que tienen 23 figuras penales", añade.

Los investigadores policiales especializados también se convirtieron en asiduos usuarios de esta herramienta en el combate contra las grandes organizaciones criminales.

"Básicamente la Policía propone al fiscal utilizar esa figura si encuentra la oportunidad. Nosotros verificábamos luego lo que decía el arrepentido y después este resultaba beneficiado con la reducción de la pena, o ir a una cárcel mejor de la que se encontraba", explica el comisario mayor Carlos A. Noria, exjefe de la Dirección General de Represión al Tráfico Ilícito de Drogas (Dgrtid), la unidad policial que más trabajó con este tipo de figura.

La Justicia utilizó asimismo la herramienta legal para otros casos sonados de corrupción, como la investigación abierta contra altos oficiales de la Armada Nacional, donde se detectó el desvío de fondos y resultaron procesados varios oficiales, entre ellos tres comandantes en jefe del arma de mar.

Ninguno de los operadores judiciales consultados vio con buenos ojos la iniciativa del diputado emepepista, que aún piensa en reflotar el proyecto. Lejos de renunciar al mismo, lo resucitará echando mano a otra ley. De León no se arrepiente.

El principio de delación en una ley tributaria.

La Ley 16.244 que regula las obligaciones tributarias con el BPS, maneja en el Artículo 10 la posibilidad de que el trabajador denuncie al empleador por evadir aportes. Como recompensa recibe el 50% de la multa que el organismo le aplica al evasor.

LOS ARREPENTIDOS MÁS CÉLEBRES DEL MUNDO.

El arrepentido que hundió a Lula.

Se trata del exsenador Delcidio Amaral. Fue presidente de la Cámara Alta, era uno de los hombres principales del gobernante PT y se desempeñaba además como jefe de la bancada oficialista. En noviembre del año pasado Amaral fue detenido y acusado de participar en la trama de corrupción. Tras ser procesado, el exlegislador se acogió a la figura del arrepentido y señaló al expresidente Lula Da Silva como principal implicado en la red de corrupción y también apuntó a Dilma Rousseff quien, señaló, conocía toda la trama.

El valijero de los Kirchner.

El empresario Leonardo Fariña saltó a la fama en el programa del periodista Jorge Lanata, que investigaba la llamada "Ruta del Dinero K". En las grabaciones Fariña reveló las maniobras que realizaba para el empresario Lázaro Báez, también hoy preso, con dinero proveniente de la corrupción. Sus delaciones allanaron el camino para que la Justicia trazara un mapa preciso de los movimientos de activos en un caso que llega hasta la expresidenta Cristina Kirchner.

El excapo "pintito".

Luego de integrar el clan Casalesi de la mafia de Nápoles, Carmine Schiavone se convirtió en uno de los principales "pintiti" (arrepentidos) que permitió golpear a una de las organizaciones mafiosas más sangrientas a partir de su colaboración en 1993.

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Foto: archivo El País

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