Pelé, el mejor futbolista brasileño de todos los tiempos, se descartó él mismo como posible candidato a encender el pebetero de los Juegos en el estadio de Maracaná horas antes de la ceremonia de apertura.

El nombre del encargado de hacer el último relevo de la antorcha y de encender el pebetero era el secreto mejor guardado de los organizadores y en los días previos se daba casi como seguro que ese honor correspondería a Pelé.

Pelé, de 75 años, justificó su ausencia en la ceremonia por motivos de salud, afirmó que no tiene "condiciones físicas" para participar en la ceremonia.

Hace un par de días, el propio exfutbolista admitió que recibió la invitación de los organizadores y dijo que le agradaría hacerlo, pero entonces subordinó la decisión final a sus patrocinadores personales, alguno de ellos rivales comerciales de los patrocinadores de los Juegos Olímpicos.

Pelé levantó la antorcha en la ciudad de Santos desde el balcón del museo que lleva su nombre hace un par de semanas, pero no participó en el relevo por sus problemas de salud.

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