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Vendió muy cara la derrota

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Eduardo Acevedo vio mejor a Defensor Sporting en la primera final. Foto: Gerardo Pérez

defensor Sporting

Defensor Sporting fue un digno y durísimo rival, al que Peñarol recién le pudo ganar en los tiros penales

Mientras los aurinegros aún estaban en la cancha celebrarando el título Uruguayo, el plantel de Defensor Sporting se fue rápidamente del Centenario, como hace siempre, en la derrota y en el triunfo.

Seguramente la amargura estaba muy presente en el ómnibus que llevaba a los violetas de regreso al Parque Rodó, pero el orgullo también debería ir con ellos, aunque es probable que los jóvenes futbolistas recién puedan valorarlo con el paso de las horas. El equipo de Eduardo Acevedo volvió anoche a hacer sufrir a los aurinegros a pesar de las enormes diferencias económicas y de plantel. Realizó una gran temporada. No la pudo coronar con el título, es cierto, pero nadie puede negarle el mérito que se merece. Jugándole siempre de igual a igual a los grandes, recorriendo todas las canchas y sufriendo bajas de futbolistas claves.

Incluso ayer, en la final del Uruguayo. Volvió a faltar el goleador Gonzalo Carneiro. Ayrton Cougo no pudo estar por suspensión. Y el arquero Guillermo Reyes, con desgarro en el abductor, tampoco pudo jugar. Para complicar aún más, a los seis minutos de juego tuvo que salir lesionado Carlos Benávidez. Parece demasiado.

“Jugamos 210 minutos de fútbol y vi un equipo mejor que el otro. Quiero ser objetivo, quiero analizar y contra este equipo no se puede. Tengo un orgullo muy grande. Esto me hincha el pecho. A estos jugadores no los pudieron matar. Tengo un cuadro de hombres y de mucha personalidad, lo dije todo el año. Siento un orgullo enorme”, dijo el técnico Eduardo Acevedo.

“¿Los penales? Son momentos. Piquerez tiene una cantidad pateados en inferiores. Y qué, ¿le van a enseñar a patear a Romario?”, se preguntó.

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