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Un llamado al que Bengoechea imaginó

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Diogo y MacEachen jugaron muy bien en el clásico: pueden sacar las castañas del fuego.
Archivo El Pais

Rentistas no es Nacional, pero por eso debe aparecer el Peñarol que, para el técnico, “no jugó” el clásico.

Por si quedaran dudas, o se creyera que lo que dijo en primera instancia fue producto de la tensión que reina en la disputa de los clásicos, el martes por la mañana en Los Aromos el entrenador de Peñarol ratificó —palabras más, palabras menos— lo que había expresado el domingo tras el empate con Nacional en el vestuario del estadio Centenario: "Peñarol tiene equipo como para rendir mucho más ofensivamente"; y remarcó: "Ofensivamente, no aparecieron los jugadores como nosotros esperábamos".

Más aún, Pablo Bengoechea reveló enseguida del clásico que "yo había imaginado otra actuación"; y, fiel a su manera de actuar, la de todo técnico que se precie de seguir siendo —aunque más no sea en el fondo— el futbolista que fue en el pasado, acotó rápido: "Me imaginé mal; pero el primer culpable soy yo".

Concretamente, el técnico no "mandó en cana" a los jugadores, pero dejó sentado que, por conocerlos a ellos y sus posibilidades, "vio" jugar en su mente a un equipo que, en la faz atacante, no apareció en la cancha del Centenario.

¿Bronca? ¿Contrariedad? ¿Desencanto? La disputa de las tres últimas fechas del Torneo Clausura, junto a las eventuales finales del Uruguayo, no dan espacio para hacer una especie de sicoanálisis sobre lo que sintió el entrenador por el rendimiento atacante de su cuadro en el clásico; pero lo real es que él cree que ese equipo existe, pues para jugar hoy ante Rentistas no hace ningún cambio.

Obvio, no es lo mismo Nacional que Rentistas, Fénix, y por último Racing; pero, precisamente, para ganarle a estos rivales, que es lo que precisa Peñarol para salir campeón del Torneo Clausura y después tallar en la definición del Uruguayo, los aurinegros no sólo deben atacarlos, sino también —y sobre todo— hacerlo con contundencia y eficacia.

Para que eso suceda, sin que Peñarol corra el riesgo de estirarse y deshilacharse, lo fundamental es que aparezca el equipo que Bengoechea imaginó jugando el clásico; aún cuando esté equivocado y ese cuadro no juegue así ni siquiera en las prácticas de entresemana.

COMER Y BEBER.

1 - Refuerzo.

Rige una promoción para la Colombes: por $ 270 entran dos mayores con dos menores de hasta 12 años, y éstos podrán canjear su entrada por una hamburguesa al pan.

2 - Refresco.

La promoción que implantó Rentistas para la Colombes indica que las personas que vayan a dicha tribuna y compren una Coca Cola, recibirán en forma gratuita otra, aunque de la variedad Life.

LAS TRES ÚLTIMAS.

Peñarol corre por su destino.

Peñarol zafó del clásico, ya que perdía 1 a 0 y, al fin y al cabo, ni el propio Bengoechea quedó conforme con lo que rindió el equipo aunque el bombazo de Hernán Novick evitó una derrota, y de esa forma es el único líder del Torneo Clausura.

Faltando tres fechas para el final, entonces, es claro que si el conjunto aurinegro gana los nueve puntos que debe disputar será campeón y, por lo tanto, estará en la definición del Campeonato Uruguayo, que es su única e imperiosa meta luego de haber cumplido una muy floja campaña en el Torneo Apertura.

En ese sentido, pues, el mandato de Peñarol es uno solo: si hoy su rival es Rentistas, el próximo Fénix, y el último Racing, lo único que importa para los aurinegros, en definitiva, es ganarles a todos.

Esa es la forma directa de asegurarse su futuro; de manera que Peñarol corre tras su destino, porque depende sólo de ...sí mismo, de cómo juegue, de ganar, en suma, cualquiera sea el rival de turno.

Dos. Buen momento.

Diogo y MacEachen jugaron muy bien en el clásico: pueden sacar las castañas del fuego.

José Varela.

Movedizo, vivaz, y también hábil en velocidad, un requisito que es más que estimable dentro del fútbol moderno, pueden convertirlo en un toque de atención, y una amenaza, si los espacios se agrandan para el fondo aurinegro.

Marcelo Zalayeta.

Por varios motivos, éste parece un partido que le puede caer como anillo al dedo al atacante aurinegro: su técnica para resolver en el área rival y sus asistencias son capaces de desequilibrar a una defensa que ha tenido problemas.

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Diogo y MacEachen jugaron muy bien en el clásico: pueden sacar las castañas del fuego.

PeñarolJORGE SAVIA

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