El volante decidió quedarse en Uruguay y se prepara para recorrer por primera vez el camino hasta Los Aromos.

Eran las 15: 30 horas y Ángel Rodríguez recién estaba almorzando. Es que sus últimos días han sido una locura. Y eso que aún no ha firmado el contrato que lo unirá a Peñarol por los próximos tres años.

"No paro en todo el día de usar el teléfono. A toda hora me llaman y me mandan mensajes. También en las redes sociales", contó. "Siempre hay mensajes de amigos, de los que son de Peñarol y de los que son de Nacional. Tengo amigos y familiares que son de uno o de otro y siempre te mandan alguna broma", añadió. "Son cosas que uno tiene que aprender a manejar y a las que hay que adaptarse. El fútbol es así. Igual, creo que lo manejo bastante bien, no me hago tanto problema con eso. No me queda otra que manejarlo bien", reconoció con madurez a pesar de los 23 años que cumplió el pasado 2 de diciembre.

Seguramente hoy, o a más tardar el lunes, irá por última vez al Complejo de Colón a entrenar bajo las órdenes de Carrasco y a despedirse de compañeros y funcionarios. "Quise seguir entrenando con River para moverme un poco y que la llegada a Peñarol me agarre de la mejor manera", contó Ángel, quien aseguró que no se le caerá ninguna lágrima cuando le diga adiós al equipo que defiende desde el 2013. "De los compañeros que estaban cuando yo llegué al club, quedan pocos. La mayoría son juveniles que subieron ahora", explicó.

El volante tuvo ofertas para salir al exterior, pero finalmente tomó la decisión de quedarse en Uruguay y, por ende, jugar en Peñarol. Asuntos personales y unos temitas de salud de su madre, con quien es muy unido, influyeron en su decisión.

"Preferí quedarme un tiempo más acá. Seguramente, si todo va bien, esas mismas oportunidades que se presentaron para el exterior, pueden repetirse. Si mantengo el nivel que vengo teniendo, y el que aspiro mantener, más la vidriera tan grande que es Peñarol, seguro van a volver a surgir. Peñarol juega Sudamericana y Libertadores, cosas importantes que suman mucho", contó sobre las chances que aparecieron para ir a jugar a Europa, Brasil o México.

Si bien no tiene amigos en el plantel de Peñarol, se reencontrará con dos ex compañeros de la selección Sub 20: Maximiliano Olivera y Guzmán Pereira. Seguramente, se dividirá la cancha con el ex Universidad de Chile. "El fútbol da vueltas", dijo.

Olivera estaba disfrutando de las vacaciones en la playa con su novia, pero se hizo un tiempo para escribirle a Rodríguez. "Tenemos amigos en común y hemos compartido alguna comida. Tenemos muy buena relación. Y al resto, a la mayoría de los jugadores los conozco de haberlos enfrentado", contó.

"No tengo el placer de conocerlo", agregó sobre el "Polilla" Jorge Da Silva, quien será su técnico a partir del próximo martes. "Coincidimos en Defensor Sporting, cuando él dirigió en la época dorada del club, pero yo estaba en Sexta División y no teníamos contacto ninguno", relató.

Sí conoce a dos de sus ayudantes, a Darío Rodríguez y a Daniel Odine. "Con Darío jugué en contra y además es conocido de mi padre, lo mismo que Odine".

Su padre, Elio, técnico de Canadian, es su gran amigo, consejero y referente. Sin embargo, todavía no se ha sentado a hablar con tranquilidad sobre el gran paso que está a punto de dar en su carrera.

"No quiero volverme loco, ni embarullarme mucho. A veces la ansiedad puede jugarte en contra. Ya hablaremos".

Ángel es un baluarte en la mitad de la cancha, pero en su incipiente carrera pasó por diferentes puestos. En el baby fútbol era delantero y además en formativas recorrió diferentes posiciones. "Como delantero era bastante bueno, pero de esos que hacen goles y nada más".

Fue el profesor César Santos, cuando llegó a las formativas de Defensor Sporting, quien lo cambió de posición.

"Me vio condiciones para jugar de volante. Jugué de 8 y también de 10. Y luego en Sexta División pasé a jugar de zaguero, de lateral, de número 5, de 8, de enganche... de todo un poco", contó el a esa altura, polifuncional.

Lo bueno es que tras probar en casi todas las posiciones de la cancha, se quedó con la que más le gustó. "Lo que prefiero es organizar el juego en la mitad de la cancha, ser el número 5. Me gusta porque es una posición en la que siempre estás en el ruido. Si no estás defendiendo, estás atacando. La pelota pasa siempre por vos, tenés que marcar y estar siempre atento para apoyar a los compañeros. Estás continuamente en circunstancias de juego, organizando todo. Y estar con la pelota es lo que más me gusta", agregó el futbolista que estudió administración de empresas porque sus padres siempre le inculcaron sobre la necesidad de estudiar.

Ángel es hermano mellizo de la atleta Deborah Rodríguez, y ella siempre se muestra muy orgullosa de su hermano y suele tuitear sobre sus éxitos. Con ella, Peñarol sumó una hincha más.

Al final, el volante reconoció que tiene que aprender el camino a Los Aromos. "Capaz que voy solo o paso a buscar a alguno. O nos turnamos para ir juntos, capaz que con Maxi (Olivera)".

Se sigue negociando la incorporación de Nahitan Nández al Genoa de Italia. Vale recordar que los carboneros tienen el 50% de la ficha del joven volante, que es representado por Pablo Bentancur. Si se concreta, Nández jugará con el zaguero tricolor Sebastián Gorga.

Los defensas Fabrizio Buschiazzo y Emilio Mac Eachen serán cedidos a préstamo. Al menos esa es la intención de los aurinegros. Buschiazzo tiene posibilidades de cruzar el charco para militar en Defensa y Justicia. Mac Eachen, por su parte, también tiene chance de emigrar.

Peñarol tiene interés de renovarle y hay una reunión el fin de semana con sus representantes. El arquero también tiene ofertas del exterior, pero la prioridad la tiene Peñarol. Si se queda Guruceaga, Frascarelli podría seguir, aunque hay algunas pautas que acordar.

Hoy es el lanzamiento de “Simplemente T8NY”, el partido homenaje a Antonio Pacheco que tendrá lugar el 30 de julio. El evento será en Hotel Regency Park y Tony estará acompañado por Guillermo Marín (Director de Imagen Deportiva), Fernando Morena y Óscar Ruggeri.

PEÑAROLSILVIA PÉREZ