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La Copa Libertadores es mi obsesión

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Con amor. La pareja llega al Paiva Olivera para ver a Peñarol. Foto: Fernando Ponzetto
[[[FERNANDO PONZETTO ]]]

Los hinchas revolucionaron el interior y no pararon de alentar pensando en el máximo trofeo.

Como pocas veces se dio un sábado totalmente inusual en el que tanto Nacional como Peñarol jugaron en el interior del país —uno en el Estadio Domingo Burgueño Miguel de Maldonado y otro en el Atilio Paiva Olivera de Rivera— y el mismo día.

Desde la mañana se vio a autos con banderas tricolores por la Ruta Interbalnearia y sobre el mediodía los restaurantes y paradores estaban llenos de hinchas albos.

Si bien el estadio no estuvo colmado como la semana pasada contra Villa Teresa, contó con poco más de 8.000 personas.

Cuando el partido ya estaba encaminado para el triunfo hubo una constante de los fanáticos albos y fue cantar por la Copa Libertadores, que tendrá a Nacional debutando de visitante el próximo jueves 25 de febrero contra Rosario Central en el "Gigante de Arroyito" en el marco del Grupo 2.

En tanto, unos cuantos kilómetros más al norte del país, Peñarol revolucionó Rivera a pesar del mal clima que hubo en todo el día.

Rivera amaneció bajo una incesante lluvia. Sin embargo, eso no imposibilitó que el público local aproveche la visita de Peñarol para alentar al equipo de sus amores.

Con las plazas repletas, todos los comercios abiertos y un tránsito inusual, el norte del país se tiñó en dos colores y rompió con la tranquilidad reinante que habitualmente existe los sábados en este punto del país.

Los cánticos de los hinchas se mezclaron con los fanáticos que, en portuñol, no ocultaron la alegría de poder observar al equipo que siempre ven por la televisión.

El Paiva Olivera tuvo su fiesta y más de 10.000 hinchas aurinegros estuvieron en la cancha y no pararon de cantar, claro, pensando en la Copa Libertadores, donde Peñarol debutará el próximo jueves.

Locura tricolor" sin límites.

Desde el propio Estadio Domingo Burgueño Miguel se vio que desde los edificios había hinchas observando el partido. Además, sobre el techo de una casa se pudo observar la bandera "Maldonado es bolso". Durante el partido, en la cancha, varios fanáticos se subieron al alambrado, algo que no fue percibido por el árbitro Andrés Cunha ni por sus colaboradores. Tampoco cuando se encendió una bengala.

La gran mojadura no importó.

A diferencia de lo que sucedió en Montevideo y Maldonado, en Rivera llovió intensamente desde la mañana hasta una hora antes del partido que jugaron Peñarol y El Tanque Sisley. De hecho, en el norte del país hubo versiones sobre el mediodía de que si seguía lloviendo así el partido corría riesgo de jugarse. Al final la lluvia cedió y los fanáticos disfrutaron pese a que se llevaron una gran mojadura.

Con amor. La pareja llega al Paiva Olivera para ver a Peñarol. Foto: Fernando Ponzetto
Con amor. La pareja llega al Paiva Olivera para ver a Peñarol. Foto: Fernando Ponzetto
Alegría. La del pequeño por ver a Peñarol en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Alegría. La del pequeño por ver a Peñarol en Rivera. Foto: Fernando Ponzetto
Foto: Marcelo Bonjour
Foto: Marcelo Bonjour

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