Gastón Brugman nació hace 24 años en Rosario, Colonia. Y cuando aparecía como una de las promesas en la formativas de Peñarol se fue libre a Italia.Tenía 15 años.
- Otra vez por Montevideo. ¿No hay nostalgia ni deseos de volver?
- Y sí... uno siempre tiene latente ese sentimiento y por más que ya llevo muchos años, y estoy adaptado a la vida en Italia, el paisito, tira. Y los amigos, eso es lo que más se extraña: los amigos.
- Con todo lo que se habla hoy de las salidas de los juveniles desde las formativas, recuerda a tu caso...
- Sí, escuchaba y leía, y tiene muchos puntos en común. Yo era muy chico, tenía 15 años, y no tenía contrato. Un empresario me llevó a Italia, y para mí, para mi familia, fue algo impensado. El Empoli después le pagó a Peñarol los derechos de formación, pero como se armó tanto revuelo por el pase, ese hecho quedó en segundo plano.
- ¿Te sorprendió que te citaran a las selecciones juveniles o no?
- Sí, porque me tocó irme joven, muy joven, pero se vio claramente que hay un seguimiento a los futbolistas que estamos en el exterior. Fueron experiencias increíbles, jugar por la selección uruguaya, es lo máximo.
- Sub 15, Sub 17 y hasta una preselección Sub 20...
- Sí, sí... estuve con Fabián Coito y muchas veces con Tabárez en cancha. Es inexplicable lo que significa para un jugar estar ahí, es increíble. Jugué Sudamericanos y el Mundial Sub 17 de Nigeria en 2009.
- En algún momento se habló del Pirlo uruguayo...
- Es cierto!... el diario TuttoB me bautizó el Pirlo del Pescara. Fue una de mis mejores temporadas, aunque en el Palermo, creo que fue la mejor, cuando estuve a punto de pasar al fútbol español. El Villarreal y Atlético de Madrid habían hecho sondeos y parecía que se hacía el pase. Pero me lesioné, y se cayó todo. Volví al Pescara, y sigo ahí. Es un club bárbaro.
- ¿Fue difícil llegar solo a los 15 años a Italia?
- Costó. Pero al principio fueron mis padres y mi hermana. Y lo que son las cosas, mi hermana se quedó. Estudia arquitectura en Roma.
- Tu pase le cambió la vida a la familia.
- Hubo que cambiar, pero por suerte, todo ha salido muy bien. Yo estoy readaptado a la vida, estoy cómodo, muy a gusto.
-¿No pica el “bichito” de volver?
- Y... se extraña. Pero yo tengo claro que estoy en plenitud y que hay tiempo para todo. El que está afuera siempre piensa en volver, y más cuando se tuvo la oportunidad de jugar en la selección. ¿Quién no querría jugar en la mayor? Yo siempre lo digo, es una sensación única... y la ilusión siempre está. Hay que trabajar, entrenar y jugar, sé que existe un seguimiento muy riguroso a quienes estamos en el exterior.
- ¿Qué te agregó el estar hace tantos años en el fútbol italiano?
- Mucho... aprendí y aprendo mucho todos los días. Empecé como volante por izquierda, pasé a jugar como enganche y ahora estoy como cinco definido, con la responsabilidad de salir jugando con la pelota desde el fondo, tratar de armar el fútbol.
- ¿Como lo hizo Federico Valverde en la Sub 20?
- Sí... igual. La misma función. Eso ha cambiado en Italia. Se busca salir desde atrás con buen pie, con la pelota bien jugada, y eso me ayudó por la técnica y el manejo de pelota que ya tenía. Soy el encargado de darle equilibrio al equipo.
- ¿Hasta cuándo en el Pescara?
- Tengo contrato hasta 2019. Estoy bien, muy a gusto, me encanta la ciudad, pero uno nunca sabe lo que puede pasar. Ya me tocó salir, jugar en el Palermo, y casi se dio la transferencia a España. Veremos qué pasa en este período de pases.
- ¿Vivís mismo en Pescara?
- No, en Montesilvano, cerca, pero sobre la playa, es una ciudad chica pero increíble, muy linda, muy tranquila. Yo estoy readaptado a la vida, a las costumbres, a todo. Lo que extraño más son los amigos, esos que siempre están, porque por más que uno se relacione, no es lo mismo. Amigos son los amigos...
ENTREVISTAJOSÉ MASTANDREA