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Una pedrada

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Damián Macaluso habla con Hernán Novick durante el Peñarol-Juventud. Foto: Gerardo Pérez.
[[[GERARDO PEREZ PALADiNO ]]]

Peñarol cayó 1-0 ante Juventud de Las Piedras a pesar de haber hecho un partido correcto y está undécimo en el Campeonato Uruguayo Especial.

Cinco puntos de 15, dos goles anotados en cinco fechas y en la posición 11 del Uruguayo Especial. Eso dicen los números fríos de Peñarol. La realidad es quizá más preocupante: sigue sin jugar bien y el equipo ha caído en un estado de desorientación que alcanzó a su técnico Jorge Da Silva, quien por el momento continúa en el cargo.

Aun así, también es cierto que la derrota 1-0 a manos de Juventud fue inmerecida y los mismos números fríos lo reflejan: 19 remates mirasoles al arco (ocho de ellos atajados y uno al palo) contra cinco pedrenses.

Pero el fútbol debe juzgarse no solo desde el punto de vista ofensivo, porque hay dos arcos: uno para atacar y otro para defender. Juventud y Peñarol tuvieron prioridades diferentes, porque mientras el pedrense puso énfasis en cuidar su valla, el mirasol (obligado por la falta de resultados y su histórico mandato por obtenerlos) la puso en vulnerar la meta rival. El ganador en ese duelo de posturas fue Juventud.

Da Silva sorprendió con su esquema 4-1-2-3 y no tanto por los tres puntas, sino por cómo dispuso los volantes, con Costa por delante de la línea de cuatro y Nández (de buen partido) y Pereira a los costados. Así Peñarol tuvo la pelota y avanzó, pero atacó poco producto de errores en las decisiones que tomó en el último tercio de campo.

Juventud fue más práctico. Su juego se basó en una firme defensa, generalmente más veloz que el ataque rival, y cuando tuvo la pelota se salteó líneas consciente de dos cosas: que Peñarol pobló la mitad del terreno y que en el fondo era lento y endeble.

Así, un pelotazo largo hizo el daño a los 16’, cuando Vargas ganó una cuerpeada al borde del área, enfrentó a Guruceaga mano a mano y marcó el 1-0. El pedrense entonces dominaba las dos áreas y el resultado, que amenazó con ser más amplio a su favor cuando el arquero mirasol perdió la pelota en la salida.

El arma ofensiva de Peñarol fue Dibble, pero estuvo mal asistido, porque por su velocidad debe ser lanzado en carrera y sus compañeros insisten en darle la pelota al pie para que se saque a dos o tres de arriba.

Con el paso de los minutos Peñarol cayó en la desesperación y también Da Silva. Su principal error fue desarmar lo que andaba bien. El tándem Silva-Nández por derecha era lo más productivo y lo rompió para mandar al primero al lateral zurdo cuando entró Novick. También falló al poner al debutante Boselli y sacar a Dibble. Claro, no es su culpa que Nández falle un gol con el arco libre, pero fue parte de ese nerviosismo. Peñarol no juega bien, pero tampoco liga y ese cóctel lo está condenando.

JUVENTUD 1 - 0 PEÑAROL
Estadio: Centenario.

Árbitro: Oscar Rojas. Asistentes: Gabriel Popovits y Javier Castro. Cuarto árbitro: Federico Lovesio.

Juventud: F. Carini, J. Pintado, D. Macaluso, R. Hernández, M. Soto, M. Carro, M. Duffard, J. Varela, R. Alberti, D. Vargas (91' J. Martínez) y E. Vera (80' G. Alles).

DT: J. Giordano.

Peñarol: G. Guruceaga, A. Silva, C. Valdez, Bressan, M. Rodríguez (60' H. Novick), N. Nández, G. Pereira, T. Costa. N. Dibble (82' J. Boselli), J. Arias y M. Murillo (71' G. Rodríguez).

DT: J. Da Silva.

Gol: 16' D. Vargas (J)

Amarillas: Duffard (J), Soto (J), Dibble (P), A. Silva (P), Bressan (P), G. Pereira (P)

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Damián Macaluso habla con Hernán Novick durante el Peñarol-Juventud. Foto: Gerardo Pérez.

EN EL CENTENARIODANIEL ROSA

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