Tras los disturbios ocurridos en 2012 en Port Said,en los que murieron 74 personas, un tribunal egipcio ha condenado a muerte a 11 acusados de la tragedia y a 5 más a cadena perpetua.

Un tribunal de la ciudad egipcia de Port Said (noroeste) condenó hoy a muerte a 11 personas por su implicación en los violentos disturbios ocurridos en febrero de 2012 durante un partido de fútbol, en los que murieron 74 personas y 254 resultaron heridas. Según fuentes judiciales, las sentencias han sido remitidas al muftí de la República para que emita una opinión no vinculante al respecto.

Los fallos fueron dictados por el presidente del Tribunal Penal de Port Said, Mohamed al Said Mohamed, que, además, determinó para el próximo 30 de mayo la fecha para la pronunciación de las sentencias definitivas. Según la agencia de noticias oficial, MENA, la corte ha establecido la prohibición de informar sobre la causa en los medios hasta que sean distadas las sentencias definitivas.

Este es el segundo juicio que se celebra sobre el caso, después de que el 6 de febrero de 2014 el Tribunal de Casación anulara un fallo anterior en el que se condenó a muerte a 21 acusados por el caso de la masacre del estadio de Port Said. Entonces, esa corte estimó los recursos presentados por la Fiscalía y las defensas particulares contra esa primera sentencia, emitida en marzo de 2013, y ordenó que se repitiera el proceso.

Los detenidos por este caso fueron condenados en enero de ese año a distintas penas: 21 personas fueron sentenciadas a muerte, cinco a cadena perpetua, 19 a distintas penas de prisión y otras 28 fueron absueltas. Estaban acusados de perpetrar, intentar y ser cómplices en delitos de asesinatos premeditados y con alevosía. Dos altos cargos policiales de Port Said, entre ellos el director de la seguridad de la ciudad, Esam Samak, recibieron penas de 15 años de cárcel, mientras que otros siete policías fueron absueltos.

La mayoría de los muertos en la tragedia de Port Said eran hinchas del club Ahli, el más popular de Egipto, que quedaron atrapados en la ratonera en que se convirtió el estadio de Port Said al ser atacados por los aficionados del equipo local, Al Masri, ante la pasividad de la policía.

ÁFRICAEFE