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"Sin trabajar o invertir bien, la plata se acaba"

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Reflexivo. Así está Daniel Carreño a los 53 años. Foto: Marcelo Bonjour
Archivo El Pais

Daniel Carreño sabe, porque le pasó, que los jugadores piensan en gastar y no en administrar.

Dejó de dirigir la selección de Catar hace cinco meses. Y ha pasado ese lapso entre el campo familiar en Florida, donde asegura que siguen estando las mismas vacas y ovejas de siempre; y Punta del Diablo, donde disfruta del mar junto a sus hijos, Keoma y María Janaina, quienes heredaron su pasión por el surf.

"Trato de aprovechar todo lo que se extraña. El día a día de los hijos, que se pierde estando lejos. Hoy, si bien no estoy 24 horas con ellos, estoy 24 horas a disposición de ellos. Y lo hago con gusto. Ahora me voy con Janaina para Punta del Diablo. Me gusta todo, tirarme al agua, pero también tomar mate en la orilla", contó en la casa de "Tota" su madre, en el Prado donde nació. "Hacía tiempo que no paraba tanto. Igual tenía ganas de estar un tiempo tranquilo, de esperar una buena oportunidad. Siempre hablando del mundo del Golfo", agregó.

Estuvo al frente de la selección catarí un año y tres meses. Fue su primera experiencia dirigiendo un combinado y según dice le encantó. "Es bien diferente que dirigir un equipo. Tuve la suerte de dirigir una selección que desde el punto de vista tecnológico, tiene un nivel muy alto. Muchos equipos del mundo van a hacer pretemporada allí, el Bayern Munich, el PSG. Y los jugadores van a operarse o a curarse. Allí está lo mejor. Los mejores médicos, que no significa que sean cataríes. Los mejores enfermeros, los mejores fisoterapeutas. Se dedican a eso y lo hacen muy bien. Y tienen el dinero para hacerlo. Catar está construido para el mundo. Por ejemplo, hay 15 shoppings, ellos van a uno o a dos, el resto es para los extranjeros".

A pesar de todas esas facilidades, la selección catarí está rankeada muy abajo. Tiene pocos habitantes y pocos jugadores. "Me tocó jugar Eliminatorias, las de Asia, que son muy diferentes a las nuestras. Con muchos más países y cada uno con sus propios ingredientes. Cada región tiene su manera de ver el deporte y así lo desarrolla. Todo eso me gustó. Pero como en todos lados, los resultados mandan. Perdimos dos partidos y me costó la posibilidad de seguir en un proyecto que habíamos hecho con la directiva. Allí los cambios se dan muy seguido. Ahora está Fossati, que jugó dos partidos, ganó uno y perdió el otro. Está en una situación muy comprometida, pero él conoce muy bien el mundo asiático y el fútbol de Catar. Ojalá que le vaya bien".

Un camino.

Carreño ha hecho parte de su carrera en el mundo árabe. Desde que en el 2012 llegó al Al-Nassr, equipo con el que fue campeón de la Liga Árabe y de la Copa del Príncipe. Y sabe que seguirá allí, en mundo del Golfo, como el gusta decir. "Sé que tengo posibilidades, incluso para dirigir a otra selección de la zona, pero hay que esperar el momento. Me propuse que si no salía algo muy importante, que realmente me interesara, iba a esperar esa oportunidad, que puede ser en marzo o junio. Y si no se da volveré a trabajar en algún club. Salvo que pase algo muy extraño tengo enfocada mi carrera en el mundo árabe. De allí recibo propuestas permanentes. Es allí donde se piensa en mí".

Siempre se cree que el que va a jugar o a dirigir a esa zona del mundo, se vuelve millonario y asegura su vida, la de sus hijos y nietos. Carreño afirma que no es tan así. "Eso es un poco fantasioso. Yo tengo mi vida salvada sí, pero porque soy una persona que va a vivir con poco. Y mis hijos se van a arreglar como me arreglé yo".

No es la primera vez que se encuentra con tanto dinero. Ya le pasó cuando, como futbolista dejó Wanderers para jugar en Racing de Lens con solo 22 años. "A los jugadores hay momentos en que les entra dinero fácil y se va fácil también. Está lleno de ejemplos de grandes jugadores que cuando terminan su carrera tienen que buscar la manera de seguir viviendo. Son cosas normales. Si durante 15 años, tuviste un muy buen salario, pero después, en los siguientes 20 años no trabajás o no invertís bien, la plata se acaba. Es algo lógico. Son casos contados, los que pudieron mantener su dinero, Schaffino, aunque terminó vendiendo su casa y vivió sin grandes lujos, no había grandes lujos en esa época. O el Flaco Enzo (Francescoli), que siempre tuvo una postura muy moderada. Es lo que he visto siempre y lo que me ha pasado a mí", reflexionó.

"Uno cuando juega no está pensando en administrar el dinero, sino en el físico, en el entrenamiento, en jugar. Y cuando se te ocurre pensar en el dinero, que son pocas veces, pensás en como gastarlo, no en como cuidarlo. Es difícil que a esa edad, porque sos muy joven, te pongas a pensar en cómo invertir la plata. La familia te tiene que ayudar a pensar. O alguna otra persona. Y si piensan mucho no sé si son siempre leales, porque con la plata de otro es fácil pensar. Hay muchas cosas. Y les pasa a todos. Algunos pudieron mantener su economía siendo entrenadores, como Hugo De León, Martín Lasarte, Gustavo Matosas o Diego Aguirre. Pero no todos tienen esa posibilidad. Y además te tiene que ir bien, porque no hay lugar para todos", añadió.

La energía.

Hubo un momento en que dirigir la selección uruguaya era uno de sus objetivos. Ya no lo es. "No soy ambicioso. En un momento quería progresar y llegar a ser el mejor técnico del fútbol uruguayo, aunque eso es momentáneo, o dirigir la selección. Hoy ya no. Por ejemplo, esa energía que veo en Simeone o Sampaoli, es para pocos. Es algo que todos los entrenadores tenemos en un período y casi todos lo vamos perdiendo. Entrenar, entrenamos todos, y estudiar, estudiamos todos. Pero no todos podemos ganar. Uno tiene que hacer el trabajo lo mejor que puede y con la mejor energía. Pero no todos la mantienen. El ejemplo que da Tabárez es impresionante y hay pocos en el mundo. A su edad y con sus dificultades físicas, mantiene esa motivación, pasión, esa energía para dirigir a una selección con tanta responsabilidad. Y yo de repente no la tengo. Todos vamos perdiendo un poco de energía. Es la vida. Hoy reflexiono un poco más y me doy cuenta que hay cosas que no dependen de nosotros. Eso no quiere decir que si mañana agarro un equipo, no importa si es grande o chico, no vaya a poner lo mejor. Voy a trabajar y ser enérgico y apasionado, porque enseguida encontrás la pasión, y voy a creer que mi trabajo es lo más importante. Pero no sé si lo voy a poder mantener por mucho tiempo, esa enfermedad por dirigir y por el fútbol".

Hace unos días fue a ver Wanderers-Plaza Colonia. Rebotó porque no tenía la cédula y tuvo que volver a buscarla para entrar al Viera, que es su casa desde los cinco años. Justamente, tras la salida de Machado de Wanderers lo llamaron. "Me sedujo, pero tenía claro que no era posible. Dudé por esas cosas que uno piensa que puede volver a vivir. Pero tengo muy claro lo que quiero y lo que estoy esperando. Igual lo de Wanderers fue más que nada un deseo de los hinchas en la página del club."

"Una sola posición para todas las épocas"

"Tengo mi opinión formada, pero creo que no corresponde que la dé porque ya no soy jugador", dijo Carreño sobre el tema de la Mutual. "Pero no me gustaría que dentro de 15 años, Godín, Suárez, Lugano o Forlán estuvieran discutiendo con Schiappacasse. Me gustaría que hubiera una sola posición justa y única para los jugadores de todas las épocas", afirmó.

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Reflexivo. Así está Daniel Carreño a los 53 años. Foto: Marcelo Bonjour

HISTORIASSILVIA PÉREZ

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