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Chapecó: un sentido de pertenencia que los identifica

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Asociación Chapecoense de Futbol. Foto: Juan Pablo Romero

¿Cómo cambió la ciudad a partir de la tragedia aérea del equipo en 2016?

Una de las cosas que más llaman la atención cuando uno camina por las calles de Chapecó es la gran cantidad de personas que usan la camiseta de Chapecoense, el único equipo de fútbol de la ciudad, en un día común y corriente. Claro que en la jornada del partido las camisetas del Verdão se multiplican y la ciudad se viste de verde, literalmente. Y lo más llamativo es que muchas de las personas usan las casacas para trabajar —hay lugares en los que todo su personal usa esa vestimenta—, para caminar o para realizar sus habituales tareas.

Chapecó es una ciudad al oeste del estado de Santa Catarina, que fue fundada en 1917. Su nombre hace referencia al "lugar desde donde se ve el camino de la plantación", ya que históricamente fue un municipio agrícola, aunque hoy en día se ha constituido como un polo económico con fuerte incidencia de la avicultura.

El constante verde es uno de los colores que más identifica a la ciudad que, si uno traza una línea recta desde la ciudad a la costa, llega a Camboriú, uno de los puntos turísticos preferidos por los uruguayos cuando vacacionan en Brasil. Es que los árboles abundan y son parte de la decoración de los canteros que dividen las principales avenidas de Chapecó. Además, hay mucho césped, plantas, flores y arbustos. Todo muy bien cuidado y prolijo, con ciertas similitudes con alguna ciudad del interior de Uruguay.

La tranquilidad es una de las constantes en Chapecó. Lejos del bullicio de la grandes ciudades de Brasil, este municipio al oeste de Santa Catarina, de poco más de 200.000 habitantes, es otro mundo. Con un aeropuerto pequeño, calles con grandes repechos y habitantes muy cordiales en su trato, es un lugar que se hace querer muy rápidamente.

Los cambios

El 29 de noviembre de 2016 llovía mucho en Chapecó. Es algo que todos los entrevistados recuerdan a flor de piel. Esa madrugada, la delegación de Chapecoense, que estaba llegando a Colombia para jugar la final de la Copa Sudamericana contra Atlético Nacional, sufrió un accidente aéreo por una falla humana en la que murieron 71 personas, entre ellas 22 futbolistas del plantel, el cuerpo técnico encabezado por Caio Júnior, personal del equipo y periodistas. Sólo se salvaron seis individuos, tres de ellos jugadores: Hélio Neto, Alan Ruschel y Jackson Follman.

A partir de ahí toda la ciudad vivió momentos muy duros, de mucha tristeza. "No murió el equipo, murió la ciudad", fue el sentir de todos sus habitantes y de Helio Rodrigues, un operador de Radio Oeste Capital —la misma en la que trabaja el periodista sobreviviente Rafael Henzel—, que se refirió a la mañana del accidente: "Todos los días hago un programa musical de 5 a 10; llegando a la emisora los teléfonos empezaron a sonar, acá no sabíamos lo que acontecía, las comunicaciones eran confusas. Teníamos la esperanza que sólo fuera un susto... Pero no lo era. Parecía un sueño, no lo acreditaba. La tristeza fue incalculable. Veníamos de muchas alegrías en la ciudad y en ese momento la tristeza se apoderó de todos. Muchos hasta hoy no nos recuperamos…".

En las semanas posteriores a la tragedia aérea del equipo la ciudad se paralizó. Las puertas de los comercios estaban cerradas y el centro de las noticias estaba en lo que sucedía en Chapecó, donde el estadio Arena Condá pasó a ser un emblema del lugar y un templo en el que se recordaba a los fallecidos y se rezaba. Un lugar de sumo respeto. "Las semanas siguientes fueron de velorio en todo sentido. Nadie tenía ganas de nada, la ciudad se paralizó. Mucha gente de la comunidad convivía a diario con muchos de los fallecidos, te los encontrabas en cualquier lugar. Nos pegó muy de cerca a todos", explica Alexandra Moraes, otra de las trabajadoras de Radio Oeste Capital.

El habitante de Chapecó tiene un sentido de pertenencia muy grande con la ciudad y con el equipo de fútbol, pese a que fue fundado en 1973, un 14 de mayo, y no tiene muchos años. "Es muy difícil que una persona que nació y vivió su niñez en Chapecó se vaya a vivir a otra ciudad cuando crece. Algunos jóvenes lo hacen, pero por un tema de estudio", afirma Marcelo De Olivera, un taxista que se siente muy cómodo hablando del tema y que saca el pecho cuando habla de la ciudad en la que vive desde que nació, hace 64 años.

Según coincidieron varios habitantes de Chapecó, naturalmente muchas personas usaban frecuentemente la camiseta de Chapecoense para hacer su rutina, pero se incrementó mucho más el uso de las remeras verdes desde el accidente. "A las personas de acá les encanta vestir la camiseta de Chapecoense. Es un motivo de orgullo, se sentido de pertenencia. Y de recuerdo. Porque con ese plantel la ciudad vivió los mejores momentos a nivel deportivo. Y no los olvidamos", dice, emocionada, Ivana Batista, que es la gerente general de una casa de venta de ropa deportiva.

También en la ciudad se puede ver a personas vistiendo la camiseta de Atlético Nacional. Incluso el día del partido en el Arena Condá, cuando Chapecoense y Nacional empataron 1-1, había algunos hinchas locales con la camiseta del equipo de Medellín, el que —a impulso de sus jugadores— tomó la decisión de otorgarle el título de campeón de la Copa Sudamericana a Chapecoense. "Son nuestros hermanos, nunca nos olvidaremos de lo que hicieron por nosotros. Y va mucho más allá del gesto deportivo que tuvieron", reflexiona Rodrigo Messer, un joven de 27 años.

"Estamos juntos". Esa inscripción de un comercio del centro habla a las claras de lo que siente toda la ciudad. Y no están solos.

Asociación Chapecoense de Fútbol. Foto: Juan Pablo Romero
Asociación Chapecoense de Fútbol. Foto: Juan Pablo Romero
Chapecó
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CHAPECOENSEJUAN PABLO ROMERO

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