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Esta vez sí: la culpa fue de la prensa

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Champions League
John Sibley

El torneo nacido de una polémica periodística hoy es una mina de oro.

La culpa es de la prensa, suelen argumentar algunos hinchas exaltados cuando un juez no concede un penal o las cosas no le salen a su equipo. Sin embargo, existe un gran acontecimiento futbolístico, uno de los principales del año, cuyo origen fue realmente culpa de la prensa.

Se trata de la Champions League, cuya final disputarán Juventus y Real Madrid el sábado en Cardiff. Es el torneo de clubes con mayor audiencia global, y en consecuencia el que más dinero mueve en el mundo: esta edición repartirá entre sus participantes e incluso entre clubes que no alcanzaron a jugarla 1.318,9 millones de euros, según informa la Unión Europea de Fútbol (UEFA) en su web.

El torneo nació en 1955 como Copa Europa de Campeones, a raíz de una polémica periodística. A fines de 1954, el Wolverhampton de Inglaterra venció en amistosos al Spartak de Moscú y al Honved de Budapest, dos formaciones de prestigio. Tras el último partido, el manager del Wolves, Stanley Cullins, declaró muy orondo tras el último partido: "Somos los campeones del mundo de clubes". Y así titularon varios periódicos británicos. El periodista del diario LEquipe de Francia, Gabriel Hanot, que cubrió el encuentro entre ingleses y húngaros, retrucó esa afirmación: Wolverhampton solo había ganado dos amistosos jugados además en su estadio. ¿Qué ocurriría si le tocara ser visitante? Y en la misma nota lanzó la idea: un torneo entre los campeones nacionales europeos, a jugarse los miércoles de noche, para no interferir con las ligas locales. Las distancias ya no eran problema, debido al creciente desarrollo de la aviación comercial en esos tiempos de la posguerra. Y se estaba afirmando la televisión.

LEquipe insistió con la idea, realizó entrevistas con dirigentes de clubes en todo el continente, organizó encuentros. Y al final, contra cierto descreimiento de la UEFA pero el apoyo de varios clubes, en particular Real Madrid, consiguió que en 1955 arrancara la Copa. Se cuenta que primero se ofreció la participación al Barcelona, pero su presidente desestimó la iniciativa, considerándola una utopía. Los merengues, en cambio, vieron la oportunidad y la aprovecharon, con lo cual no dejaron escapar el vagón principal del tren de la historia.

Fue una idea que transformó al fútbol. Hasta entonces, la competencia era esencialmente doméstica, con las excepciones de la Copa del Mundo o la Copa América (la Eurocopa es posterior). En junio de 1956, el Parque de los Príncipes de París fue sede de la primera final, que el Madrid —¿quién otro?— le ganó al Reims francés.

La Copa de Campeones resultó un éxito y estimuló certámenes similares, entre ellos la Copa Libertadores de América. El formato original fue el siguiente: participaban solo los campeones nacionales, en partidos de ida y vuelta por eliminación directa, hasta una única final en una ciudad fijada de antemano. No necesariamente neutral, porque hubo casos de clubes que fueron locales en la final.

Hasta que en 1986, el sorteo determinó que dos de los favoritos, Real Madrid y Juventus —casualmente los finalistas de 2017— se midieran en los octavos de final. Juventus quedó afuera prematuramente y su presidente, Giampiero Boniperti, se quejó: "Hay que cambiar el reglamento".

Los clubes más poderosos económicamente de Europa (españoles, alemanes, italianos, ingleses) comenzaron a presionar para modificar la Copa de Campeones. La amenaza latente era la formación de una liga continental, exclusiva para ricos y al margen de la UEFA. Entonces el organismo rector del fútbol europeo aceptó modificar el torneo.

De las sucesivas y rápidas reformas emergió en 1992 la Champions League, que pasó a asegurar más partidos a cada participante mediante la creación de una fase de grupos, además de la inclusión de más clubes por país. Eso coincidió con la aparición de nuevas plataformas para emitir los partidos, con lo cual los beneficios se multiplicaron. De la vieja Copa de Campeones se mantuvo el sistema de eliminación directa para las instancias más avanzadas y la final en sede única.

Desde 1991, la UEFA tiene un contrato con la empresa suiza Team Marketing, por la cual esta se encarga de explotar comercialmente sus torneos. El acuerdo fue hace poco prorrogado hasta 2021.

Cifras.

Entre 1992 y 2015, las primeras 24 ediciones de la Champions distribuyeron un acumulado de 12.342 millones de euros entre 149 equipos. De ese total, 618 millones le tocaron al Bayern, 608 millones al Real Madrid y 576 millones al Barcelona, los tres clubes más exitosos.

La UEFA centraliza los ingresos por televisión, patrocinantes y merchandising, y luego los reparte siguiendo un detallado plan. Los equipos participantes tuvieron asegurados en la edición 2016/2017 un monto total de 761,9 millones de euros.

Esa suma se divide de esta manera: 12,7 millones por jugar la fase de grupos, más 1,5 millón por victoria y medio millón por empate; 6 millones por jugar los octavos de final, 6,5 millones por los cuartos, 7,5 por las semifinales, 15 millones para el campeón y 11 millones para el subcampeón. En teoría un equipo que ganara todos sus partidos del grupo y luego fuera campeón recibiría 56,7 millones. El campeón, además, se asegura otros 3 millones por jugar la Supercopa ante el vencedor de la Europa League (y si gana ese partido tendrá un millón extra).

Para hacer una comparación (más odiosa que el común de las comparaciones), el campeón de la Copa Libertadores 2017 obtendrá un total de 7,75 millones de dólares, unos 6,9 millones de euros, por llegar desde la fase de grupos al título.

Pero no es todo: en la Champions se reparten además 507 millones de euros en concepto de market pool, que se mide en función del valor de cada mercado televisivo. Y también hay dinero para los eliminados en la primera ronda de clasificación: 220.000 a cada uno. Si el eliminado es un campeón nacional (generalmente son de las federaciones más chicas) tiene una compensación adicional de 260.000. E incluso los clubes no participantes perciben un "pago solidario" que se entrega a cada federación nacional y equivale al 5% de los ingresos brutos de la competencia.

En la edición 2015/2016 de la Champions, el equipo que más dinero ingresó, gracias a los derechos televisivos, fue el Manchester City, más de 83 millones de euros. Real Madrid, el campeón, acumuló 80 millones. El otro finalista, Atlético Madrid, "solo" percibió 69 millones y fue superado por algunos equipos eliminados en instancias anteriores, como Juventus y Real Madrid.

Por supuesto, el esquema favorece a los grandes clubes, que cada vez son más ricos. Quedaron atrás los viejos tiempos de la Copa de Campeones, cuando equipos de Escocia, Grecia o Rumania podían alcanzar la final e incluso ganarla. Pero esto ya no es culpa de la prensa.

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